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Un Podemos dividido y el nacionalismo mantienen su fuerza en una Marea mestiza

En Marea pide alejar de la Xunta la política de "traficantes de desesperanza"

Miguel Pardo

En Marea presentó este domingo en Santiago sus candidaturas, con las que aspira a “mandar a Feijóo a Madrid” y acabar con la “miseria social y política” que, a su entender, representa el actual presidente de la Xunta en Galicia. Después de un convulso proceso de primarias y tras unas duras negociaciones con Podemos para lograr su integración, la confluencia gallega se presenta a las autonómicas con unas listas mestizas, en las que nadie ha ganado de todo pero tampoco ha perdido, y en las que todas las corrientes se dan por moderadamente satisfechas.

“Pudo ser mucho peor”, reconocían fuentes del polo nacionalista de la formación a las pocas horas de conocerse los resultados de unas primarias donde participaron más de 10.000 personas, aproximadamente la mitad de ellas inscritos de Podemos, cuya secretaria general, Carmen Santos, se declaraba “satisfecha” por el resultado y la representatividad de su partido en En Marea.

Desde la formación nacionalista Anova se temía un “desembarco” de Podemos que limase la influencia tanto del ala soberanista como de las mareas municipalistas en las candidaturas. Y la formación morada desconfiaba de un proceso con una pequeña parte de las bases contrariada por la decisión de integrarse en el partido instrumental. Ni unos ni otros han salido del todo decepcionados.

Los cabezas de lista demuestran la pluralidad de En Marea. Al margen del número uno reservado para el candidato de consenso a la Xunta, Luís Villares, en A Coruña lidera la lista Antón Sánchez, miembro destacado de Anova y de AGE en el Parlamento; en Ourense, la independiente dramaturga Ánxeles Cuña, que participó en una lista impulsada por EU; y en Pontevedra, Carmen Santos, secretaria general de Podemos Galicia, que ha fortalecido su posición en medio de una fuerte división interna.

Ha sido en esa provincia donde con más fuerza ha irrumpido Podemos, pero también donde más ha puesto en evidencia sus costuras. El número dos es para Marcos Cal, de En Confluencia Podemos, la lista contraria a la dirección y proclive desde siempre a la alianza con En Marea; el cuarto puesto para Juan Merlo, que compartía lista con Santos; y el quinto para Paula Quinteiro, miembro del consejo de la formación morada, crítica con la secretaria general y que participó en las primarias en una lista ajena a Podemos junto a miembros de la independentista FPG y la ex número dos del partido de Iglesias en Galicia, Celtia Traviesas.

En global, los dos candidatos con mayor porcentaje de voto fueron Antón Sánchez, de Anova, con más del 28% en A Coruña, y David Rodríguez, alcalde nacionalista de Manzaneda, con el 37% en Ourense, aunque la corrección de género para lograr unas listas cremallera, también en cuanto a los cabezas de lista, lo ha relegado al segundo puesto.

Voto en bloque

De los 20 puestos de salida en las cuatro provincias -cinco por cada una de ellas y al margen de Villares- tres pertenecen a Esquerda Unida, ocho a militantes nacionalistas o de mareas municipalistas y otros ocho a Podemos (tres fieles a Santos y cinco del sector crítico con la dirección gallega). De entre los críticos, la mayoría han participado activamente en las mareas locales o han trabajado en el espacio de confluencia a nivel autonómico desde sus inicios. Un bloque morado nada homogéneo.

Dividido como está, a Podemos no le ha hecho falta, sin embargo, una avalancha de votos para copar parte de los puestos de salida. El hecho de que presentase dos listas frente a las hasta siete que impulsaron diversas corrientes de En Marea en algún territorio favoreció a la formación morada. De hecho, triunfó en las provincias atlánticas pero vio como el polo nacionalista copaba los principales puestos en Ourense y Lugo, justo donde mareas municipalistas y soberanismo compartieron listas y concurrieron menos divididos.

Además, y tal y como advierten fuentes de la confluencia, mientras fueron muchos los votantes en las primarias que escogieron candidatos de diferentes listas y apostaron por opciones mestizas, los inscritos de Podemos -admitidos a última hora y con posibilidad de votar desde su propia plataforma- optaron mayoritariamente y en bloque por sus candidaturas, obteniendo así réditos de su elevada movilización. La activa campaña de la dirección estatal pidiendo “una Marea Morada” dentro de En Marea hizo el resto.

De todas formas, y tomando como referencia encuestas que le otorgan a la confluencia 18 escaños, el grupo parlamentario de En Marea tendría un tercio de representantes de Podemos, además de otros dos tercios entre independientes, miembros de mareas municipalistas y militantes de EU o de formaciones nacionalistas.

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