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La abogada de la familia de Manuela Chavero insiste en que hubo agresión sexual antes del asesinato

El autor confeso de la muerte de Manuela Chavero a su llegada a los juzgados de Zafra (Badajoz) en una imagen de archivo

Inmaculada Franco

25 de julio de 2022 16:56 h

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La decisión de la jueza del Juzgado de Primera Instancia e Instrucción de Zafra (Badajoz) de celebrar el juicio contra el acusado de la muerte de Manuela Chavero con un tribunal de jurado pone de manifiesto que su postura ante el caso se encuentra ahora más cerca de la tesis que siempre ha mantenido la acusación particular, y es que Chavero no murió accidentalmente, sino que su muerte “fue un asesinato subsiguiente a una agresión sexual”, según ha manifestado a elDiario.es Extremadura la abogada de la familia, Verónica Guerrero.

Los restos óseos de esta vecina de la localidad pacense de Monesterio, de 42 años, se encontraron en una finca del acusado tras cuatro años desaparecida.

Guerrero ha insistido en que la agresión está evidentemente acreditada y asegura que hay pruebas claras y objetivas de que fue agredida sexualmente antes de morir. “Por supuesto la agresión no aparece en los informes forenses. Nosotros entendemos y defendemos que la ocultación del cadáver durante cuatro años dificulta, precisamente, esas labores”, ha dicho la representantes de la familia sobre a la autopsia realizada por el Instituto de Medicina Legal (IML) de Badajoz.

Según Guerrero, la defensa del acusado “no sabe que hay muchas más pruebas que acreditan esa agresión sexual, a mi no me hace falta que conste en ningún informe para poder ir a por ella, porque hay otras pruebas directas que no tienen nada que ver con las periciales que lo acreditan, pero ahora no puedo dar más detalles”.

Que la causa de la muerte fuera un accidental golpe en la cabeza tampoco se sostiene, según Guerrero, que afirma que a la autopsia oficial del IML de Badajoz, que ya lo contradecía, se ha unido un informe pericial solicitado por la acusación particular al antropólogo forense Miguel Botella, “que está especializado en traumas en esqueletos”. “Nosotros queríamos un especialista en restos óseos”, y el informe de Botella “más que una contrapericial es una pericial ampliatoria”, en la que se indican más lesiones de las que inicialmente vieron en el cuerpo de Manuela el IML de Badajoz y el Instituto de Toxicología y Ciencias Forenses de Madrid.

Confesión de un vecino

Manuela Chavero desapareció en Monesterio (Badajoz) en la madrugada del 4 al 5 de julio de 2016. Nada parecía indicar que fuera una desaparición voluntaria, ya que los agentes de la Guardia Civil de la Unidad Central Operativa (UCO) averiguaron que la mujer había dejado el móvil en casa, y las luces y la televisión encendidas.

No fue hasta cuatro años después, en septiembre de 2020, cuando los investigadores interrogaron a Eugenio Delgado, de 28 años de edad y vecino de la víctima, que confesó finalmente que había mantenido una discusión con Chavero por una cuna que ésta le había prestado, y que, en el transcurso de la discusión, estando en el domicilio de éste, se cayó golpeándose la cabeza con una mesa. Declaró entonces que, por miedo, la enterró.

Hasta este momento no se supo dónde estaba el cuerpo, que fue localizado en una finca, justo en el lugar que apuntó el acusado. Años atrás hubo una falsa alarma al encontrarse unos restos óseos que, finalmente, eran de procedencia animal. Hasta la confesión de Eugenio Delgado la familia siempre tuvo la esperanza de encontrarla con vida.

En el mes de octubre, según la oficina de comunicación del Tribunal Superior de Justicia de Extremadura (TSJEx), se celebrará una nueva comparecencia con las partes personadas en la causa, en la que se dictará el auto de apertura de juicio oral y se darán a conocer los delitos que se le imputan a Delgado, ya que aún son provisionales los cargos que este lunes ha comunicado la jueza a las partes y al propio acusado.

Mientras tanto, la abogada de la familia insiste en su acusación por cinco delitos, como son los de asesinato, subsiguiente a un delito de agresión sexual, detención ilegal, lesiones psíquicas, y delito contra la integridad moral, “los tres primeros cometidos contra Manuela y los dos últimos cometidos contra sus padres y su hermana”. “He tenido claro estos delitos desde el principio, pero según avanza la instrucción estoy cada vez más convencida”, ha dicho rotundamente.

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