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Lo que Feijóo dice que va a hacer hasta 2016

David Lombao

En los tiempos del márketing y de la colisión -o arrasamiento- de la política por los más o menos indeterminados mercados los programas electorales rara vez son centro de atención y quedan lejos máximas como el célebre “programa, programa, programa” con el que Julio Anguita resumía su apuesta por que Izquierda Unida pactara o no con el PSOE en función de acuerdos concretos, y no por sistema. A pesar de todo esto, y aunque no estuviera en la mente de muchas personas, lo cierto es que el pasado 21 de octubre en las urnas gallegas se dirimió el futuro del país eligiendo diputadas y diputados de formaciones políticas con su respectivo programa. El que venció fue el PP y, por lo tanto, cabe suponer que la propuesta programática de los conservadores puede ser un guía para vislumbrar algunas de las acciones del segundo gobierno de Alberto Núñez Feijóo.

Voluminoso en páginas, el programa coordinado por el diputado Pedro Puy combina propuestas generales tan difíciles de cumplir como de incumplir -caso, por ejemplo, de las “acciones a medio plazo para recuperar el empleo”- con otras muy concretas que, sobre el papel, parecen con bastantes posibilidades de colisionar con la realidad, como la promesa de “reducir a cero” el gasto de la Xunta en alquileres de locales -el Gobierno gallego tiene buena parte de su administración desperdigada por locales arrendados-. Es precisamente este, la reducción de gasto, uno de los pilares del proyecto que los conservadores se proponen extender hasta 2016, y en él coge desde la más que probable reducción del plantel público hasta el recorte del Parlamento, que pasará de 75 a 61 diputados en aras de la “austeridad”.

Asegura Feijóo que la crisis y el desempleo son su prioridad y en este ámbito destaca, por ejemplo, la intención del PP por “atender” a las personas que se decidan por la “vuelta al rural”, con la “creación de huertas familiares en la periferia de las ciudades” o el compromiso para poner en marcha hasta cuatro programas de incentivos a la contratación bajo los nombres Trabaja, Mejora, Combina y Contrata. Potenciar el sector del turismo con apuestas que se prevén controvertidas, como la elaboración de un “plan de turismo de golf”, o la subvención de contratos para gente joven de apenas tres meses de duración son otras de las iniciativas contenidas en el documento que los populares afirman que empezarán a desarrollar desde noviembre, cuando el nuevo Parlamento esté en marcha.

Administración autonómica: el recorte que viene

Los epígrafes del programa electoral del PP dedicados a la función pública y a la gestión del personal al servicio de la Administración autonómica permiten tirar, a pesar de su ambigüedad, la intención de los populares de volver a meter la tijera en este ámbito. Así, aseguran que pondrán en marcha un “pacto por la sostenibilidad del sector público gallego” en el que, sin concretar con quien será pactado, anuncian que replantearán la “política de recursos humanos” para hacerlos “acomodados a las necesidades reales” y corregir sus “disfunciones”.

En un contexto en el que la formación conservadora consolidará la estructuración de la Administración paralela a través de un sistema de agencias, se proponen aprobar en el Parlamento la ley del Estatuto Gallego del Empleado Público, que se acompañará con una “nueva normativa de selección de personal” en la que los sindicatos tendrán menos peso ya que, por ejemplo, se reducirá su capacidad de intervención al organizar las relaciones de puestos de trabajo de los diferentes departamentos. Además, anuncian, esta será la legislatura en la que comiencen a funcionar los “concursos de traslados abreviados”, para hacer que la movilidad del personal entre áreas administrativas sea más rápida, y la “evaluación individual” del funcionariado y del personal contratado, “y no de las unidades administrativas” en su conjunto.

Vuelve la promesa de garantizar por ley los tiempos de espera

Si a lo largo de la campaña electoral hubo algún tema prácticamente omnipresente ese fue el futuro de la sanidad pública, en “peligro” por los recortes, según los grupos que formarán la oposición, y “blindada” a juicio del PP. En este ámbito, los conservadores proclaman que la “eficiencia” será su principal máxima al tiempo que recuperan algunas de las promesas que ya habían sido estrellas programáticas de la formación en 2009 y que, por el momento, no vieron la luz. Este es el caso, por ejemplo, de la Ley de Garantías, para establecer tiempos máximos de espera para la asistencia sanitaria -por ejemplo, 45 días para consultas y pruebas-. Esta norma, que Alberto Núñez Feijóo aseguró no poder desarrollar a causa de la falta de financiación del Gobierno de Zapatero, es anunciada de nuevo por el PP para el nuevo mandato.

Sin salir del ámbito social y sanitario el programa del PP combina algunas medidas ya en marcha con otras de nueva aplicación. Así, por ejemplo, aseguran tener “garantizada” la asistencia sanitaria a las personas inmigrantes que no son aseguradas del Sergas -pueden acudir a los servicios sanitarios, aunque con notables restricciones- y se comprometen a aplicar medidas que “retrasen el mayor tiempo posible” la “utilización de recursos” del sistema de atención a la dependencia por parte de la población anciana. En este sentido, aseguran, llegarán a 2016 con “2.500 plazas” más de residencias de mayores.

De Pemex al empleo para periodistas

El lenguaje y las propuestas económicas impregnan case todos los epígrafes del programa del PP desde el inicio, donde el partido asegura que continuará desarrollando desde el Gobierno el Plan Estratégico de la economía gallega aprobado en la pasada legislatura y que, en este caso, tendrá la creación de empleo como “prioridad”, dicen. En este ámbito coge un amplio abanico de propuestas entre las que se mezclan algunas que se quedaron en el cajón de 2009 a 2012 -como la “posibilidad de introducir nuevos beneficios fiscales en los tributos autonómicos”- con otras nuevas, como la aprobación de una nueva Ley de Régimen Financiero.

Con la voluntad genérica de “consolidar una entidad financiera gallega” como paño de fondo el programa económico del PP reproduce también iniciativas del propio partido a nivel de Estado, como la elaboración de una Ley de Emprendimiento que procure, entre otros aspectos, un “cambio de mentalidad” de la ciudadanía hacia las personas que inician un nuevo negocio. En este sentido, anuncian, se proponen la “difusión de casos de éxito de jóvenes emprendedores” mediante la celebración de “jornadas” por todo el país.

Sin salir de la economía el PP mantiene que le dará un nuevo impulso a Galicia Calidade -empleada en el mandato que acaba de terminar para promocionar el conjunto de la Xunta y no sólo los productos gallegos- a través de la puesta en marcha de una “red de franquicias” de la propia marca, medida a la que se añadirá, anuncian, la creación de nuevas denominaciones protegidas de productos propios como Pan Gallego/Pan Galego. Junto a todo esto incluye el PP de nuevo uno de los leitmotivs de la campaña, la petrolera mexicana Pemex, con la que aseguran que continuarán “negociando” inversiones en astilleros gallegos.

En esta área programática figura también una propuesta ya clásica en cada inicio de mandato en Galicia: el “proyecto de regulación de un marco estable de ayudas” a los medios de comunicación, si bien en este caso el PP lo combina con la promesa de un “plan de formación” para periodistas y la búsqueda de oportunidades laborales específicas para el sector de la comunicación, dado el impacto que la crisis está teniendo en él, añaden. Del mismo modo, reiteran, aprobarán la Ley de Publicidad Institucional -anunciada con insistencia a lo largo de la pasada legislatura-.

El eterno debate aeroportuario y las villas “bonitas”

Una vez más el partido gobernante inicia la legislatura asegurando que, esta vez sí, aprobará un “plan de transporte aéreo” para armonizar la actividad de los tres aeropuertos gallegos. No obstante, dada la ausencia de competencias propias y de consenso entre los ayuntamientos de A Coruña, Vigo y Santiago, parece que las intenciones de la Xunta para los aeródromos sólo podrán concretarse en otro ámbito, el de la Ley de Instalaciones Aéreas que el PP promete para regular helipuertos, bases aéreas de emergencias y equipaciones semejantes.

Relacionado con los aeropuertos está el turismo, de nuevo presentado por los populares como estratégico y ligado a la llegada del AVE -a Madrid en 2018, el eje atlántico en 2014, prometen-. Entre las nuevas propuestas destacan algunas como la busca de “razones” para visitar Santiago aunque no sea año de Xacobeo -proponen, por ejemplo, que una de estas “razones” sea Francisco de Asís, en 2013 y 2014- o la búsqueda de destinos “más bonitos” a través de un “concurso entre villas gallegas para potenciar” su “embellecimiento”. Además, aseguran, harán “compatibles” las actividades “logísticas” de la pesca y del marisqueo con la instalación de puertos deportivos.

Poner a funcionar el contador de los traspasos y medios en gallego

Uno de los ámbitos en los que el primer gobierno de Alberto Núñez Feijóo tuvo más respuesta social fue el de la identidad gallega por la vía de la lengua y, ya en el Parlamento, la de la parálisis en el proceso de ampliación del autogobierno, dado que terminó su mandato sin sumar una sola competencia nueva. En este sentido el programa del PP incluye el compromiso de “continuar negociando” las transferencias prometidas y no logradas a lo largo de la octava legislatura. Esto acontecerá en un Parlamento recortado pero en el que los populares introducirán la “institucionalización de la figura del jefe de la oposición”, especialmente comprometida en una Cámara con la izquierda dividida en tres grupos.

En el área lingüística a pesar de lo sucedido desde 2009 los populares mantienen que desarrollarán el Plan General de Normalización de la Lingua Galega, aprobado en 2004 por unanimidad y que incluye preceptos contrarios a normas como el decreto del plurilingüismo, como por ejemplo el de garantizar que, al menos, el 50% de las materias escolares se imparten en gallego. Además, dicen, en la enseñanza se pondrá en marcha un “sistema de indicación de la lengua materna” para definir el idioma en el que se imparten los primeros niveles educativos y que también tendrá la opción de “bilingüe”. Del mismo modo, anuncian, “seguiremos apoyando la edición y publicación de medios en gallego”, también en “soporte digital”.

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