Los beneficios de salir a pasear cuando hace frío
Las temperaturas han bajado y muchas personas pasan mucho más tiempo en casa protegiéndose del frío. Sin embargo, las bajas temperaturas no deberían ser razón para hibernar, aunque la tentación de quedarnos en casa envueltos en una manta con una taza de té caliente nos venza en más de una ocasión.
Mantenernos activos durante el invierno y salir a caminar es muy recomendable. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), andar y mantenerse activo reduce el riesgo de hipertensión, accidente cerebrovascular, diabetes, depresión y caídas; mejora la salud ósea; es clave en el gasto energético, por tanto, fundamental para el equilibrio calórico y el control del peso.
Los seis motivos por los que salir fuera incluso cuando hace frío
Caminar, por tanto, es siempre una actividad positiva y recomendada. Y hacerlo en invierno puede ser bueno para la salud además por otros varios motivos:
- Activa el sistema inmunológico: caminar al aire libre en invierno puede activar el sistema inmunológico, lo que mejora la capacidad para evitar infecciones. Y también mejora la sensibilidad a la insulina por parte de las células, lo que ayuda a evitar la diabetes de tipo 2. No obstante los diabéticos deben extremar las precauciones, pues el frío consumo mucho azúcar y al vez, el azúcar aminora la sensación de frío.
- Quemamos más calorías: las personas pueden llegar a quemar un 34% más de calorías cuando caminan en un clima frío que cuando lo hacen a temperaturas suaves, según un estudio publicado en American Journal of Human Biology. Cuando hace frío, el cuerpo trabaja más para mantener la temperatura central.
- Fortalece el corazón: en climas fríos, el corazón debe trabajar más para mantenernos calientes Esto es normal, y una vez se calienta, empezará a latir como lo hace normalmente con el fin de igualar la intensidad de la caminata. Sin embargo, debemos tener cuidado si sufrimos una enfermedad cardíaca, porque puede elevar la presión arterial y disminuir el oxígeno en el cerebro, lo que ejerce presión sobre el corazón.
- Nos aporta vitamina D: la luz solar nos nutre de vitamina D, crucial para tener unos huesos fuertes. Las investigaciones muestran que solo de 5 a 30 minutos de luz solar all día son suficientes para obtener la vitamina D que necesitamos. Por tanto, la mejor franja para salir durante los meses de frío sería el mediodía, cuando hay más luz natural y más temperatura ambiente.
- Mejora nuestro estado emocional: la exposición al aire fresco y la luz solar nos puede ayudar a mejorar nuestro bienestar emocional, sobre todo en una época en la que algunas personas sufren trastorno afectivo estacional (TAE).
- Mejora el sueño: las temperaturas más frías nos ayudan a dormir mejor en general. Este proceso puede llevar hasta dos horas en verano, pero es mucho más rápido en inviernos. Las caminatas de invierno permiten que la temperatura del cuerpo tarde menos en enfriarse.
La hidratación también es importante (aunque haga frío)
Uno de los aspectos que solemos olvidar cuando hace frío pero que continúa siendo muy importante es la hidratación. En un clima caluroso tenemos muy claro que es importante mantenernos bien hidratados. Pero en un clima frío también podemos deshidratarnos debido a la transpiración, la respiración y la mayor producción de orina.
Aunque no sudemos tanto como lo hacemos en los meses de verano, o no tengamos la sensación de sed, la ingesta de 1,5 litros de agua al día es muy importante. Por tanto, al llegar a casa tras una caminata invernal es recomendable hidratarnos y beber agua.
Cómo debemos vestirnos al salir a pasear con frío
La ropa es otro aspecto clave para no pasar más frío de la cuenta. Si no nos vestimos de forma adecuada para soportar las bajas temperaturas, podemos pasarlo muy mal y, en casos más extremos, corremos el riesgo de desarrollar hipotermia o una temperatura corporal baja.
La tecnología nos ha dado un sinfín opciones textiles, desde ropa deportiva elaborada con tejidos térmicos, a micropolares de secado rápido o materiales ligeros de alta tecnología que nos mantienen calientes pero que, a la vez, eliminan la humedad.
Lo más recomendable para salir a pasear con frío es vestirse en capas que podamos ir eliminando o agregando, en función de si tenemos frío o calor. Una primera capa, la que está en contacto con la piel, con ropa que transpire (algodón, poliéster o microfibras de materiales sintéticos) para eliminar la humedad del sudor; una segunda capa intermedia debe proporcionar calor y una exterior (chaqueta de nailon o poliamida, tipo cortavientos) nos protegerá del viento y de la lluvia.
Todo ello sin olvidar unos guantes, un gorro y un buen calzado. Debemos tener en cuenta que el flujo sanguíneo permanece concentrado en el núcleo del cuerpo, bombeando el corazón. Esto hace que nuestras extremidades sean más susceptibles al frío. Si conseguimos mantener el calor en estas partes lograremos conservar la temperatura que va generando nuestro cuerpo al caminar.
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