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El presidente de YMCA en España ayudó a crear 37 sociedades en Islas Vírgenes y Panamá

José Antonio Corrales, presidente de YMCA, saludando al por entonces Príncipe de Asturias, Felipe de Borbón. Foto: Casa Real

Raúl Sánchez

José Antonio Corrales, abogado mercantil y presidente de la Asociación Cristiana de Jóvenes (YMCA), ayudó a crear 37 sociedades offshore con sede en Panamá y las Islas Vírgenes Británicas. Corrales ejerció de intermediario en firmas offshore creadas por el despacho Mossack Fonseca entre 1998 y 2004, según la base de datos de la investigación de los Papeles de Panamá liderada por el Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación (ICIJ), en colaboración en España con La Sexta y El Confidencial.

Al menos 32 de esas 37 sociedades aparecen vinculadas a la dirección de un despacho en la calle Doctor Esquerdo en Madrid. Según han confirmado diversas fuentes a eldiario.es, José Antonio Corrales tenía alquilado su despacho profesional en esa dirección entre 1999 y 2004, cuando se constituyeron la mayoría de sociedades en Panamá e Islas Vírgenes.

Personas cercanas a la familia afirman que Corrales “no ha participado de ninguna manera ni tampoco como intermediario en sociedades offshore en el Caribe”.

Fuentes de YMCA aseguran que la asociación está “completamente al margen de las actividades privadas de Corrales” y que el presidente “no toma ninguna decisión sin la supervisión de los órganos de gobierno de la asociación”.

Corrales, abogado mercantil ya jubilado, asumió el cargo de presidente de YMCA en el 2000. Antes se dedicaba a sus actividades profesionales, entre las que se incluyen su presencia en consejos de administración de distintas empresas con actividades financieras y de inversión durante los años 80. Entre ellas están varias filiales del Banco Santander y de Telefónica. Además, sus artículos sobre inversión eran habituales en prensa y también publicó un libro sobre sociedades de financiación, leasing y factoring.

YMCA es una organización sin ánimo de lucro declarada de utilidad pública e inscrita en el registro de asociaciones del Ministerio de Interior. Su nombre proviene de las siglas en inglés de Young Men’s Christian Association, una de las ONG más antiguas del mundo con presencia en más de 120 países. Aunque tienen un carácter ecuménico, en la sede española se definen como “una organización abierta a todos, sin filiación religiosa ni política”.

La asociación, centrada en atender a menores que se encuentran en riesgo de exclusión o pobreza, se desmarca de las actividades de su presidente y señala que “las cuentas se someten anualmente a auditorías de gestión” y que son públicas en la web de YMCA.

Corrales, como máximo representante de YMCA, visitó varias veces el Palacio de la Zarzuela donde fue recibido por el rey Felipe VI, entonces príncipe de Asturias. Según publica la Casa Real, el rey Felipe es presidente de honor de la rama española de la Asociación Cristiana de Jóvenes (YMCA) desde hace más de 20 años.

La conexión con los ERE

Aunque la mayoría de sociedades que ayudó a crear el actual presidente de YMCA estaban vinculadas a su despacho en la calle Doctor Esquerdo, cuatro de esas firmas offshore se registraron en una dirección madrileña vinculada a Cruz Apéstegui, tal y como muestra la base de datos de Los Papeles de Panamá. Apéstegui es cuñado de Jesús Bárderas, “amigo íntimo” de Felipe González y supuestamente implicado en el escándalo de los ERE, según publicó El Confidencial.

La dirección de Cruz Apéstegui aparece vinculada a cuatro sociedades radicadas en Islas Vírgenes Británicas creadas por el despacho Mossack Fonseca. Según la investigación de El Confidencial, Apéstegui estaba también vinculado a una telaraña de empresas en Islas Vírgenes y Seychelles con su cuñado, el empresario español afincado a la República Dominicana Jesús Bárderas.

“José Antonio tuvo clientes que tenían su domicilio en República Dominicana y los representó como abogado en un pleito en España”, aseguran fuentes cercanas a la familia de Corrales, que no confirman la identidad de los empresarios.

Las empresas en las que acabó invirtiendo la trama de los ERE acabaron invirtiendo en las empresas dominicanas Corporación Hotelera del Mar y Corporación Hotelera Internacional, de la que eran propiedad en última instancia Cruz Apéstegui y su cuñado Jesús Bárderas, tal y como publicó El Mundo.

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