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Fomentar la inclusión financiera como método para reducir la pobreza

Paula Cristina Mello, voluntaria del Santander del Programa Escola Brasil.

ED Creativo

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Cientos de miles de personas se beneficiaron el pasado año de los programas de educación financiera que el Banco Santander desarrolla en los países donde opera. De acuerdo con su estrategia de banca responsable, el Santander considera que la inclusión financiera es la herramienta clave para reducir la pobreza en el mundo, aumentar la prosperidad de los más desfavorecidos y contribuir a siete de los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible marcados por Naciones Unidas.

El pasado martes, durante la inauguración de la Conferencia Internacional de Banca 2019, la presidenta Ana Botín explicó que “en Latinoamérica, millones de personas que antes no podían acceder a un crédito –con sus ahorros literalmente escondidos bajo el colchón – ahora se están incorporando al sistema financiero”. “Nuestro objetivo –añadió – es capacitar financieramente a 10 millones de personas antes de 2025. Y ya estamos avanzando. El año pasado proporcionamos educación financiera a más de 360.000 personas en todo el mundo y apoyamos a más de 270.000 microemprendedores en Latinoamérica”.

Fomentar la inclusión financiera es, por tanto, una de las principales prioridades del Santander. Y lo hace de tres modos: primero, facilitando el acceso a la educación financiera a través de tecnologías digitales, como la APP Superdigital en Brasil, Chile y México; segundo, financiando con microcréditos a emprendedores sociales de rentas bajas, con planes que implican dar formación práctica y aportar soluciones financieras para personas o familias en dificultades económicas; y tercero, incrementando la resiliencia económica y social de los ciudadanos más desfavorecidos, mediante cursos que mejoran su conocimiento financiero al enseñarles a utilizar los servicios bancarios de forma eficiente, empoderándoles y dándoles mayor confianza en sí mismos a la hora de tomar decisiones financieras.

El pasado mes de julio, Santander anunció formalmente sus compromisos de banca responsable, entre los que se encuentra el de empoderar en términos financieros a 10 millones de personas en todo el mundo, hasta 2025, mediante la expansión de las operaciones de microfinanzas, programas de educación financiera y otras herramientas.

En España, el proyecto principal es Finanzas para Mortales. El año pasado recibió el premio a la “Mejor Iniciativa” en los premios “Finanzas para Todos 2018”, patrocinados por el Banco de España y la Comisión Nacional del Mercado de Valores. Es un programa del Banco Santander en el que colaboran también la Universidad de Cantabria, el Santander Financial Institute (SanFi) y UCEIF. Forma a jóvenes y a grupos en riesgo de exclusión en conceptos básicos de finanzas. En 2018, se celebraron 1.105 sesiones presenciales en las que participaron más de personas. Fueron 28.900 horas de formación, con el apoyo de 900 voluntarios del Santander, entre empleados activos, prejubilados y jubilados.

Junto a las sesiones presenciales, el proyecto se desarrolla a través de su sitio web oficial, que se ha situado como uno de los portales de educación financiera mejor valorados y más consultados en España, con más de un millón de usuarios y 1,4 millones de visitas en 2018. Y cada año incorpora novedades. En 2018, se unió al programa el cómico y actor Leo Harlem, quien mensualmente explica de una manera rápida y sencilla los conceptos económicos imprescindibles para la vida diaria. Estos vídeos están alojados en el canal de YouTube de Finanzas para Mortales y también están disponibles en las redes sociales.

Para diseñar los contenidos de Finanzas para Mortales, se siguieron las recomendaciones del Consejo de la OCDE, la Comisión Europea, la Organización Internacional de Comisiones de Valores y el Fondo Monetario Internacional, y se han elaborado contenidos imparciales y objetivos, que cubren aspectos esenciales como la planificación financiera, la elaboración de un presupuesto, el ahorro, el endeudamiento y los seguros.

En otros países donde opera Santander también se desarrollan iniciativas encaminas a proporcionar educación financiera y facilitar el acceso a servicios bancarios a la población. El Scam Avoidance School de Reino Unido consiste en la organización de unas jornadas públicas y gratuitas para concienciar e informar a las personas más vulnerables –bajas rentas, personas mayores- sobre cómo protegerse frente a los fraudes. 

El Programa Escola Brasil permite a empleados y familiares del Santander llevar a cabo iniciativas de educación financiera en escuelas públicas. En Argentina, la Red de Educadores financieros está formada por empleados voluntarios que imparten talleres de educación financiera a adolescentes, niños, emprendedores y madres. Otras iniciativas incluyen la puesta en marcha de portales web con vídeos, herramientas, cursos y juegos educativos en esta materia.

Según datos del Banco Mundial, existen más de 1.700 millones de personas – el 32% de los adultos de todo el mundo - sin acceso a servicios bancarios; un porcentaje que aumenta en adultos con rentas bajas y en mujeres.

Gracias a sus programas de formación, el banco español se une a diferentes corrientes internacionales que están promoviendo planes para aumentar la calidad de educación financiera de la población del planeta. El fin de estos programas es extender el conocimiento económico a todo el mundo y proporcionar los instrumentos básicos en estas áreas para que sean capaces de gestionar sus finanzas personales. “La educación financiera debe desarrollarse desde edades tempranas, pero también en los lugares de trabajo y en aquellos espacios a los que la gente va a aprender cosas nuevas (librerías, centros culturales, museos…)”, explica Annamaria Lusardi, profesora de la Business School de The George Washington University y una de las mayores expertas internacionales en educación financiera.

La consultora PwC indica en un informe que “la educación económico-financiera permite dotar a los individuos de autonomía e independencia potenciando su autoestima y ambición y mejorando en consecuencia la inclusión social y calidad de vida de los ciudadanos. La formación financiera se debe ver como una herramienta básica para el progreso y crecimiento inclusivo y económico de los países tanto a nivel individual como empresarial”. Y los datos, al menos de momento, no reflejan una situación de partida óptima. Según el Banco Mundial, existen aún más de 1.700 millones de personas, lo que supone un 32% de la población adulta en todo el mundo, que no tienen acceso a los servicios bancarios.

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