Pisos, bajos y cuentas bancarias: la herencia millonaria que una espectadora misteriosa legó al teatro gallego
Una fuga de agua en un piso, una asociación de compañías de teatro y una herencia millonaria de una misteriosa donante. Aparentemente son elementos inconexos, pero a la larga es el germen de una sorprendente historia que los profesionales de las artes escénicas de Galicia tratan de asimilar entre la perplejidad y el desconcierto a partes iguales.
La historia comienza cuando el pasado mes de abril la inquilina de un piso en Santiago se pone en contacto con Escena Galega, la asociación de artes escénicas que agrupa a cerca de 60 compañías de danza, teatro, títeres y circo. La mujer trasladó sus quejas por una fuga de agua continua que procedía de otro piso, algo que en la asociación percibieron en principio como un problema totalmente ajeno. “Pensamos que sería una equivocación, pero la señora insistió en que Escena Galega constaba como propietaria del inmueble del que procedía el agua”, explica el actor Guillermo Carbajo, miembro de la Directiva de Escena Galega.
“Comenzamos a indagar y para nuestra sorpresa existía un testamento de una persona a la que no conocíamos, que nos legaba ese piso, otras propiedades inmobiliarias en Santiago y una cuenta bancaria”, confiesa Carbajo, miembro de la compañía Redrum Teatro.
A partir de ese momento, Escena Galega estudia esta documentación y convoca una primera asamblea de la asociación, donde comunica a los socios el contenido de la herencia: siete propiedades inmobiliarias entre pisos y bajos en Santiago de Compostela y una cuenta bancaria con una cantidad cercana a los 50.000 euros.
“Era necesario que la asamblea aprobase primero la aceptación de la herencia. En base al mercado inmobiliario, se calcula que ese patrimonio podría estar valorado entre 1,5 y 2 millones de euros”, indica Tatán Cunha, veterano actor y ex miembro de la Junta Directiva, que estuvo presente en esa asamblea representando a la histórica compañía de títeres Tanxarina. Aunque desde la directiva de Escena Galega no facilitan datos, otro miembro de una compañía presente en la asamblea y que prefiere mantener el anonimato, desvela que “la mujer que dejó la herencia tenía una hipoteca de 40.000 euros, pero no será necesario asumirla porque la cubre el seguro de vida de esa hipoteca”. Según un asesor jurídico consultado por este periódico, la asociación Escena Galega también estaría inicialmente exenta de pagar el Impuesto de Sucesiones y Donaciones atribuido a legados y herencias recibidas, al estar registrada como una entidad sin ánimo de lucro.
¿Quién es la donante misteriosa?
La misteriosa donante de la herencia ha sido uno de los grandes temas de conversación en los chats de los profesionales gallegos del teatro en las últimas semanas. Solo se sabe que era una mujer sin hermanos y sin descendencia, pero a la que nadie logra ponerle cara, ni nadie logra ubicar exactamente como espectadora habitual de obras teatrales en la oferta de artes escénicas que se celebra a lo largo del año en Santiago de Compostela.
Según ha podido averiguar ElDiario.es, la testadora responde a las iniciales de M.B.G.B. y tenía 59 años cuando falleció víctima de un cáncer, en octubre de 2024. Su madre, que todavía vive, tenía un establecimiento de ultramarinos en el casco viejo de Santiago de Compostela. Parte de su patrimonio viene de la familia de su madre, originaria de la comarca de Bergantiños y del patrimonio inmobiliario que había acumulado su padre. Cerca de esa tienda de ultramarinos residía un amigo íntimo de esta donante, que confirma este patrimonio inmobiliario familiar: “Estuve con ella en varias propiedades que tenía en diversos barrios de Santiago, como San Lázaro, San Pedro o Vista Alegre”.
Este amigo, que pide que no aparezca su nombre, la califica como “guapa, simpática y disfrutona de la vida”, sin embargo se muestra sorprendido de que haya cedido su herencia a las compañías de teatro gallego. “Hacía tiempo que había perdido el contacto frecuente con ella, pero en los años en que la traté no me constaba que tuviese especial predilección por el teatro”, confiesa.
De aquí en adelante, todavía queda un capítulo interesante por conocer como es el del futuro de ese patrimonio y cómo gestionarlo. “La idea es crear una comisión que se encargue de tramitar toda esta gestión y hacer una tormenta de ideas a través de los socios, o incluso dar el paso de montar una fundación”, explica Guillermo Carbajo, miembro de la Directiva de Escena Galega. La finalidad de esta asociación, con más de veinte años de vida, pasa por defender los derechos y los intereses de los profesionales de las artes escénicas, para que estos puedan desarrollar su trabajo artístico en las mejores condiciones, aunque Carbajo no descarta “pensar en un proyecto que se expanda y sea beneficioso para todo el sector, más allá de las compañías asociadas”.
La próxima semana la asociación ha convocado una nueva asamblea, con un único punto el orden del día: “reunión monográfica sobre la herencia recibida y recogida de ideas y propuestas”, en la que se espera una gran asistencia. “En nuestra profesión el gran tema de conversación ahora mismo es qué vamos a hacer con la herencia. Incluso compañeros que no asistieron a reuniones anteriores están expectantes ante la asamblea de la próxima semana”, anticipa Tatán Cunha. El veterano actor y titiritero, curtido en mil batallas en los tiempos heroicos del teatro gallego, confiesa que no para de recibir llamadas de viejos camaradas que le repiten la misma frase. “Todos me dicen ¡somos ricos!, algo impensable en esta profesión”, bromea.
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