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Los millonarios gallegos, arrepentidos de invertir en Novagalicia Banco

Las indemnizaciones millonarias de NCG fueron ocultadas, según un exconsejero

Miguel Pardo

Los ricos quieren su dinero de vuelta. Varios de los grandes empresarios que acudieron hace casi un año a la llamada de Núñez Feijóo para colaborar en la recapitalización de Novagalicia Banco (NGB) no están ahora conformes. Ni mucho menos. Varios de ellos mantuvieron una reunión la pasada semana con los responsables del Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB) para saber como pueden recuperar los 70,4 millones de euros que invirtieron en diciembre.

El caso es que casi doce meses después, la participación que compraron en una entidad que tendrá que ser rescatada por tercera vez no vale nada. NGB está siendo sometida a una nueva auditoría y más adelante habrá tres bancos de inversión que determinarán el valor de la entidad, por lo que habrá una nueva entrada de capital público llegado del rescate europeo. Los accionistas privados tendrán que soportar las pérdidas y los inversores gallegos ya no quieren saber nada del asunto. Ni de su compromiso.

Fueron más de quince las grandes empresas gallegas que aceptaron la invitación de José María Castellano, presidente de la entidad, pero sobre todo de Núñez Feijóo, que los convenció después de varias reuniones personales. Manuel Jove, expresidente de Fadesa; la familia Somoza, dueña de Azkar; los dueños de Gadisa, Coren, Rianxeira, Copasa o Jacinto Rey, propietario de la constructora San José, son algunos de los que ahora se sienten engañados por el presidente de la Xunta y por Novagalicia. También aparecen cómo accionistas empresas como Climagal, Igalux, Inversiones Gallegas del Cable, Rodman, Egasa o Estrella Galicia.

Cada una de ellas aportó 2,7 millones de euros hasta reunir 45 millones, ya que los 26 restantes procedían del acuerdo extrajudicial por el que Novagalicia pagó al propietario de Hierros Añón por una inversión fallida. Ahora están arrepentidos y recuerdan que Castellano les había prometido que conseguiría por lo menos 500 millones más a través de inversores institucionales. Nada de eso llegó y NGB será rescatada por tercera vez.

Mientras unos apuestan aún por la entidad gallega, hay empresarios que no quieren saber nada más de Novagalicia Banco. Su problema no es prioritario para el Banco de España, pero sí para NGB, que corre el riesgo de tener en contra a los hombres más ricos de Galicia. Mientras, el presidente de la Xunta se desentiende del tema y se niega a negociar por los empresarios a los que había convencido. La puerta a la que llamaron fue directamente la del Estado, pero allí las mayores preocupaciones no son las mismas que las suyas.

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