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Opinión - ¿Y ahora qué? Por Marco Schwartz

Feijóo admite el traspaso de fondos de ayudas para pagar la luz a otros gastos de la Xunta

Feijóo muestra un documento durante la sesión de control

David Lombao

A comienzos de 2015 la Xunta comenzaba a escenificar su 'giro social' tras el varapalo electoral sufrido por el PP en las elecciones europeas y la Xunta anunció a través de su presidente, Alberto Núñez Feijóo, que el tícket eléctrico -ayuda para pagar la luz equivalente a un recibo y medio al año- iba a pasar de beneficiar a unos 15.000 hogares a llegar a tener “hasta 40.000 familias beneficiarias” gracias a una dotación presupuestaria de 1,5 millones, más del doble del año anterior. En 2016 ese presupuesto volvió a subir y llegó a los 2,1 millones de euros, pero apenas el 20% de lo consignado acabó pagando ayudas para afrontar recibos de la luz, mientras que el 40%, unos 830.000 euros, fueron trasvasados para atender otros gastos de la Administración. Este miércoles Feijóo se ha visto obligado a admitir en el Parlamento esas transferencias de fondos y, de este modo, que lo que había sido presentado como una de las medidas estrella para combatir la “pobreza energética” se ha quedado muy por debajo de las expectativas generadas desde el propio Gobierno gallego.

Como informó eldiario.es, tras no gastar en ayudas el 80% del presupuesto, en este 2017 la dotación de estos subsidios se reduce un 62% y se queda por debajo de los 800.000 euros. No en vano, según confirma la Consellería de Economía, las familias atendidas no fueron las 40.000 auguradas por el presidente a partir de 2015, sino unas 6.000 entre 2014 y 2016. Esa cifra de hogares beneficiados fue la repetida por el jefe del Ejecutivo en el Parlamento después de que el portavoz de En Marea, Luís Villares, lo instara a rendir cuentas el “desvío de fondos”. “Valle Inclán estaría orgulloso de usted”, ironiza Villares, ya que esta “master class de desviación de fondos” incluyó el trasvase de 111.000 euros del tícket al alumbrado de la Cidade da Cultura, “el monumento al despilfarro”.

“Me dice que no ejecutamos la partida correspondiente, ¿sabe por qué?”, replicó Feijóo. “Porque atendimos todas las solicitudes que llegaron, a todos los que las pidieron, se les concedió”, afirma, si bien los propios datos de la Consellería de Economía evidencian que hubo solicitudes no admitidas por no cumplir alguno de los requisitos exigidos en la orden. “¿De qué se me acusa? Es la primera vez que me acusan de tener un presupuesto excesivo”, proclamó Feijóo, mientras cifra esta ayuda en “300 euros al año” cuando, realmente, esa cuantía es sólo para familias numerosas -el importe de las restantes es de 180-.

En este contexto Feijóo admite “dónde fueron las partidas” transferidas, pero sólo algunas de ellas. Así, el presidente reconoce que los fondos del tícket pagaron proyectos para “impulsar el comercio de proximidad” -que ya estaban previstos-, para “promover el termalismo” o para “desarrollar medidas de eficiencia energética en la Cidade da Cultura”. También, reconoce, para “defender los intereses de Galicia en el Tribunal Internacional de La Haya” por la demanda de la mina de Corcoesto. No especifica, no obstante, que con estos fondos la Xunta también atendió, por ejemplo, la cuota de la Fundación Feiras e Exposicións de Lugo o sufragó un estudio sobre su publicidad, transferencia que fue autorizada por el Consello da Xunta tres días antes de las elecciones y no incluido en la referencia pública de los asuntos abordados en la reunión. “Aquí no hay desvío, hay defensa del país”, asegura.

“Está muy bien que diga que atienden todas las solicitudes”, agregó en su réplica Villares, quien censura que el Gobierno obvie que parte de las causas de la baja ejecución de este presupuesto está “en el problema ya denunciado por los trabajadores sociales”: que “los requisitos” de las ayudas “dejan fuera a mucha gente” y que su tramitación es compleja, porque sólo puede realizarse a través de internet y con la documentación en formato digital. “Tienen una política social de cartón piedra: falsa, fría e insensible”, concluye.

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