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La Xunta decidió cerrar Ourense a espaldas del alcalde de la ciudad

El alcalde de Ourense, Gonzalo Pérez Jácome.

Gonzalo Cortizo

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¿Se puede ordenar el cierre de una ciudad de 105.000 habitantes sin hablar con su alcalde? La Xunta cree que sí y así lo ha hecho. El Gobierno de Alberto Núñez Feijóo anunció este martes el cierre de Ourense tras estudiar los preocupantes datos sobre los que el comité clínico ha basado su decisión: la tasa de incidencia en los últimos 14 días sitúa en 417 el número de contagios por cada 100.000 habitantes, la positividad en pruebas PCR es del 18% y multiplica por más de cuatro la media gallega. La decisión de clausurar la tercera ciudad de Galicia se adoptó sin consultar al alcalde, Gonzalo Pérez Jácome, al que el Gobierno gallego llamó por teléfono 20 minutos depués de haber publicado la nota de prensa que anunciaba la resolución. Detrás de la falta de coordinación hay un enfrentamiento político y la ruptura formal de relaciones entre Feijóo y Jácome. El PP quiere que el alcalde, con quien cambiaron el cromo del concello (gobernado por Democracia Ourensana) por el de la diputación (gobernada por el Partido Popular), dimita. Mientras no lo haga, Feijóo ha dado la orden de esquivar a Jácome incluso cuando se trata de abordar la lucha contra la pandemia y la salud pública en el territorio en el que más preocupa su evolución de toda Galicia.

A las 21:13 de este martes, Gonzalo Jácome desconocía que la decisión de la Xunta estaba tomada. En conversación con elDiario.es a esa misma hora, el regidor ourensano se preguntaba: “¿Confinan o cierran?”. Siete minutos antes de esa conversación, a las 21.06, los servicios de prensa del Servicio Galego de Saúde (Sergas) distribuyeron por email a todos los medios de comunicación la nota de prensa en la que se anunciaba la decisión. Jácome aún tendría que esperar otros 20 minutos para recibir la llamada en la que se le comunicaba que los más de 100.000 vecinos que gobierna tendrían prohibido moverse fuera de la ciudad. “Esa conversación duró dos minutos”, asegura el regidor a esta redacción.

La ruptura de las comunicaciones entre la Xunta y Ourense es una decisión directa de Alberto Núñez Feijóo, que el pasado 13 de septiembre se comunicó por carta con los alcaldes de las principales ciudades gallegas para ofrecer colaboración y decidió excluir a Ourense de su lista de envíos. El propio Jácome había afirmado en una entrevista con este periódico que el presidente de la Xunta ni siquiera se dignaba en leer sus whatsapps.

Mientras el virus avanza por las calles de Ourense, el PP gallego alienta una moción de censura para desbancar al alcalde que auparon con sus votos y con el que gobernaron hasta el pasado mes de septiembre, a cambio de su apoyo en la Diputación, controlada por el caciquismo que representa José Manuel Baltar. Este miércoles la cuestión ourensana protagonizó la sesión de control al Gobierno en el Parlamento de Galicia. Durante su intervención, Feijóo aseguró que “lo que más le preocupa a la Xunta es la situación epidemiológica de la ciudad de Ourense y su área metropolitana”. A renglón seguido, el jefe del Gobierno gallego tentó al PSOE con un acuerdo para desbancar a Jácome comprometiendo su disposición al entendimiento. “La voluntad de pacto está ahí”, dijo.

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