Seis pequeños retos caseros para llevar mejor la cuarentena
Desde hace tiempo, las redes sociales en internet popularizaron los llamados “retos virales”. Alguien se graba en vídeo haciendo algo curioso y desafía a algunos de sus contactos a hacer lo mismo: cuando tiene éxito -cosa que sucede sobre todo cuando personas famosas se suman a la iniciativa- su gesto se multiplica por miles e invaden Twitter, Instagram, Facebook y otros espacios virtuales.
Llamadas también challenges (“retos” o “desafíos”, en inglés), algunas de estas propuestas se hicieron muy conocidas incluso fuera del ámbito de la web. Por ejemplo, la del planking (que consistía en acostarse boca abajo y fotografiarse en un sitio inusual, y es considerado el primer reto popular en internet), la del maniquí (permanecer lo más quieto posible) o la de la cubeta de agua fría (que tuvo el fin de concienciar sobre la esclerosis lateral amiotrófica o ELA).
Tales desafíos constituyen una manera de pasar el tiempo y entretenerse, una necesidad no menor para sobrellevar estos días de confinamiento obligado por la pandemia de coronavirus. Algunos ya se han hecho muy populares en estos días, como el reto del papel higiénico, también llamado “10 toques challenge”, que consiste en dar esa cantidad de toques al rollo de papel como si fuese un balón de fútbol. La participación de leyendas del fútbol como Xavi Hernández y Lionel Messi, por supuesto, ha contribuido a su difusión.
De hecho, algunas entidades gubernamentales han lanzado sus propios desafíos, como el Ayuntamiento de Logroño, que con el lema “Os retamos” propone pruebas para jóvenes de entre 11 y 17 años hasta el 18 de abril. Y lo mismo hacen organizaciones sin ánimo de lucro, como la Fundación Aviva, con sede en Salamanca, destinada a defender los derechos de personas con discapacidad. Todo bajo las consignas, convertidas en hashtag, #QuédateEnCasa y #YoMeQuedoEnCasa.
Más allá de esas propuestas, ¿qué otros retos caseros se pueden afrontar durante esta cuarentena? A continuación, un listado con otros posibles desafíos, algunos de los cuales ya circulan en las redes.
1. Fotos de pequeños
Es un reto muy simple, y que tiene éxito porque siempre resulta simpático que los adultos muestren fotos de cuando eran niños. Es un desafío que ya se ha viralizado y del que han participado la periodista Sara Carbonero, el actor Miguel Ángel Silvestre y la actriz Macarena García, entre otros famosos. La consigna es compartir una foto propia y “nominar” a otras personas a que hagan lo mismo, las cuales a su vez deberán repetir el procedimiento.
2. Encestar calcetines
Este desafío también ha circulado bastante a partir de que Rudy Fernández, jugador de baloncesto del Real Madrid y la Selección española, publicara un vídeo en su cuenta de Twitter. Se trata de utilizar una gorra a manera de cesto y embocar en ella tres pares de calcetines -plegados sobre sí mismos- de forma consecutiva. También se puede usar, desde luego, un aro de baloncesto de juguete, o un colador o cualquier otro objeto que se le parezca. Parece simple, pero puede no serlo. El hashtag utilizado es #CapSocksChallenge, es decir, “reto gorra calcetín”.
3. Un selfie cada día
Hay varios experimentos de personas que se han tomado fotos todos los días. Por citar solo uno de ellos, está el caso de un joven llamado Jordan Wilson, quien se fotografió a diario durante una década, desde sus 13 hasta sus 23 años de edad. El vídeo que muestra esas imágenes suma -solo en YouTube- casi 20 millones de reproducciones. Pues el mismo reto es posible plantearlo durante la cuarentena: una foto por día.
Está claro que, si bien el confinamiento por el virus podrá parecer larguísimo, no es un periodo tan extenso, y no se verán en las fotos cambios tan notorios como en el ejemplo de Wilson. Pero sí podrán advertirse otras diferencias: las expresiones, el humor, la ropa utilizada y, sobre todo, los cambios en el aspecto, relacionados con el peinado, la longitud del cabello, la barba y los bigotes, etc.
Un reto para los hombres, en efecto, puede ser no afeitarse durante la cuarentena, de modo que el crecimiento de la barba y los bigotes ayuden en la percepción del paso del tiempo. José María Giménez, futbolista uruguayo del Atlético de Madrid, planteó un desafío radical: raparse la cabeza. Además de la posibilidad de compartirlo en internet en tiempo real, es un registro de este momento tan especial que quedará para la posteridad.
4. Dibujar con la nariz
Lo de dibujar con la nariz puede sonar raro, pero es lo que propone un filtro de Instagram llamado precisamente así (en inglés): Draw with your nose. No se trata de apoyar la nariz en la pantalla, sino simplemente de moverla frente a ella; la aplicación se encarga del resto. Una dificultad añadida es que hay que hacerlo en apenas cinco segundos. Este desafío tuvo mucha difusión en estos días a raíz de un vídeo compartido en Twitter por los Jonas Brothers.
5. Cantar al salir de la ducha
Cantar bajo la ducha es un clásico, pero difícil de registrar con el móvil. Por eso, la propuesta de la actriz y cantante Edurne es grabar un vídeo poniéndole voz a una canción que suene de fondo, justo al salir de ducharse y compartirlo en las redes, con el hashtag #DuchaChallenge. Una propuesta para añadir un toque original y divertido al momento de higienizarse.
6. Escribir
Con relación a la escritura, los retos más comunes tienen que ver con escribir una cierta cantidad de palabras (o de caracteres por día), como un modo de estimular el hábito. A partir de esa lógica, el argentino Santiago Llach organizó un “Campeonato Mundial de Escritura”: hay que escribir 3.000 caracteres por día durante catorce días consecutivos.
La inscripción ya cerró -se apuntaron más de 3.000 personas- pero se puede seguir la misma consigna aunque no se forme parte de manera “oficial” de la iniciativa. Hay una cuenta de Twitter específica y los comentarios usan el hastag #MundialDeEscritura. Por lo demás, también existe la opción de llevar una bitácora de la cuarentena.
No solo funciona como un entretenimiento, sino que además es una actividad con efectos terapéuticos. Apuntar las experiencias, las sensaciones y las emociones experimentadas a lo largo del día ayuda a procesarlas mejor, a hacer catarsis y a prevenir posibles síntomas de estrés y ansiedad. En este caso, obviamente hay que tener cuidado de qué se comparte en internet. Si la bitácora se torna muy “íntima”, exhibir sus contenidos en las redes sociales seguramente no será la mejor decisión.
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