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Ecodiseño, la estrategia que busca hacer envases más sostenibles y reducir la huella ambiental

Varios envases.
7 de diciembre de 2021 06:01 h

El diseño del envase de un producto es crucial en la batalla común y global hacia el cuidado por el medio ambiente. Por eso, cada vez son más las empresas comprometidas en hacer que los envases que ponen en el mercado sean diseñados y fabricados siguiendo criterios de sostenibilidad. Y la puesta en práctica de este compromiso, que en España lleva más de dos décadas instaurado, es lo que se conoce como ecodiseño. Es decir, la estrategia que busca hacer envases más sostenibles y reducir al máximo posible la huella ambiental. Además, el ecodiseño es un eslabón clave en la economía circular, basada en la reutilización, la reparación y el reciclaje.

Las cifras avalan esta tendencia responsable en el ámbito empresarial, consciente de los avances que aporta el ecodiseño de sus envases. Y es que, según el VII Plan Empresarial de Prevención (2018-2020) de Ecoembes —la organización ambiental sin ánimo de lucro que coordina la gestión del reciclaje y el ecodiseño de los envases domésticos en España—, en los últimos tres años 2.193 empresas en nuestro país -el 52% de ellas pymes- han aplicado hasta 9.380 medidas de ecodiseño para minimizar el impacto ambiental de sus envases.

El 50% de las medidas de ecodiseño aplicadas en los envases en este trienio, tienen como objetivo la reducción o eliminación del plástico y otros materiales en la fabricación de los envases. De tal manera que se ha conseguido un ahorro de más de 49.000 toneladas de materias primas en un periodo comprendido entre 2018 y 2020. 

Pero también existen otras fórmulas de ecodiseño y que cada vez son más las empresas que las adoptan. Hablamos, por ejemplo, de la creación de envases más fácilmente reciclables o bien reintroduciendo material previamente reciclado en los mismos. En este sentido ya se han conseguido reintroducir 37.000 toneladas de materia prima reciclada en la fabricación de nuevos envases. Esto no sólo supone un aporte importante para la sostenibilidad, sino que además fomenta el modelo de la economía circular.

En este sentido trabajan por ejemplo, en El Corte Inglés, siendo cada vez más habitual encontrar en sus instalaciones peluches de juguete elaborados con botellas recicladas o botellas de zumo compuestas con un alto porcentaje de PET (plástico tereftalato de polietileno) reciclado, ejemplos de las múltiples medidas de ecodiseño que aplica la empresa.

“Desde hace mucho tiempo implantamos medidas tendentes a la minimización de materia prima y ahora también tenemos el compromiso de que en 2025 todos los envases de nuestra marca propia tienen que ser reutilizables, reciclables o compostables”, señala Brezo Tejerina, responsable de Sostenibilidad de El Corte Inglés marcando los valores necesarios para transformar la manera de producir y consumir. Un recorrido que afianza los valores de sostenibilidad contando también con el compromiso de clientes y proveedores. 

Otras medidas de ecodiseño, todavía no tan extendidas, pero con gran proyección de futuro, son aquellas enfocadas al fomento de la reutilización, la reducción de su impacto ambiental o al rediseño de los envases. Precisamente ésta última, ha sido la apuesta estrella liderada por el Grupo Calvo, la compañía de alimentación especializada en conservas de pescado.

“Hemos querido dar un paso más allá, creando un envase (para las conservas de atún) que se llama vuelca fácil, y la idea es que vaya sustituyendo al envase tradicional, porque desde un punto de vista del ecodiseño tiene varias ventajas”, explica Mariví Sánchez Jiménez, directora de Sostenibilidad y Comunicación del grupo alimentario. Por un lado, el uso de este nuevo envase frente a los tradicionales de conserva, “impacta un 35% menos en el cambio climático” gracias que, como apunta Sánchez, “la reducción de materiales en la elaboración del envase y la reducción de aceite en el producto es lo que ha conseguido que estemos ante un envase que se comporta medioambientalmente mucho mejor que los tradicionales”. Unos avances que encierran mucha complejidad tecnológica y que también son el resultado de una apuesta por el ecodiseño de esta empresa que ha dedicado cinco años y una inversión de 30 millones de euros. 

Más allá de esta medida concreta, desde el Grupo Calvo hacen gala de los objetivos en materia de sostenibilidad relacionado con el diseño o los materiales de sus envases. Con el horizonte en 2025, la compañía se ha marcado como reto que al menos el 95% de los materiales de sus envases sean reciclables. Un objetivo que aseguran haber alcanzado ya: según indican, el 99,5% de los materiales que ponen en el mercado se pueden reciclar. Otra meta es la de conseguir que al menos el 85% de los materiales utilizados sean de origen reciclado o con certificado sostenible. “Entendemos que los consumidores lo aprecian y que es una responsabilidad de la empresa reducir su impacto. Siempre se puede mejorar”, concluye Sánchez optimista. 

Bajo ese pensamiento, las empresas siguen esforzándose en ofrecer productos y envases cada vez más sostenibles, apoyándose en el ecodiseño, porque los beneficios son claros: durante los últimos años se ha conseguido reducir 104.556 toneladas de materias primas utilizadas en la fabricación de envases, ahorrando 11.229.202 MWh de energía  y 124.422.812 m3 de agua.

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