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Urkullu quiere para Euskadi un “cortafuegos” ante la “inestabilidad permanente” de España

Urkullu, con todos sus consejeros salvo los del PSE-EE, a su llegada al Parlamento Vasco

Iker Rioja Andueza

El lehendakari, Iñigo Urkullu, ha pronunciado un largo discurso en la apertura del pleno de política general que celebra este viernes el Parlamento Vasco como arranque del último curso de la legislatura. En él, la situación política de España y la repetición electoral han sobrevolado toda su alocución. Ha arrancado apelando en euskara al diálogo y a la responsabilidad y ha cerrado, casi 75 minutos después, pretendiendo establecer en Euskadi “un cortafuegos ante la inestabilidad permanente” del entorno. “No someteré a Euskadi a la tensión política que estamos conociendo en España”, ha solemnizado Urkullu ya en castellano. El dirigente del PNV no ha dado pistas del final de la legislatura vasca ante la posibilidad de que también se produzca un adelanto electoral.

Urkullu arranca el último tramo de su segundo mandato orillando su situación de minoría en el Parlamento Vasco (la coalición de PNV y PSE-EE suma 37 de 75 escaños) y remarcando que “aquí se ha mantenido el diálogo político [...] con los tres grupos de la oposición”. “A pesar de todo lo que se dice, aquí se han alcanzado acuerdos”, ha explicado el lehendakari, citando algunos de ellos, y en contra de lo que en su momento denunció el propio PNV, que había una “pinza” entre EH Bildu, Elkarrekin Podemos y el PP para bloquear la acción de Gobierno. Sobre los socialistas, sus socios de Gobierno, tras una semana de tiranteces, Urkullu ha agradecido la “máxima lealtad” de los tres consejeros del PSE-EE, que se ocupan de las áreas de Medio Ambiente y Vivienda, Trabajo y Justicia y, finalmente, Turismo y Comercio.

El final de la legislatura vendrá condicionado por la aprobación o no de los presupuestos de 2020. Los de 2019 se quedaron en la estacada porque el anterior socio, el PP, rompió con el Gobierno como consecuencia de la moción de censura contra Mariano Rajoy. El intento de acercamiento con EH Bildu naufragó en medio de reproches cruzados. Sin embargo, las leyes de acompañamiento para gestionar la prórroga fueron aprobadas merced a la abstención de Elkarrekin Podemos. Sobre la futura negociación, que coincidirá en el tiempo con el período electoral, Urkullu no se ha cerrado ninguna puerta: “La mano del Gobierno vasco sigue tendida [...]. Diálogo con voluntad de acuerdo [...]. Haré todo lo que esté en mi mano para mantener en Euskadi el compromiso y la responsabilidad con una política útil”.

“Concierto político”

Urkullu ha dedicado parte de su alocución -bilingüe estructurada en tres partes: balance, propuestas y retos a 2030- a valorar la situación del autogobierno vasco. El asunto tiene una doble vertiente. En puertas del 40 aniversario del Estatuto de 1979, el lehendakari ha apelado a que se ejecuten las transferencias pendientes. Ha recordado que en 2019 firmó con el Gobierno de Pedro Sánchez un calendario para acometer todos los traspasos -salvo el del régimen económico de la Seguridad Social- y que ello ha quedado parado por la falta de Ejecutivo salvo por algunas cuestiones menores, la AP-1, la AP-68 y líneas menores de ferrocarril. Como ya se conocía, ha puesto en valor los avances que ha acarreado el Estatuto de Gernika.

La segunda cara es ya un clásico en los discursos de Urkullu desde que accedió al cargo en 2012, un nuevo marco de relación con España. Los conceptos han ido variando con el paso del tiempo -“nación foral”, modelo “confederal” y ahora ha rescatado la idea de un “Concierto Político” similar al Concierto Económico- y también los compromisos, que en un primer momento aludían a una consulta soberanista en 2015 y después a que el derecho a decidir estaría ejercido para 2020.

¿Cuál es la situación actual? PNV y EH Bildu acordaron en 2018 una propuesta de reforma del Estatuto con marcado acento soberanista pero, justamente hace un año, el lehendakari dijo que era necesario ensancharla para incorporar a los no nacionalistas al acuerdo de convivencia. Ahora el asunto está en manos de un grupo de expertos que debería alumbrar -tras algunos meses de retraso- una propuesta antes del 30 de noviembre. Este grupo se reunió el lunes en el Parlamento. Haya o no adelanto electoral, será imposible tramitar una reforma del Estatuto antes del final de la legislatura. Con todo, Urkullu cree posible tener “un nuevo modelo de Estado que reconozca su realidad plurinacional” y un marco nuevo de “concertación nacional en Euskadi” que incluya un “pacto” con el Estado que “garantice” los poderes propios frente a injerencias competenciales. “Pacto y bilateralidad con garantías”, ha remarcado.

La falta de tiempo también puede dejar en agua de borrajas otros de los proyectos que ha desgranado el lehendakari, como la nueva Ley de Igualdad o la reforma de la Ley de Educación. Con todo, Urkullu ha destacado que se han adoptado 6.000 actuaciones “que dan cumplimiento” al programa presentado por PNV y PSE-EE en 2016. “Los 175 compromisos de nuestro programa están en marcha”, ha añadido también, si bien ha admitido que en la legislatura la Cámara sólo ha aprobado 9 leyes propuesta por el Gobierno, cuando el calendario de propuestas de inicio de legislatura era mucho más amplio.

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