Hospitales protegidos frente al Covid-19
La Fundación Jiménez Díaz y los hospitales universitarios Rey Juan Carlos, Infanta Elena y General de Villalba reciben la certificación de AENOR de “Protocolo seguro frente al Covid-19”, un distintivo que lo reconoce como “espacio protegido y saludable” para su personal y para los pacientes.
Los hospitales llevan ya unas semanas trabajando en el proceso de desescalada, desde que la crisis provocada por el nuevo coronavirus dejara atrás su pico más alto para iniciar una fase de contención. Poco a poco, los centros han ido reduciendo los espacios dedicados exclusivamente al Covid-19 para recuperar otros servicios que habían tenido que posponer y para reprogramar visitas. Y es que con el inicio de la crisis y el anuncio del estado de alarma, el pasado 14 de marzo, los hospitales se convirtieron casi por completo en lugares destinados a absorber una gran cantidad de pacientes graves de Covid-19. Los profesionales, fueran de la especialidad que fueran, se dedicaron también en su mayor parte a atender a estos pacientes.
Pero desde que el virus ha empezado a dar una pequeña tregua, los hospitales han empezado a prepararse (llevan ya unas semanas haciéndolo) para retomar buena parte de su actividad ordinaria. Pero deben hacerlo siguiendo unos protocolos y medidas fiables para asegurar que se reduce al máximo el riesgo de contagio y se puedan convertir así en espacios protegidos frente a la pandemia del coronavirus.
Espacios protegidos y saludables
Uno de estos “espacios protegido y saludable” reconocido por la Asociación Española de Normalización y Certificación (AENOR) con la certificación de “Protocolo seguro frente al Covid-19” ha sido la Fundación Jiménez Díaz, que se convierte de esta manera en “pionera en este logro en el ámbito regional y a nivel nacional dentro de la sanidad pública”, junto con los hospitales universitarios Rey Juan Carlos (Móstoles), Infanta Elena (Valdemoro) y General de Villalba (Collado Villalba).
Pero, ¿qué supone este certificado? Este reconocimiento es el resultado de una auditoría basada en un exhaustivo análisis de todos los protocolos, procedimientos y medidas que ha implementado el centro para reducir al máximo el riesgo de contagio por Covid-19 en cuanto a entorno físico, medidas de seguridad, higiénicas, técnicas, organizativas, de seguimiento del personal, del control de acceso y estado físico de pacientes y familiares, etc.
El certificado, basado en las recomendaciones de organismos nacionales e internacionales, respalda las buenas prácticas en la gestión de los riesgos derivados de Covid-19 en instalaciones y servicios, claves para trasladar tanto a pacientes como trabajadores todas las garantías que permitan generar confianza en el proceso de vuelta a la normalidad. Además, supone un abordaje completo de la gestión por las organizaciones de los riesgos derivados de la Covid-19, aportando seguridad, demostrando el compromiso para evitar la propagación y aportando valor en la gestión de la prevención y la salud.
La certificación de AENOR no solo ha valorado positivamente el proceso de desescalada llevado a cabo sino que también ha hecho una lectura muy positiva de la gestión ejecutada durante la crisis: la Fundación Jiménez Díaz superó las 550 camas, cerca de 100 puestos de UCI, con equipos suficientes, con la contratación de personal de refuerzo, con equipos de protección, etc. Además, se valora muy positivamente también la tasa de infección del personal sanitario de este centro, que se sitúa por debajo de la media de la región, y la realización de test de anticuerpos a toda su plantilla.
Desescalada con todas las garantías
Ahora, de lleno en la fase desescalada, y tras los picos más intensos de trabajo, una de las medidas más bien valoradas ha sido la implementación de un exhaustivo trabajo de desinfección y recuperación de todas las zonas asistenciales usadas durante la pandemia, una tarea que ha venido acompañada de la organización de la convivencia de pacientes Covid-19 positivo y negativo con circuitos de atención diferenciados y separados. Esto ha permitido reanudar su calendario asistencial de manera paulatina a aquellos casos “programables y no demorables” que no se podían posponer.
Con todo, el centro no ha llegado a paralizar por completo su actividad no Covid-19 y ha continuado con la asistencia de todos aquellos casos que han tenido que atenderse de forma presencial, sobre todo de los servicios de oncología, diálisis y cirugía urgente, que no han dejado de recibir atención en ningún momento.
Con la certificación se da un paso más para mantener la confianza de los pacientes y “refuerza el compromiso del hospital madrileño en su lucha contra la Covid-19 en un contexto más exigente en cuanto a prevención, limpieza, gestión eficaz y organización”. El objetivo ha sido desde el principio poder atender con las máximas garantías a todos los pacientes, afectos o no por coronavirus. Y continuar haciéndolo ahora.