Desentrañando las teorías feministas a través de la lectura
El movimiento 8M surgió con espíritu crítico, pedagógico y activista. Son muchas las acciones que se han desarrollado y se siguen fraguando desde el pasado 1 de mayo, cuando una marea violeta inundó las calles de ciudades y municipios de todo el territorio estatal.
Marchas solidarias, concentraciones y denuncias públicas por la situación de las jornaleras marroquíes en Huelva, para mostrar la indignación ante la condena de Juana Rivas o la decisión judicial sobre La Manada, entre otras.
Pero además de estos actos de visibilidad, existen muchos locales y ateneos donde colectivos feministas de todo tipo, muchos autogestionados, ejercen otras actividades y permanecen en continuo dinamismo, teniendo siempre presente el lema ‘si nosotras paramos, se para el mundo’.
Quieren cambiar la sociedad para alcanzar una perspectiva real y transversal de género. Y para ello, lo primero es mirarse adentro y entender las entrañas de las filosofías feministas con el objeto de trasladarlas y adaptarlas a la situación actual.
La comprensión de muchos términos y acepciones de diferentes corrientes de pensamiento feminista resultan clave para conseguir divulgar conceptos, que en muchas ocasiones son “incluso desconocidos” por colectivos de mujeres, según apuntan a este diario desde la Asamblea Feminista de Cáceres.
Con el fin de profundizar y asentar “bases más sólidas” de conocimiento, nace en Cáceres el Club Feminista de Lectura dedicado a estudiar y analizan textos de precursoras, activistas, y especialistas en la materia, así como para desentrañar con precisión conceptos como androcentrismo, maternidad subrogada, feminismo radical, o empoderamiento.
El método es simple pero “ efectivo”, según relata Angela Marcos, integrante del colectivo . Las lecturas se proponen en asamblea y tras dedicarle un tiempo en solitario, consensuan un día de encuentro, para poner en común lo leído, interpretar el texto y desmenuzarlo.
Club mixto
Para ello, suelen elegir espacios al aire libre y generalmente en la zona antigua de la ciudad monumental de la ciudad de Cáceres. Se trata de un club mixto, abierto a todas las edades, y a “cualquier persona” que quiera asistir. Marcos indica que la edad media ronda los 40 años, pero también han acudido personas mucho mayores y hasta niños.
“Vimos la necesidad de leer libros en compañía, todas juntas”, ya que no existen club formativos en la materia, por lo que hemos decidido ir más allá“, y tratando de ”potenciar el lado pedagógico nos formamos entre nosotras“, explica.
La periodicidad con la que se reúnen va en función de la obra propuesta. Existe un grupo determinado de gente que participa “de forma activa” y quieren que funcione de modo independiente, además de totalmente horizontal en cuanto a la toma de decisiones, y teniendo “muy presente siempre” la conciliación.
Investigación
“Intentamos investigar, analizar y poder aplicar a nuestra vida libros de teorías feministas, para extrapolar las premisas a la realidad”, asevera.
Tras el debate del libro ‘Todos deberíamos ser feministas’, de la nigeriana Chimamanda Ngozi ,ahora están abordando la lectura de ‘Feminismo para principiantes’, de la experta Nuria Varela, una obra esencial para entender las luchas y reivindicaciones feministas, según apunta el colectivo.
Además de este club, son muchos los proyectos puestos en marcha por esta asociación cacereña como ciclos de cine, el último que organizaron se dedicó a mujeres que lucharon contra el franquismo, también organizan jornadas feministas en colaboración con diversas asociaciones de vecinos de la ciudad para así acercar la perspectiva de género “a todos los barrios”.
“En función de cómo reacciona la gente y las necesidades que vemos, proyectamos otras actividades”, sostiene Angela Marcos, recordando que colaboran además con la organización Cáceres Verde poner en valor el medio ambiente.
Impresiones
Dos mujeres cacereñas que asisten al club de lectura, Eugenia y Sara, califican la experiencia de “enriquecedora” donde encuentran apoyo “para aprender” e intercambiar impresiones y conocer otros puntos de vista que contribuyen a su “crecimiento personal”.
Destacan que, “entre todas”, han conseguido crear un nuevo espacio de conocimiento, debate y convivencia donde “alimentar” su inquietud por los libros y el feminismo.
“Sabemos que todas estamos en el mismo barco y remamos en la misma dirección”, apuntan, destacando la oportunidad que les brinda este espacio para saciar su sed sobre historia, diferentes corrientes, autoras y obras feministas.
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