Acorex no levanta cabeza y empieza a sufrir la falta de suministro de proveedores
Mientras las guerras internas de Acorex estallan en despachos políticos y se buscan préstamos bancarios para tapar la sangría, la crisis se ceba entre los trabajadores amenazados por un brutal ERE (del que aún desconocen su alcance) y las pequeñas cooperativas que cada día que pasa encuentran más problemas para resistir una situación más que adversa.
En situación de emergencia, son muchas las pequeñas cooperativas que han comenzado a buscar una salvación individual. En la reciente campaña del tomate, por ejemplo, que acaba de cerrarse hace pocos días, Acorex apenas ha llegado a contratar un 10% del tomate que llego a contratar en épocas más prósperas con respecto.
En Vegas Bajas, en localidades como Talavera la Real o Pueblo Nuevo, pequeñas cooperativas no han comercializado su tomate con Acorex, sino a través de otras empresas. Es verdad que se han roto de esta manera las reglas básicas del grupo cooperativo, pero… es la única manera que han encontrado de poder cobrar su producción tras muchos meses de trabajo, razonan.
Deudas con proveedores
Pero la desbandada de las pequeñas cooperativas no se muestra solo a la hora de vender por separado, al margen del grupo. También se ha roto el grupo a la hora de comprar porque Acorex empieza a acumular deudas muy altas con diversos proveedores que han decidido cortar el suministro.
Compañías de fertilizantes, energía, agroquímicos y semillas han comunicado a Acorex que no hay más entregas si no hay un pago al contado. Hay alguna empresa, Keytrade Iberia SL, por ejemplo, que ha requerido el pago de una deuda de 2,8 millones de euros.
La falta de información procedente del núcleo dirigente del grupo no disminuye la inquietud entre los socios, todo lo contrario. Tampoco ha causado un efecto tranquilizador el mensaje lanzado la pasada semana por la vicepresidenta de la Junta Cristina Teniente mostrando su apoyo al plan de viabilidad de la actual dirección. De hecho, son muchos los socios los que dudan de que ese plan pueda ser aprobado en la próxima asamblea, especialmente si ello supone aportar más fondos o asumir más deudas desde las cooperativas.
Otra sorpresa que se refleja entre muchos pequeños cooperativistas y trabajadores es el mesurable interés que este problema de Acorex parece generar entre partidos políticos, sindicatos, organizaciones agrarias… Creen que tal vez no sean conscientes de la gravedad de la situación. O no quieren mirar.
