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La buena cocina y la cultura romana se fusionan en la capitalidad iberoamericana gastronómica de Mérida

Jamón Ibérico DO Dehesa de Extremadura / Turismo Extremadura

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Existen placeres irrepetibles a la altura de cualquier mortal. Por ejemplo, irse de tapas mientras uno disfruta de las vistas de un templo romano con 2.000 años de historia. Sumergirse en el encanto de un pórtico donde senadores y ciudadanos paseaban mientras se disfruta de un buen plato de jamón, o de las combinaciones de sabor a cargo de reconocidos chefs. Acompañado, todo ello, de los mejores productos de la dehesa y los vinos de la tierra.

Disfrutar de esta explosión para los sentidos es posible en Mérida, ciudad milenaria recién proclamada Capital Iberoamericana de la Cultura Gastronómica 2016. Así este lunes recoge el relevo de Guanajuato (México), siendo una distinción que otorga la Academia Iberoamericana de Gastronomía.

Mérida aparece así en el mapa de los lugares indispensables para los amantes de la buena cocina. Pero al mismo tiempo se trata de una oportunidad para descubrir su historia y realizar un viaje por los sabores y aromas de Extremadura y Latinoamérica. Su oferta será presentada esta semana en la Feria Internacional del Turismo (FITUR).

A lo largo de todo el año, como ya ocurrió en Cáceres Capital Española de la Gastronomía 2015, el visitante tendrá a su disposición desde rutas de tapas hasta degustaciones de productos extremeños e iberoamericanos. A ello se sumarán talleres de cocina, catas de vino y cerveza artesana, conferencias…

En FITUR Extremadura encenderá los fogones para promocionar la gastronomía como un atractivo más con el que disfrutar de una escapada a un destino con encanto propio.

Y es que la región quiere huir según la Junta del turismo de masificaciones, y apuesta por un segmento más especializado, con propuestas de calidad donde la gastronomía ocupa un lugar privilegiado. Se suma una combinación de cultura y naturaleza. La capitalidad gastronómica es ocasión para visitar no sólo Mérida sino toda Extremadura y conocer su cocina.

Del Guadiana al Caribe

Desde el Guadiana a las costas del Atlántico, el Caribe y el Pacífico. Desde las sierras de clima mediterráneo a las selvas tropicales. Mérida abrirá sus cartas para que el visitante disfrute de una cocina “llena de influencias cristianas, judías y árabes a la miscelánea de colores y razas de las recetas peruanas o brasileñas”. Desde las tapas españolas a los platillos mexicanos. Desde la carne de cerdo ibérico a la de vacuno argentino.

Durante todo el año, la Junta de Extremadura y el Ayuntamiento emeritense, en colaboración con los profesionales del sector privado, ponen en marcha un programa con menús tematizados, maridajes de productos extremeños y americanos.

Esto permite afirmar, según la Dirección General de Turismo, que en 2016 Mérida se convierte en el mejor puente entre Europa e Iberoamérica.

¿Y qué significa ser la Capital Iberoamericana de la Cultura Gastronómica? Es una marca que crea la Academia Iberoamericana de Gastronomía a través de la cual se reconoce la excelencia gastronómica en un destino de uno de los países que se encuentran representados en la institución: Argentina, Brasil, Chile, Colombia, México, Perú, Portugal y España.

La candidatura de Mérida fue elegida en la Asamblea General de la Academia celebrada en Córdoba el 15 de noviembre de 2014. La Academia Iberoamericana de Gastronomía, presidida por Rafael Ansón Oliart (responsable su vez de la Real Academia de Gastronomía de España), está formada por los presidentes de las academias de Andalucía, España, Argentina, México, Perú, Portugal, Brasil, este de EEUU, Colombia, Chile y República Dominicana.

No es una casualidad que Mérida coja este testigo, si se tiene en cuenta que la relación entre Extremadura e Iberoamérica se remonta a los primeros tiempos del descubrimiento del Nuevo Mundo. Desde hace más de 500 años este intercambio “es visible en la cultura, la toponimia, la religión, la arquitectura, la economía y, por supuesto, la gastronomía de ambos territorios”.

Numerosas ciudades del continente americano llevan el nombre de localidades extremeñas, como Trujillo, Medellín, Guadalupe o la propia Mérida, que está hermanada con sus homónimas de México, en el estado de Yucatán, y Venezuela, en el estado del mismo nombre.

Empresarios y autoridades de las tres Méridas han dado pasos para estrechar los lazos económicos, culturales y turísticos de sus ciudades y han constituido un foro denominado “Las Méridas del Mundo”, en el que trabajan conjuntamente emeritenses (España), meridanos (México) y merideños (Venezuela).

Mérida, tesoros romanos

La belleza histórica y cultural de Mérida le han hecho ganarse el apelativo de la 'pequeña Roma'.

Si el emperador Octavio Augusto levantase la cabeza, “vería con asombro que muchos monumentos que se construyeron en su Augusta Emerita siguen en un magnífico estado de conservación y en pleno uso después de 2.000 años”.

Entre otros enclaves, un teatro con capacidad para 6.000 personas que recibe cada verano el Festival Interacional de Teatro Clásico. A ello se une un puente de 792 metros y 60 arcos de medio punto que atraviesa el río Guadiana.

Mención especial para las termas de Alange, a unos 20 kilómetros de la ciudad, hoy integradas en un balneario con modernas instalaciones, y dos presas, Proserpina y Cornalvo, todavía en pie. Por todos estos motivos Mérida, por su extenso y valioso conjunto histórico-arqueológico, está inscrita en la Lista de Patrimonio Mundial de la UNESCO desde 1993.

La naturaleza, eterna fuente de inspiración para los chefs extremeños

Añade la Junta que en la cocina extremeña “no hay más misterio que el paisaje, el territorio, el producto, la pureza del aire”. Y a los cocineros les corresponde el papel de “interpretar esa naturaleza, combinar sus olores, emulsionar sus colores y embadurnar los platos con porciones generosas de imaginación”.

Si en algo destacan los chefs extremeños, asegura Turismo, es en su apetito por indagar en la cultura gastronómica, en los orígenes, “en la leyenda que oculta cada alimento, pero sobre todo en su empeño por extraer del producto el alma, el sabor, algo que los hace únicos”. Una gastronomía “pujante y enriquecida con una selección de establecimientos que cuentan con un reconocido prestigio y diversos galardones que acreditan su labor”.

“Mires donde mires hay un chef escondido en su interior, buscando olores, hierbas, proporciones e interpretaciones. Todos ellos a la búsqueda de una fuerte imagen de marca, con sus pasiones, sus manualidades culinarias”. Es “la gran fiesta en la cocina, donde la dehesa es la eterna fuente de inspiración, también los ibéricos y su excepcional sabor, todo ello da como resultado platos innovadores y divertidas presentaciones que reinterpretan la naturaleza”.

Es marca de la casa “bendecir la mesa con la dehesa. De ella los chefs han extraído emulsiones, patés, cremas y pomadas que dejan con la boca abierta”.

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