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A falta de chefs, 16 reclusos de la cárcel de Cáceres cocinan para 460 compañeros

220805 CENTRO PENITENCIARIO CÁCERES DE EL DIARIO

Inmaculada Franco

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Si en estos momentos es necesaria la presencia del mediático chef Alberto Chicote en una cocina, es en la del Centro Penitenciario de Cáceres. Allí son 16 reclusos los que preparan la comida de sus 460 compañeros, diariamente, sin la supervisión de un cocinero profesional. El centro tiene asignadas tres plazas de cocineros, pero sólo estaban ocupadas dos, uno de ellos se jubiló en enero de este año, y el otro está de vacaciones, “pero se jubilará también en breve, en días, una vez regrese”.

Así lo denunciaba hoy a elDiario.es Extremadura, el delegado sindical de ACAIP-UGT, Dionisio Iglesias, que asegura que la situación es insostenible y que cualquier día va a suceder una “intoxicación” o algún percance, ya que, los reclusos que se hacen cargo de la cocina “no están cualificados para saber si los alimentos que entran en ella están en buenas condiciones”.

Opinión contraria tiene la Secretaría General de Instituciones Penitenciarias, cuyo gabinete de comunicación, hechas las gestiones oportunas, ha informado a este diario de que los 16 internos “cuentan con todas las certificaciones necesarias” para poder manipular y elaborar los menús. También insisten en que, como cualquier trabajador que está en una cocina, están dados de alta en la Seguridad Social.  

“No entendemos que estos 16 internos, que trabajan en la cocina del Centro Penitenciario de Cáceres, en turnos de mañana y tarde se estén encargando de la recepción de la mercancía y de su elaboración sin ningún tipo de supervisión, y lo peor es que no hay visos de que se vayan a ocupar esas plazas”.

Entre los 16 internos, hay uno de ellos designado como cabo de cocina, que lleva ejerciendo esas funciones desde hace unos tres años, pero los internos van cumpliendo sus condenas y se van yendo, a veces son sancionados por faltas, y el grupo de la cocina se va renovando, por lo que no todos tienen la misma experiencia, “y no tienen por qué asumir esa responsabilidad”, señala Iglesias, que afirma que, en todo caso, la recepción de la mercancía la debería hacer personal sanitario.

Además, en el centro hay personas enfermas y con alergias para las que hay que elaborar dietas diferentes, por lo que “no creo que los menús deban ser elaborados por personas que no tienen los conocimientos adecuados”. Es por eso por lo que “queremos que se cubran esas tres plazas de cocinero, que haya personal que supervise la elaboración de comidas que hacen los internos, que no se sientan solos a la hora de trabajar”.

Acusa a la Secretaría General de Instituciones Penitenciarias de “dejadez”, porque “no es por falta de presupuesto, el Centro Penitenciario de Cáceres sigue teniendo el mismo presupuesto por recluso que tenía antes”.

La falta de personal no sólo afecta a la cocina del centro, tampoco tienen médicos, “esto es un descontrol, porque de los cinco facultativos que teníamos en plantilla ahora no hay ninguno, tan sólo tenemos dos que están contratados a media jornada, esto se les está resquebrajando por todos los sitios”.

Y es que en cuanto a la plantilla general de funcionarios de prisiones “tenemos un déficit del más del 25 por ciento”.

Desde Instituciones Penitenciarias se insiste en que se está siguiendo el procedimiento habitual, que se exigen a las administraciones públicas, para poder cubrir las plazas vacantes de personal laboral, en este caso de cocineros, “se está en ello, ahora bien, todos los internos que están en la cocina cuentan con la certificación necesaria para poder estar desempeñando un puesto de trabajo allí”.

De momento, ningún interno se ha quejado de la comida (los funcionarios no la comen), y por lo tanto, no se sabe si la calidad de la comida es peor o, si por el contrario, los reclusos han superado al maestro y la han mejorado. 

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