No deberíamos secar la ropa dentro de casa y esta es la razón

Ropa secándose en una calle de Lisboa

Marta Chavarrías

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Ya ha llegado el frío y muchas personas que no tienen la suerte de disponer de una terraza, un balcón o una secadora para secar la ropa tendrán que hacerlo dentro de casa.

Una práctica poco recomendable porque puede atrapar el exceso de condensación en el interior, lo que genera problemas como la humedad y la formación de moho en nuestras casas.

Parte del problema se debe sobre todo al secado de la ropa en radiadores, lo que aumenta los niveles de humedad en el interior hasta en un 30%. Esta práctica puede llegar a perjudicar la salud de las personas con sistemas inmunitarios debilitados o que sufren asma.

No solo factores como el polen, algunos medicamentos, picaduras y ciertos alimentos ayudan al desarrollo de los síntomas alérgicos: también la humedad en el hogar superior al 45% y el 65% puede afectar a la salud a largo plazo.

Lo reconocía hace unos años un estudio realizado por el Instituto de Investigación de Arquitectura Ambiental Mackintosh de Glasgow, según el cual secar la ropa dentro de casa puede tener un impacto negativo en la salud y la calidad del aire. 

Cómo afecta la humedad a la salud

Desde la perspectiva de la salud, muchos agentes biológicos que se encuentran en el interior de las casas prosperan con la humedad y una ventilación inadecuada. La humedad en sí misma ha sido un buen indicador del riesgo de asma y síntomas repiratorios

En 2009, la Organización Mundial de la Salud (OMS) publicaba la Guía sobre calidad de aire interior: humedad y moho, en la que reconocía que existe evidencia epidemiológica para concluir que las personas que viven en casas húmedas tienen más riesgo de desarrollar síntomas del tracto respiratorio superior e inferior (tos y silbidos al respirar), infecciones respiratorias y asma. Más tarde, en 2011, añadía a esta lista la falta de aire, la bronquitis y la rinitis alérgica.

Uno de los problemas del exceso de humedad es la presencia de ácaros de polvo, que crecen en ambientes con una humedad superior al 70% y a una temperatura de unos 25ºC y que están presentes sobre todo en almohadas, colchones, alfombras, moquetas o muebles tapizados.

Según la Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica (SEAIC), constituyen una de las causas más frecuentes de alergia respiratoria. Otra investigación publicada en Environmental Health Perspectives, realizada por expertos de la Universidad de Birmingham, del Reino Unido, concluía que la humedad que se acumula en paredes o alfombras, así como el olor a moho, duplica el riesgo de desarrollar asma en niños de uno a siete años.

Problemas de hongos

Sin una ventilación adecuada, el exceso de humedad no tiene por dónde escapar y puede provocar problemas de salud si no se soluciona. A medida que la ropa mojada se seca, la humedad que libera en el aire crea las condiciones de reproducción ideales para que crezca moho y otros irritantes que se transportan por el aire que pueden inhalarse.

Los ambientes húmedos fomentan el crecimiento de moho, que puede liberar esporas, que producen alérgenos, irritantes e incluso sustancias tóxicas. El riesgo de inhalar o tocar estas esporas sin saberlo puede causar reacciones alérgicas como estornudos, secreción  nasal, ojos rojos, erupción cutánea y, sobre todo, de ataques de asma. 

La humedad facilita el crecimiento de Aspergillus fumigatus en paredes, techos y ventanas, y que se liberen esporas indetectable en el aire que las personas pueden inhalar.

Según el estudio de Glasgow, los expertos encontraron en el 25% de los hogares analizados altos niveles de este hongo, que puede causar infecciones pulmonares en personas con sistemas inmunitarios debilitados. 

Otro estudio, esta vez llevado a cabo por expertos del Centro Nacional de Aspergilosis de Manchester, admitía que una carga de ropa recién sacada de la lavadora contiene casi dos litros de agua, que se libera al ambiente. 

Aunque la mayoría de personas son inmunes al hongo que crece en estas condiciones húmedas o tienen un sistema suficientemente saludable para combatirlo, en las personas que padecen asma puede provocar tos y sibilancias y, en personas con sistemas inmunitarios débiles, como pacientes con cáncer que reciben quimioterapia, el hongo puede causar problemas pulmonares.

Cómo reducir la humedad dentro de casa

Para minimizar el riesgo de que se desarrolle moho al secar la ropa mojada en casa es recomendable lo mejor es la prevención y llevar a cabo medidas como:

  • Ventilar la habitación: para evitar la humedad mientras se seca la ropa es importante facilitar el flujo de aire donde vayamos a colgar la ropa. Colocar el tendedero en algún lugar donde haya buena circulación de aire y abrir una ventana durante unos minutos para aumentar la ventilación.  
  • Realizar un segundo centrifugado: este sencillo truco permite reducir la cantidad de agua de las prendas que salen de la lavadora.
  • Secar la ropa en perchas: de esta manera conseguimos que el aire pase por dentro de la prenda y se seque antes, reduciendo así el tiempo que la prenda está mojada.
  • Usar un deshumidificador eléctrico: si hace mucho frío fuera para abrir una ventana estos aparatos nos ayudarán a evitar que los hongos y la humedad se acumulen en las paredes y los techos. Funcionan aspirando el aire, extrayendo el exceso de humedad en un depósito y liberando el aire nuevamente a la atmósfera. 

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