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Treinta años construyendo un puente

La Fundación tiene dos de sus sedes en los monumentos históricos que más representan el carácter euro-iberoamericano de Extremadura: el Monasterio de San Jerónimo de Yuste y el Real Monasterio de Nuestra Señora de Guadalupe

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En aquel ya lejano 1992, el de tantas conmemoraciones, el mundo era muy diferente al de 2022; quizás mejor o quizás peor, pero ciertamente diferente pues la distancia entre aquel ayer y este hoy es superior a la meramente cronológica. Hace treinta años Europa albergaba ilusiones que hoy se han puesto a prueba. El Tratado de la Unión Europea se firmaba en Maastricht; con él se sentaban los pilares de la unión política y se insuflaba el hálito de más Europa, de una mejor Europa como escenario de la coexistencia pacífica entre países que décadas atrás se aniquilaban entre ellos; un propósito común que se encaminaba, en palabras de Václav Havel, hacia la consecución de una Europa “sin alambradas ni altos muros, sin naciones artificialmente divididas, sin gigantescos almacenes de municiones; con una Europa liberada de los esquemas de bloques, con una política europea basada en el respeto del hombre y de sus derechos, que no estuviera subordinada a intereses provisionales ni particulares”.

Una tesela más de aquel gigantesco mosaico europeo que se estaba construyendo lo supuso la constitución el 9 de abril de 1992 de la Fundación Academia Europea de Yuste, una institución que habría de hacer realidad el deseo de Extremadura de acoger en nuestra tierra a algunas de las mentes más brillantes de Europa. No sería un museo de celebridades sino un vivero que nutriría a nuevas generaciones de europeos con la cultura atesorada —e incluso salvaguardada— por muchos. Desde el primer momento, la Fundación hizo suyo el afán de contribuir al proceso de construcción europea mediante numerosas acciones en los ámbitos de la cultura, la investigación, la educación y el compromiso social, los mejores caminos para conseguir el sueño perseguido durante siglos: una Europa en paz, próspera, estable, libre, democrática, solidaria con los más débiles y respetuosa con la diversidad; una Europa organizada y viva que, conociendo y asumiendo las grandezas y errores de su pasado, se dirigiese confiada al futuro como un tiempo de convivencia pacífica.

En 2017 este proyecto que sólo era europeo cobró un nuevo impulso gracias a la fusión con el Centro Extremeño de Estudios y Cooperación con Iberoamérica, dando lugar a la Fundación Academia Europea e Iberoamericana de Yuste, una fundación perteneciente al sector público fundacional de la Junta de Extremadura que bajo la presidencia de honor de Su Majestad el Rey tiene como misión ser lugar de encuentro entre Europa e Iberoamérica para contribuir a la promoción de la democracia, el respeto a los derechos humanos, el fomento de la paz y la concordia internacional y a procurar el desarrollo integral, armónico, equilibrado y sostenible de todos los pueblos y naciones, especialmente mediante la promoción de la cultura, la investigación, la difusión del conocimiento, la integración social y la promoción del multilingüismo, una misión que hace realidad el deseo de Extremadura de ser una región solidaria con cada rincón del planeta.

Por ello resulta lógico que la Fundación tenga dos de sus sedes en los monumentos históricos que más representan el carácter euro-iberoamericano de Extremadura: el Monasterio de San Jerónimo de Yuste y el Real Monasterio de Nuestra Señora de Guadalupe. El primero, donde murió Carlos V, declarado lugar de memoria europea por el Consejo de Europa; y el segundo, punto de inicio del encuentro entre dos mundos, destino secular de peregrinación y patrimonio de la humanidad desde tiempos inmemoriales.

A lo largo de treinta años hemos convertido estos enclaves históricos en lugares de encuentro físico e intelectual de gentes que han venido hasta Extremadura desde los más diversos rincones del mundo, unos espacios en los que se intercambian con libertad ideas y conocimientos; un ámbito de respeto intelectual en el que se unen en plano de igualdad la sabiduría de quienes la atesoran con el entusiasmo por aprender de miles de jóvenes. Para alcanzar este fin procuramos que las enseñanzas de nuestros académicos y las de los numerosos profesores europeos y americanos que nos visitan cada año lleguen a los jóvenes que asisten a nuestros cursos y a otras jornadas académicas, desde niñas y niños de Enseñanza Secundaria hasta los jóvenes doctorandos de toda Europa y América que participan en nuestros seminarios doctorales. Durante el último año se matricularon más de mil alumnos universitarios, procedentes de 27 países y de 47 universidades, para asistir a los cursos impartidos por 209 profesores europeos y americanos. Para facilitar el mayor acceso posible a estos cursos, la Fundación Yuste ha concedido el pasado año 213 becas, una inversión de futuro que cubrimos con el dinero que los ciudadanos extremeños ponen en nuestras manos para que lo administremos adecuadamente, de lo que rendimos cuenta con transparencia cada año.

Y junto a esta actividad académica, la Fundación Yuste se ha caracterizado por entregar cada 9 de mayo, Día de Europa, el Premio Europeo Carlos V, uno de los más prestigiosos de nuestro continente, y del que han sido destinatarios personalidades tan relevantes de estas tres últimas décadas como han sido, entre otros, Felipe González, Mijail Gorbachov, Helmut Kohl, Simone Veil, Sofia Corradi y Angela Merkel. Y hace sólo unos días se ha concedido, muy merecidamente, al Foro Europeo de la Discapacidad.

Creemos firmemente que no hay mejor inversión de futuro que la de conseguir unos jóvenes bien formados y que Extremadura sea un lugar de referencia como punto de encuentro entre Europa e Iberoamérica, dos regiones del mundo que queremos unir por un puente que llevamos treinta años construyendo.

*Juan Carlos Moreno Piñero

Director de la Fundación Academia Europea e Iberoamericana de Yuste

 

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