Así construyen las cooperativas resiliencia, igualdad y sostenibilidad en el año que reconoce su modelo empresarial
El año pasado, la Asamblea General de Naciones Unidas aprobó por consenso una resolución para declarar este 2025 como Año Internacional de las Cooperativas (AIC). El texto invita a todos los países a constituir comités nacionales, pero, al mismo tiempo, hace un llamamiento a las agencias de la ONU a coordinarse y a la sociedad civil a visibilizar el papel que desempeñan estas empresas en la Agenda 2030. Tras una experiencia previa en 2012, el nuevo AIC llega en medio de un escenario de incertidumbre geopolítica, crisis climática y humanitaria, y en plena transición energética, un entorno donde las cooperativas se presentan como motores de prosperidad inclusiva.
En esta ocasión, el lema elegido es Las cooperativas construyen un mundo mejor y el objetivo de la Alianza Cooperativa Internacional es recordar que existen más de tres millones de cooperativas repartidas en más de cien países. En conjunto, generan empleo directo para 280 millones de personas: en otras palabras, cerca del 10% de la población ocupada mundial. El movimiento muestra una diversidad sectorial que abarca desde la agricultura hasta los servicios financieros y ofrece una gobernanza democrática que prioriza a las personas socias sobre el capital. No en vano, la resolución de la ONU subraya que este modelo es estratégico para acelerar los Objetivos de Desarrollo Sostenible y reducir desigualdades territoriales en todo el planeta.
Ariel Guarco, presidente de la Alianza Cooperativa Internacional, ha destacado que “se trata de la segunda vez que la ONU dedica un año internacional a las cooperativas y no es casualidad, ya que esta fórmula, movida por su compromiso con las comunidades, se ha ido adaptando para superar los problemas cambiantes de nuestro tiempo”. Por su parte, Antonio Guterres, secretario general de la ONU, se ha centrado en cómo “las cooperativas, presentes en más de cien países, impulsan el desarrollo local, combaten la pobreza y fortalecen la seguridad alimentaria. La ONU pedirá a los gobiernos que apoyen su labor y lleguen a la próxima Cumbre Social con soluciones concretas”.
En nuestro país, y más concretamente en Galicia, la AIC encuentra un aliado natural en EspazoCoop, Unión de Cooperativas Galegas. Fundada en 2017 tras la fusión de tres entidades históricas, la organización agrupa hoy a unas 300 cooperativas de muy diversos sectores y actúa como interfaz ante las administraciones y la sociedad. “Nuestro objetivo es proteger y fortalecer el tejido cooperativo gallego, promoviendo empresas competitivas, sostenibles y comprometidas con sus comunidades”, subraya Ana Olveira, presidenta de la entidad. Esa misión enlaza directamente con la llamada de Naciones Unidas a poner el acento en desarrollo local, participación democrática e innovación social durante 2025 en todos sus niveles.
Y es que, tomando como ejemplo el poder tractor de EspazoCoop, los datos avalan su potencial. Sus 2.465 socias cooperativistas —1.228 socias trabajadoras y 1.237 socias de consumo— se reparten en las cuatro provincias gallegas y en actividades que van del entorno agro a la cultura, con un 50% de sociedades presididas por mujeres y un 20% conformadas íntegramente por ellas. El conjunto del cooperativismo en esta comunidad autónoma alcanza ya cerca de 2.000 empresas y representa alrededor del 7% del PIB de la comunidad, cifra comparable a la automoción. Este peso económico, unido a la capilaridad territorial, convierte a Galicia en un laboratorio privilegiado para demostrar lo que el Año Internacional puede significar para la región.
Emprendimiento, formación e impacto social
Para que ese deseo sea posible, la unión ofrece un catálogo de servicios que va desde el asesoramiento en estatutos hasta la búsqueda de financiación. En 2024, su equipo técnico —multidisciplinar y con más de 35 años de trayectoria acumulada— atendió 130 proyectos emprendedores, facilitó la constitución de 23 nuevas cooperativas y generó 62 empleos directos. Además, impartió 69 iniciativas de formación especializada que beneficiaron a más de 1.000 personas de 56 entidades colaboradoras, reforzando su competitividad frente a un mercado cada vez más exigente. “Acompañamos todo el ciclo vital de la cooperativa, desde la idea hasta la consolidación”, remarca la presidenta de EspazoCoop.
El compromiso de género es otro eje diferencial: las mujeres representa el 61,54% del total de socias, el 58% de las personas socias trabajadoras y el 65% de las personas socias de consumo. Una suma que alcanza las 1.517 mujeres cooperativistas
Pero la dimensión inclusiva va más allá de los órganos de gobierno: al fijar empleo estable en las cuatro provincias, el movimiento contribuye a frenar la despoblación rural y a democratizar la riqueza. “Cuando una cooperativa se crea en un pueblo, los beneficios permanecen allí y se reinvierten en la comunidad”, señala la propia Olveira. Esa perspectiva encaja con la meta del AIC de no dejar a nadie atrás.
La resiliencia económica demostrada durante crisis recientes es uno de los argumentos que la ONU quiere destacar en 2025. Y, precisamente, diferentes estudios de EspazoCoop muestran que las cooperativas superan los ciclos adversos gracias a la gestión democrática y al reparto equitativo de beneficios, lo que refuerza el tejido productivo sin sacrificar la cohesión social. En paralelo, su orientación hacia la sostenibilidad las coloca en primera línea para implementar los Objetivos de Desarrollo Sostenible: energías limpias, trabajo decente, igualdad de género o vida rural digna, entre otras metas.
Con la vista puesta en lo que queda de año, EspazoCoop trabaja en un calendario de acciones que incluye jornadas divulgativas, alianzas universitarias y participaciones en la red internacional de la ACI. El objetivo es doble: mostrar la aportación específica del cooperativismo gallego al bienestar español y europeo y, al mismo tiempo, atraer a más emprendedores y organizaciones hacia este modelo democrático. Si el Año Internacional tiene como objetivo demostrar que otra economía es posible, Galicia tiene buenos argumentos para liderar el relato desde la periferia atlántica. De aquí a diciembre, cada nueva cooperativa constituida servirá de ejemplo para refrendar ese liderazgo colectivo emergente.