Alfa Romeo Stelvio Quadrifoglio, en SUV con mono de carreras
Pocas sensaciones hay más excitantes para un amante de los coches que subirse a un vehículo de 2.000 kilos y elevada altura para comprobar que se comporta tan bien como el deportivo de sus mejores sueños. El Alfa Stelvio Quadrifoglio recuerda y supera a aquel Volkswagen Touareg W12 de la década pasada que te hacía sentir a bordo de un Ferrari todoterreno, y puede mirar de frente sin vergüenza al bestial Jeep Grande Cherokee Trackhawk, de 717 caballos, que hemos podido probar recientemente en el circuito italiano de Balocco.
Lo que sorprende, y engancha, de bichos de estas características no es tanto su potencia y capacidad de aceleración, siendo mucha, sino sobre todo cómo se sujetan en el paso por curva, la forma en que cambian de apoyo y de dirección, y cómo los frenos son capaces de soportar y detener tantas inercias derivadas del mucho peso y la mucha velocidad, sobre todo en un trazado de carreras.
En el caso del Stelvio Quadrifoglio, el alma de semejante despliegue de fuerza es un motor de gasolina biturbo, desarrollado por Ferrari, que extrae 510 caballos del bloque V6 de 2,9 litros de cilindrada. Para dejar claras sus intenciones, Alfa ha suprimido el límite electrónico de velocidad, que alcanza unos estratosféricos 283 kilómetros por hora.
A diferencia del Giulia Quadrifoglio, lanzado al mismo tiempo, el Stelvio incorpora el sistema de tracción Q4, que transmite el par motor a las ruedas traseras en condiciones normales pero puede llegar a enviar hasta el 50% de esa fuerza al tren delantero cuando las condiciones lo aconsejan. Además, el dispositivo Alfa Active Torque Vectoring se encarga de distribuir el par entre las ruedas traseras de modo que se garantice una tracción óptima.
Este SUV deslumbrante, que cuesta 104.000 euros, dispone además de diversos programas de conducción, desde el más eficiente al más deportivo (Race) pasando por los intermedios Advanced Efficiency y Dynamic. Al escoger cada uno de ellos cambia la respuesta del motor, la dirección, el sonido del escape y la transmisión automática con convertidor de par de ocho velocidades. Las levas de notable tamaño colocadas tras el volante permiten cambiar de marcha de forma manual.
Para contener unos consumos que de lo contrario podrían desmandarse, Alfa Romeo ha dotado el Quadrifoglio de desconexión selectiva de los cilindros de la bancada derecha, para cuando la exigencia de potencia es baja, y un modo de circulación a vela que se selecciona dentro del programa Advanced Efficiency.
Por si las llantas de 20 pulgadas y la cuádruple salida de escape no eran suficientes, la marca italiana ha querido celebrar el récord de los Giulia y Stelvio Quadrifoglio en el circuito de Nürburgring con sendas ediciones especiales de ambos modelos llamadas NRING y limitadas a 108 unidades. Con la carrocería pintada en color gris circuito, esta serie añade frenos carbocerámicos (que son un extra de 5.875 euros en el Stelvio Quadrifoglio normal), asientos deportivos Sparco, volante forrado en cuero y alcántara y control de crucero activo, entre otros elementos, a un acabado exclusivo tanto del exterior como del interior.
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