Un fumador reduce su esperanza de vida en 10 años
La Unión de Consumidores de Extremadura (UCE) recuerda en el Día Mundial sin Tabaco que una persona fumadora tiene una esperanza de vida de diez años menos que otra no fumadora.
El lema de este año es “Tabaco y cardiopatías”, y busca llamar la atención sobre la relación entre el tabaco y las cardiopatías y otras enfermedades cardiovasculares, dado que son las principales causas de muerte en el mundo, según ha informado UCE a través de nota de prensa.
Han recordado que la epidemia mundial de tabaco causa cada año más de 7 millones de defunciones, 900.000 de las cuales corresponden a personas no fumadoras que respiran humo de tabaco ajeno, y cerca del 80 por ciento de los más de 1000 millones de fumadores que hay en el mundo viven en países subdesarrollados, que son los que soportan la mayor carga de enfermedad relacionada con este producto.
Beneficios inmediatos
La Unión de Consumidores también ha aprovechado este día para recordar los beneficios que produce el dejar de fumar, ya que a los a los 20 minutos sin tabaco la presión sanguínea y el ritmo cardiaco tienden a normalizarse. Igualmente insiste en que a las 8 horas la cantidad de nicotina y de monóxido de carbono contenidos en la sangre disminuye a la mitad, mientras que la cantidad de oxígeno que puede transportar la sangre tiende a normalizarse.
A las 24 horas, el monóxido de carbono casi ha desaparecido del cuerpo y los pulmones comienzan a “limpiarse” eliminando mucus y restos de humo y es a las 48 horas cuando se ha eliminado “completamente” los restos de nicotina y se siente una “gran mejora” en el olfato y el gusto.
El beneficio de no fumar se alarga en el tiempo y a los 3 a 9 meses desaparece la tos crónica que acompañó la vida de fumadores y para este momento la capacidad respiratoria aumenta “por lo menos en un 10 por ciento”.
A los 5 años la posibilidad de tener una crisis cardiaca es “dos veces menor que la de un fumador” y a los 10 años la posibilidad de tener una crisis cardiaca es “la misma” que la de un no fumador y el riesgo de tener cáncer de pulmón es “dos veces menor” que la de un fumador.