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La otra factura de los ediles no electos en Santiago: 11.000 euros en insignias y medallas

Tomas de posesión de los tres alcaldes de Santiago en este mandato

David Lombao

Durante la primavera y el verano de 2014 la crisis institucional del Ayuntamiento de Santiago que había comenzado en 2012 con la dimisión del primer alcalde del mandato, Gerardo Conde Roa (PP), tocó techo con la inhabilitación por prevaricación de más de la mitad del Gobierno local. La onda expansiva de la operación Pokémon provocó imágenes inéditas en la ciudad como la celebración de un pleno con la bancada del gobierno vacía por no haber nadie que se sentase en ella, la designación de tres alcaldes en tres años o la conformación de un gobierno formado mayoritariamente por personas no electas y dirigidas por quien había ocupado el último puesto de la lista electoral, Agustín Hernández. La salida en masa de quien había obtenido la mayoría absoluta y la incorporación, también masiva, de nuevos ediles le pasó una evidente factura política al consistorio de la capital gallega pero otra puramente económica, concretamente de más de 11.000 euros.

El 15 de julio del pasado año, una semana después de la toma de posesión de Hernández y de los nuevos nueve ediles, el nuevo concejal de Hacienda, Ramón Quiroga, le dio el visto bueno a varios contratos menores que el consistorio tenía pendientes. A través de ese decreto el Ayuntamiento le daba luz verde al pago de varios espectáculos de las Fiestas del Apóstol o pequeñas reparaciones y, también, a la aportación de 11.200 euros euros con los que el servicio de protocolo le hizo frente a la factura de una joyería de la ciudad por la “compra de 10 medallones y 10 insignias para concejales de la Excelentísima Corporación Municipal de Santiago de Compostela”.

Estos medallones e insignias son los que cada miembro de la corporación recibe al tomar posesión de su cargo y que suelen ser empleados en actos oficiales y protocolarios. Fuentes municipales compostelanas consultadas por este diario indican que, durante años, la práctica habitual fue que cada concejal o concejala “siempre” se quedase con la insignia al abandonar el Ayuntamiento, toda vez que incluyen el nombre de la persona que la recibe. Por el contrario, aseguran integrantes de la corporación santiaguesa en la actualidad y también en el pasado, los medallones eran devueltos al abandonar el cargo de edil. Así las cosas, indican las mismas fuentes, la práctica instaurada por el gobierno del PP es la que provoca que la inédita incorporación masiva de nuevos ediles a mitad de mandato haya provocado el desembolso para las insignias y también para las medallas.

“Una muestra más del esperpento”

Aunque los fondos destinados a esta compra tengan escaso peso en el conjunto del presupuesto del Ayuntamiento desde la oposición municipal este episodio es leído como “una muestra más del esperpento y la vergüenza” vividos en Compostela. “La gestión a lo largo de estos años muestra que el PP ha sido el partido que más daño le ha hecho a Santiago en la etapa democrática”, dice el portavoz municipal del BNG, Rubén Cela, al ser preguntado al respecto. “Después del daño que han provocado con su gestión diaria de la institución, además hay que pagar más de 11.000 euros del bolsillo del vecindario en insignias y medallas para concejales que, mayoritariamente, no han pasado por el aval democrático de las urnas”, destaca.

A juicio de Cela en una “situación socioeconómica como la actual” este “tendría que haber sido uno de los aspectos a revisar”, comenzando por el hecho de que “las medallas protocolarias siempre tendrían que ser propiedad de la institución”, del Ayuntamiento, como sucedía en el pasado. Las medallas, indica, “se deberían devolver” y, en el caso de las insignias, “tendrían que ser acordes al contexto actual”, sin necesidad de ser una pieza de joyería. Casos como este, concluyen, muestran también que “el mundo no comenzó el día que tomó posesión Agustín Hernández”, sino que el actual regidor “tendrá que ser evaluado por los 4 años del PP”.

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