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A pesar del desastre del pasado otoño, la Xunta no cambia su estrategia de lucha contra el fuego

Bomberos forestales de la Xunta

Marcos Pérez Pena

Los incendios del pasado mes de octubre en Galicia quemaron 49 mil hectáreas de monte (62 mil en el conjunto del año 2017) y acabaron con la vida de cuatro personas. Provocaron una gran conmoción en la sociedad gallega y volvieron a poner sobre la mesa el debate sobre las estrategias que se están aplicando para prevenir la repetición de olas de incendios parecidas. Mucho más teniendo en cuenta lo que también sucedió en Portugal, donde los expertos alertan de una peligrosidad cada vez mayor de los incendios. Sin embargo, la respuesta de la Xunta ante el fuego será en este año 2018 esencialmente la misma que en los anteriores.

El Gobierno gallego aprobó este jueves el Plan de Prevención y Defensa Contra los Incendios Forestales de Galicia (Pladiga), el documento que condensa todo el dispositivo de lucha contra el fuego en la comunidad, tanto lo que depende directamente de la Xunta como lo proporcionado por los ayuntamientos y por el Gobierno central. El dispositivo será prácticamente idéntico al de 2017 en lo que respecta a sus recursos humanos y materiales y sólo introduce algunos pequeños cambios en la estrategia, comenzando por la extensión de la temporada de alto riesgo hasta finales de octubre. Asimismo, Medio Rural destaca que, por primera vez, se cubrirán todas las vacantes del dispositivo y que contempla la posibilidad de ampliar el tiempo de trabajo del personal.

Sin embargo, los trabajadores contratados serán exactamente los mismos que el año anterior, 5.767 en período de alto riesgo, 2.962 en riesgo medio y 2.285 en temporada de bajo riesgo. Al igual que el año pasado, las cifras en momentos de alto riesgo pueden llegar a los 7.000 trabajadores y trabajadoras, sumando refuerzos al dispositivo. En cuanto a los elementos materiales, tampoco hay cambios: un máximo de 29 medios aéreos (los mismos que en el 2017) y 358 motobombas (exactamente las mismas que el pasado año).

Por lo demás, las novedades quedan reducidas a elementos accesorios. Este jueves en rueda de prensa la consejera de Medio Rural, Ángeles Vázquez, destacó por ejemplo la incorporación de 34 nuevas cámaras de vigilancia de los espacios forestales e, igualmente, de un helicóptero que transmitirá imágenes y vídeo en tiempo real. Asimismo, en materia de sensibilización se refirió a los convenios de colaboración que se firmarán con cazadores y radioaficionados para reforzar la vigilancia y alerta de incendios.

La otra gran novedad estuvo en la propia presentación del Plan, en el mes de abril, cuando en los últimos años el documento no era conocido hasta finales de junio, coincidiendo con el inicio de la temporada de alto riesgo. La publicación temprana del Pladiga es una vieja reivindicación de los y las profesionales del sector, de sindicatos y de grupos de la oposición, aunque la exigencia es que el Plan se conozca en las primeras semanas del año. Además, se reclama de la Xunta que el Pladiga sea debatido y consensuado entre todas las entidades y agentes sociales del sector y que su elaboración sea producto de un análisis de los resultados del año anterior en la lucha contra el fuego.

Hace una semana el diputado del BNG Xosé Luis Rivas acusó a la Xunta de volver a elaborar el plan de lucha contra los fuegos a través del método de “corta y pega, repitiendo la rutina de todos los años” sin que hubiera, como es preceptivo, reuniones de distrito con las Mancomunidades de Montes para planificar las labores de prevención y defensa de cada uno de ellos. “Ya sé que en años anteriores tampoco hicieron estas reuniones previas, porque para el PP el Pladiga viene siendo otro documento como el Plan Forestal, un mero trámite sin contenido que no se toman en serio, porque no se toman el monte ni el rural en serio y así nos va”, añadió. “Nunca se analiza qué se hizo bien o mal el año anterior. El Pladiga debe ser un plan que aprenda de los errores del pasado para mejorar y debe ser debatido y redactado por todos los sectores implicados”, decía en octubre Sebastián Hernández, secretario de la Asociación Profesional de Bomberos Forestales de Galicia (Apropiga).

Otras de las críticas que habitualmente llega por parte de los bomberos forestales se refiere a la necesidad de mejorar la coordinación y la profesionalización de las personas encargadas de luchar contra el fuego, un aspecto que un año más el Pladiga pasa por alto. “Hay que acabar con la precariedad en el sector y hay que establecer un modelo que sea público y único, y que sea además polivalente: que atienda a la prevención, a la extinción y también a las emergencias”, subrayaba Sebastián Hernández en este sentido.

Este mismo viernes el PP tumbó en el Parlamento una moción de En Marea que reclamaba “homogeneizar y crear un mando único efectivo” en el dispositivo de lucha contra el fuego, “recuperando los servicios externalizados o privatizados”. La propuesta, defendida por Paula Quinteiro, reclamaba al Gobierno “que sea la Xunta quien contrate exclusivamente al personal de las brigadas helitransportadas”.

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