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El camalote ha cambiado el ecosistema del Guadiana y los agricultores temen que acabe con el arroz

La planta arrancada, y amontonada junto a los caminos en Vegas Altas

José L. Aroca

Ya no es solo cosa de ecologistas, de preocupados por el paisaje del río, o por la amenaza para el sector hostelero y turístico. La asociación de agricultores y ganaderos de Don Benito y comarca ha avisado de que se trata de un problema económico en toda regla tanto por lo que está costando sacar el camalote de la cuenca del río –hasta el momento 26 millones de euros gastados-, como por la amenaza de que las semillas lleguen a los arrozales y arruinen uno de los más productivos cultivos de las Vegas Altas.

Estos arrozales, solo en precio de venta, suponen 58 millones de euros y son un recurso “vital” para la zona ya que además mueven dinero en el sector servicios, mano de obra y transporte; Extremadura es la segunda productora nacional tras Andalucía.

La asociación profesional de agricultores y ganaderos dombenitense ha acusado a la Confederación Hidrográfica del Guadiana (CHG), responsable de la cuenca, de haber dejado crecer el problema hasta extremos que “nos va a costar décadas acabar con él, si es que lo logramos”, refiere Emilio Camacho, secretario de ese colectivo.

En este momento Confederación está sacando del río cientos de toneladas diarias de esta planta, pero las amontona en las márgenes, de manera que aunque la planta se seque permanece la semilla viva durante 20 años, con el peligro de seguir propagándose por cauces de ríos y arroyos, por acequias y otras infraestructuras de riego, y hasta en las zonas húmedas de los arrozales.

Lo agricultores y ganaderos de Don Benito han reclamado que la planta se deposite en vertederos especiales, lejos de cauces y zonas donde pueda germinar, y se la queme para destruir las semillas.

El camalote es ya una planta invasora extendida a lo largo de 150 kilómetros del Guadiana, desde estas Vegas Altas al menos hasta Olivenza. En Medellín ha hecho desaparecer el río, y lo mismo en Mérida agolpada en enormes masas contra el Puente Romano. Atasca numerosas tomas de riego directas del cauce, “y tememos que pueda llegar a canales y acequias”, advierte Emilio Camacho.

“Nos hace sospechar”

Su asociación acusa a Confederación de “descontrol y tardanza” en atajar este problema ecológico y económico, de tal manera que “nos hace sospechar que esto puede haberse convertido en un  negocio para alguien”. Y no, “esto no puede convertirse en un plan de empleo regional, esto es una  catástrofe ecológica y económica que vamos a sufrir todos los extremeños”. 

“¿Cómo es posible que un organismo como Confederación, con tantos medios y agentes de policía de agua haya dejado que esto llegue hasta aquí?”, deja en el aire la pregunta Emilio Camacho.

Está cambiando el río

En el Guadiana el camalote ha encontrado un hábitat de desarrollo sensacional, temperaturas suaves y gran cantidad de nutrientes procedentes de la agricultura extensiva que se practica, y su acción es tan potente que ya está cambiando el ecosistema de este gran curso de agua ibérico.

Disminuye la cantidad de oxígeno disponible, se reduce “enormemente” la cantidad de luz que llega al agua y, sobre todo, rescata “muchísimos nutrientes” en detrimento de otras especies autóctonas.

Así lo ha manifestado este miércoles Francisco María Vázquez Pardo, investigador del Centro de Investigaciones Científicas y Tecnológicas de Extremadura (Cicytex) y coordinador del Grupo Habitat, en el transcurso de unas jornadas sobre el camalote que se han celebrado en la Asamblea de Extremadura, según recoge la agencia Efe.

Vázquez Pardo ha explicado que el impacto y la influencia del camalote es homogénea en cualquier espacio: social, productivo y medioambiental. El camalote homogeneiza el río que es “un elemento con diversidad de espacios, caudales y calidad del agua”.

Esta planta invasora hace que todos los organismos que dependen de la luz, de los nutrientes y del espacio, “ven totalmente limitado su entorno, mucho se pierde, cambia y, consecuentemente, el río pierde vida”.

El ecosistema se está transformando y, por ejemplo, en microorganismos como las algas verdes “hay un porcentaje elevado que está desapareciendo en beneficio de otras que no necesitan luz”.

Otros organismos “no tienen suficientes nutrientes y se tienen que ir a otras zonas”, ha continuado

Falta dinero para el herbicida

También ha intervenido en las jornadas Trinidad Ruiz Téllez, profesora titular de Botánica en la Facultad de Ciencias de la Universidad de Extremadura (UEX) y miembro de uno de los grupos que han investigado sobre el camalote en Extremadura.

En base a un convenio con la CHG, se hizo un seguimiento de la planta durante los primeros años para ver sus características: si formaba semilla, si polinizaba...; así como una prospección bibliográfica enorme y contactos con centros de investigación de distintas partes del mundo, afectadas por esta plaga y que habían articulado medidas para tratar de erradicarla.

Entre las actuaciones llevadas a cabo, desarrollaron un herbicida, que es biodegradable, pero que está “en fase inicial”. Téllez ha subrayado que desarrollar un nuevo producto es “una cosa larga, cara y tediosa”, aunque “dio buenos resultados” con la patente propiedad de la UEX.

También se ha investigado sobre los usos de esta planta, ya que como se extraen toneladas de la misma, “en otros sitios del mundo utilizan esa cantidad para de alguna manera sacar un rendimiento que un poco permita sufragar los gastos de su extracción”.

En su opinión, esa “no es la mejor alternativa para la planta aquí en Europa” y además “siempre podría ocurrir que hubiera un conflicto de intereses y que alguien estuviera poco interesado en erradicarla”

Junta y Plataforma enmiendan a Confederación

En la jornada técnica celebrada ayer en el Parlamento extremeño tanto la Junta como la Plataforma SOS Guadiana le enmendaron la plana a Confederación, que cree que estos meses son los mejores para atacar la plaga, mientras que ellos, con argumentos de la Universidad de Extremadura piden que sea en invierno, en febrero y marzo, porque con el frío la planta está aletargada y se reproduce peor

La Consejería de Medio Ambiente de Extremadura quiere que la UE declare el camalote “planta exótica invasora” y para ello ha instado al Gobierno central a que eleve esta petición ante las instancias comunitarias. “El primero que debe liderar esta lucha contra el camalote y su inclusión como planta exótica invasora en el Reglamento de la UE es Estado español”, ha remarcado la consejera de Medio Ambiente y Rural, Políticas Agrarias y Territorio, Begoña García, quien  anteayer trasladó esta problemática a la ministra Isabel García Tejerina.

La consejera sostiene que el camalote se está extrayendo “penosamente, sin seguir los criterios de los científicos de la Universidad” de Extremadura (UEx).

Problema “gordo y acuciante”

Plataforma SOS Guadiana cree que se ha intervenido “tarde y seguramente no del todo bien”.

Para la presidenta de la Asamblea de Extremadura, Blanca Martín, la invasión del camalote o jacinto de agua en el cauce del Guadiana a su paso por la comunidad “no es algo estacional, es un problema mucho más gordo” que afecta ya desde hace diez años.

Martín ha alertado de que en Mérida “ya no hay río, todo es camalote” pero lo que realmente más “impresiona” es la situación de esta planta invasora a su paso por Medellín, donde ni siquiera se ve “una pequeña cantidad de agua”.

Además, ha trasladado la preocupación que existe porque el camalote entre en las zonas de regadío y acabe afectando a la agricultura, lo que demuestra también que el problema es “acuciante”.

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