El nuevo Focus alborota el segmento de los compactos
Veinte años en el mercado y más de 16 millones de unidades vendidas en todo el mundo resumen apenas la relevancia del Ford Focus dentro del que sigue siendo el segmento rey del automóvil, el de los modelos compactos (C para los iniciados). Ahora, con su cuarta generación recién desvelada, el Focus se adorna con nuevos argumentos de toca clase que permiten adivinar una fuerte sacudida de inquietud entre sus numerosos competidores.
Solo por citar una decena de ellos, recordemos que el modelo del óvalo debe medirse a gigantes de la categoría como los Volkswagen Golf, Seat León, Opel Astra, Honda Civic, Peugeot 308, Renault Mégane, Hyundai i30, Citroën C4 y Toyota Auris, entre otras muchas opciones.
De lo presentado en Londres, donde Ford ha exhibido las carrocerías hatchback y familiar del Focus (para China ha escogido el sedán de cuatro puertas), lo más sobresaliente es la apuesta del nuevo modelo por la diversidad. Como ya ha hecho recientemente con el Fiesta, la marca norteamericana no quiere dejar escapar clientes potenciales y ofrece la mayor variedad de versiones posible.
Así, habrá disponibles dos carrocerías, como hemos mencionado, tres acabados, versiones crossover (Active), deportiva (ST-Line) y lujosa (Vignale), ocho motorizaciones, dos cajas de cambios, importantes novedades en ayudas a la conducción, como el sistema Stop&Go, y conectividad mejorada con la incorporación del FordPass Connect, que actúa como dispositivo wifi para hasta 10 dispositivos.
Desde el punto de vista estético, el Focus gana en músculo gracias a unos voladizos de menor tamaño que sitúan la atención visual en un capo más alargado y una zaga más corta. Dicho de otro modo, el pilar delantero se retrasa y el trasero se alinea con las ruedas traseras. En el frontal adquiere más presencia la parrilla de corte deportivo, flanqueada por unos grupos ópticos más afilados y divididos visualmente en dos por una franja de luces led diurnas.
El coche apenas crece de manera significativa, pero sí lo hace la capacidad de carga de la versión wagon, que pasa de 490 a 680 litros, y en menos medida la del cinco puertas, donde aumenta 12 litros, hasta los 375.
En el interior, el diseño se ha simplificado y limpiado de manera que resalte la mayor calidad de los materiales, especialmente cuidados en las versiones ST-Line y Vignale, donde el acento recae en la deportividad (costuras rojas, fibra de carbono) y el refinamiento (madera y cuero), respectivamente.
En la oferta mecánica se imponen ya los motores de gasolina (cinco) sobre los diésel, que son tres. En el primer caso, Ford recurre a la tecnología EcoBoost, especialmente al multipremiado 1.0, con tres niveles de potencia (80, 100 y 125 caballos), al que se suma un nuevo bloque 1.5 que entrega 150 o 182 CV. Los motores diésel EcoBlue son los 1.5 y 2.0 estrenados hace un par de años. Los cambios disponibles son uno manual de seis velocidades y otro automático, de nuevo desarrollo, de ocho.
Las novedades tecnológicas introducidas en el nuevo Focus incluyen mejoras en la suspensión para incrementar el confort y en el control de crucero adaptativo, ligado al nuevo sistema Stop&Go, asistente de dirección evasiva, head-up display reformulado e iluminación adaptativa, entre otras.
