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Más de la mitad de las españolas y españoles utilizan juguetes sexuales para mejorar su orgasmo

Nela Crespo

Si tenemos en cuenta la encuesta publicada este febrero en el portal online de estadística Statitsta.com sobre el uso de juguetes sexuales en España en 2020, además de ese 35 % de mujeres y 50% de hombres que no usaron ningún juguete, el 57% de los españoles respondieron que no los usaban porque no creían que los necesitaran. Por el contrario, sólo el 4% de los encuestados respondieron que no los utilizaron porque temían que su pareja pudiera encontrarlos. 

En opinión del escritor Paco Ramos, de los pocos que no tienen tapujos a la hora de hablar de su sexualidad, esto se debe a varios motivos: “primero, en España, todavía se le pone una etiqueta peyorativa a la masturbación”. Segundo, explica Ramos, “por ese mal endémico que nos obliga a ser ‘hombres formales’. Parece que para ser una persona formal tuvieras que tener poco sexo”. 

Por desgracia, añade, “aún hoy en día y, para algunos sectores más aún, el sexo parece algo propio de viciosos y desviados, sin embargo, una gran parte de la población quiere huir de esas etiquetas”. 

Cada vez tenemos más apertura mental 

Por eso hay tantas personas que sí se abren a la masturbación y a hablar abiertamente de sus prácticas con juguetes sexuales, no en vano, en la encuesta, “el 59% de los españoles respondieron que usaban juguetes sexuales para alcanzar el orgasmo o para mejorar la calidad del mismo”.

¿Por qué? Pues porque con la inmensa variedad de juguetes existentes, la autosatisfacción se dispara a niveles nunca antes vistos. No tienes más que entrar en www.easytoys.es y alucinar con el catálogo que han vendido por miles desde que salieron al mercado el año pasado y tienen ya 1,5 millones de clientes satisfechos. Esta plataforma va más allá de ser una tienda erótica online: promueve el bienestar sexual mediante los consejos de un equipo de sexólogas y expertos. 

Bajo el seudónimo de Hernán Martínez, un cincuentañero comenta con alegría que ha probado muchos juguetes: “un huevo masturbador, un anillo vibrador, las bolas anales y un par de dildos masculinos, además de los aceites y lubricantes que dan calor”. Y se lo pasa bien. Con una aclaración: “me gusta más usar los juguetes en pareja que solo, porque da más morbo que tu pareja este contigo, sobre todo, con las bolitas anales, ya que un hombre debe estar excitado y bien lubricado, para introducirse las bolitas de menor a mayor”.

Lo que es más, Martínez alaba una práctica llamada pegging, esto es, “la penetración anal a un hombre con un juguete, que es una tendencia maravillosa, especialmente con un strap on o arnés en español. Yo lo practico y es una delicia y una mejora de la vida sexual tremenda”. 

Porque permite realizar fantasías y cambiar de roles con solo colocar el strap on alrededor de las caderas o cintura de la mujer o del hombre y poner el dildo de diversas formas, materiales y tamaños, para proceder a la penetración vaginal, anal u oral.

Recomendaciones del sexólogo

Por alusiones a los juguetes anales y al uso de arneses versátiles para todas las orientaciones sexuales, el sexólogo Alfonso Antona matiza algo importante para todos los géneros: “por vía anal, tras una adecuada dilatación y entreno, se puede estimular de forma indirecta la raíz interna del clítoris, lo que se traducirá en placer. En el varón, lo mismo pasa con la parte inervada posterior de la próstata y raíces nerviosas peneanas”.

Por eso para quienes lo practican resulta tan placentero. Ahora bien, puntualiza: “es muy difícil conseguir el orgasmo si no se complementa con la estimulación del clítoris o del pene”. Y para eso hay un sinfín de juguetes sexuales más, especialmente para mujeres, desde los míticos vibradores, los dildos, los succionadores de clítoris, los huevos con vibración, las bolas vaginales o los masajeadores de clítoris.

Para ellos, hay mucha novedad

Si bien el experto en terapia sexual advierte que, “para los hombres, una condición sine qua non es tener una erección (no siempre), lo que limita las opciones en la búsqueda de instrumentos (juguetes eróticos)”, los Fleshlight son juguetes sexuales especialmente pensados para ellos. 

En un principio, para Antona, “un estimulador peneano, como instrumento de estimulación poco discreto, no ofrecía muchas más ventajas que la estimulación amanuense lubricada de toda la vida”. Pero resulta que Steve Shubin inventó el también llamado onahole hace más de 20 años, cuando a su esposa, durante el embarazo de sus gemelos, se le desaconsejó tener relaciones sexuales, y se empeñó en diseñar una vagina artificial de alta calidad escondida en una especie de linterna, de ahí viene el nombre de fleshlight.

A partir de ahí, los desarrolladores de este juguete sexual han creado una experiencia que imita muy bien la sensación del coito real gracias al suave material patentado Real Feel Superskin, con varias crestas, ondas y texturas que brindan un realista masaje al pene tanto si se elige la abertura vagina, ano o boca. Y se puede precalentar para dar mayor calidez.