El sector hostelero gana el partido de Villanueva
Ayer Villanueva de la Serena amanecía resacosa de felicidad y con las arcas llenas. El Club de Fútbol Villanovense hizo un partido brillante frente al rival de los rivales, el Fútbol Club Barcelona, pero aún más brillante fue la caja que hizo el sector hostelero de la ciudad pacense. “Ha sido un boom explosivo”, comenta uno de los responsables del hotel El Emigrante, José Mota. “He tenido el bar lleno desde el martes”, indica el propietario de la cervecería Cruz Blanca, José Luis Cidoncha. “Han arrasado con la mayor parte de las estanterías”, el dueño de Jamonería del Pardo, Pablo Calderón.
Desde que el sorteo de los dieciseisavos de final de la Copa del Rey anunciase que el equipo culé visitaría Villanueva de la Serena, el municipio comenzó a vivir un sueño. El estadio municipal Romero Cuerda comenzó a engalanarse con unas gradas supletorias que ampliarían en más de 10.000 abonos su capacidad y los hoteles comenzaron a recibir llamadas interesadas en realizar una reserva.
Es el caso del hotel El Emigrante, de 33 habitaciones, que asegura que si por los clientes hubiese sido habrían completado su aforo hace dos semanas. “Llamaron bastantes grupos grandes pidiendo alojamiento hasta para 60 personas”, cuenta el responsable de este hotel que ha tenido que desestimar peticiones tan numerosas. No obstante no fue impedimento para que el establecimiento completara su ubicación al 100% y “habríamos llenado cuatro o cinco hoteles más”.
Entre los clientes los hubo procedentes de Algeciras, Pontevedra, Madrid y Barcelona, origen similares a los que pasaron por la tienda de embutidos y jamones de Calderón, que dedicó toda la mañana de ayer a preparar cestas de productos típicos para clientes interesados en llevarse artículos de vuelta. “No les ha importado en absoluto el anuncio de la OMS, decían que cómo podían decir que una cosa tan buena podía ser malo”.
Publicidad y recaudación con merchandisingmerchandising
Unas 13.000 personas fueron los afortunados de acceder al estadio para disfrutar en vivo del encuentro, “pero a las puertas habría otras 13.000”, afirma el hotelero Mota. Un enclave estratégico para la venta de todo tipo de merchandising: camisetas, bufandas, banderas, mochilas, etc.
Una oportunidad publicitaria que no pasaron por alto los establecimientos hosteleros, como la cervecería Cruz Blanca, que regaló a todos los que se pasaron por allí su camiseta personalizada del partido. “La primera unidad se la dimos a Curro, uno de los jugadores”, dice el propietario.
Esta cervecería comenzó a notar el incremento de su clientela desde el martes, por lo que se vio obligada a incrementar su plantilla de trabajadores. El propietario cuenta que habitualmente trabajan cuatro personas, una en la cocina y tres sirviendo desde la barra, pero que esta competición les hizo aumentar hasta cinco trabajadores, dos cocinando y cinco en la barra. Un incremento de plantilla que incluso supo a poco ya que “tuvimos el triple de trabajo”.
El responsable de la cervecería resalta la repercusión económica que ha dejado el acontecimiento en el negocio. “Se ha notado, un día entre semana no generas tanta caja”. Un hecho que el del hotel El Emigrante justifica con el ambiente que se palpaba en la ciudad, “toda la gente tenía ganas de beber, comer, de todo”, apostilla.
Quieren que venga el Real Madrid
La felicidad, emocional y económica, que ha despertado la visita del Barça a Villanueva de la Serena invita al sector hostelero a seguir soñando. Cidoncha sostiene que si hubiese venido el equipo del Real Madrid el número de visitantes habría sido aún mayor, “así que ganen en el Camp Nou para pasar a la siguiente fase”. Una postura con la que coincide Mota: “Que le ganen al Barcelona para que venga el Madrid”.
Siga o no adelante en la fase de clasificación el Villanovense, nadie puede negar que este partido ha sido un hecho histórico que ha beneficiado y arrasado con el sector hostelero y comercial de Villanueva, principal fuente de sustento de la ciudad. Y hasta con la prensa. “A las nueve de la mañana no quedaba ni un periódico en los kioscos”, señala Mota.