Un lustro de perspectiva feminista en el arte en Azkuna Zentroa: “Para las mujeres es terriblemente complicado ser artistas”

Entre el año 2012 y el 2017 medio cententar de artistas participaron en el curso Perspectivas Feministas en la Producción Artística y las Teorías del Arte del centro de arte contemporáneo de Bilbao, Azkuna Zentroa, un seminario internacional, intergeneracional e interdisciplinar en el que mujeres artistas, académicas, directoras de instituciones, investigadoras, comisarias y críticas de arte compartieron su trabajo y encontraron el espacio con el que no siempre cuentan y que tanto necesitan para dedicarse al mundo del arte. Ahora, esas sesiones han quedado grabadas en tres libros que recogen las contribuciones realizadas por estas mujeres.

“Las cosas no han mejorado sustancialmente. Cada vez que sacan estadísticas con relación a posición de artistas mujeres tanto a nivel nacional como internacional las cifras son desoladoras. Y cuando se tiene en cuenta que en todas las facultades de Bellas Artes más del 60% son alumnas, te preguntas qué es lo que sucede con ellas, cuando los que sobresalen de cada generación son ellos. Hay un punto duro que se sigue manteniendo, que parecía que iba a ir hacia adelante, pero no se consigue deshacer realmente. Hoy por hoy la situación sigue siendo la que es. Desgraciadamente para las mujeres que se sueñan artistas es terriblemente complicado conseguirlo”, detalla Lourdes Méndez, catedrática de Antropología del Arte de la Universidad del País Vasco (EHU) y directora del curso junto con el comisario de arte Xabier Arakistain.

Por el curso, han pasado por nuestro curso todos los grandes nombres del pensamiento y del arte feminista, como Linda Nochlin, Griselda Pollock, Teresa de Lauretis, Ann Sutherland Harris o Helen Chadwick, algo que, según sus directores, lo convierte en “muy sorprendente o único”. “Estos encuentros han servido de robusto puente para acoger, financiar y divulgar el trabajo de estas profesionales y reflexionar en torno a la incidencia que tienen el sexo, la etnicidad, la raza y la clase social en la producción artística, al tiempo que se han tratado los problemas históricos, teóricos y políticos a los que se enfrentan las investigadoras para seguir construyendo un conocimiento no sexista”, reconocen los directores.

En las sesiones, cuyo contenido se puede disfrutar gracias a los tres volúmenes publicados, se abordaron tanto “las problemáticas teóricas y políticas a las que se enfrentan las investigadoras feministas para seguir construyendo un conocimiento no sexista, como aquellas prácticas artísticas que cuestionan las diferentes dimensiones de la institución arte, incidiendo en la crítica de las representaciones hegemónicas de la diferencia sexual”, señalan.

En sus orígenes, el curso codirigido por Lourdes Méndez y Xabier Arakistain empezó su andadura en 2008 en el Centro Cultural Montehermoso Kulturunea para después pasar a Azkuna Zentroa, donde se suman ya siete ediciones. En la actualidad está coproducido por el Museo de Arte Contemporáneo del País Vasco, Artium Museoa y el Museo de Bellas Artes de Bilbao. “Su desarrollo durante siete años en Azkuna Zentroa ha perseguido el objetivo de difundir el pensamiento y el análisis de mujeres de diferentes países, disciplinas y generaciones sobre la producción artística en las sociedades contemporáneas”, explica el actual director del centro de arte contemporáneo Txomin Olabarri.

Por su parte, Itziar Urtasun,  concejala de Igualdad y Fiestas y adjunta a Cultura del Ayuntamiento de Bilbao enmmarca el proyecto en el interés del Ayuntamiento de Bilbao por “garantizar la igualdad de oportunidades en el acceso a la cultura, tanto desde su dimensión profesional como ciudadana” y “contribuir a visibilizar y poner en valor las aportaciones de las mujeres en las distintas expresiones y sectores de la cultura en Bilbao”. Mientras que la directora de Igualdad de la Diputación Foral de Bizkaia, Trinidad L. Vicente, remarca que “la obra artística nos produce placer o rechazo, nos interpela, nos conmueve, nos emociona, nos impacta, pero más allá de eso, nos construye individual y colectivamente y contribuye con una gran capacidad de impacto a un modelo social de progreso y convivencia”. “Y solo lo será si es feminista”, concluye.