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La diseñadora que trabaja con la nariz: “La creatividad está en tu cerebro, no en tus extremidades”

Michelle Vandy diseñando con su 'nose-pad'

Cristina Sánchez

Michelle Vandy es una joven inquieta. Le apasiona la fotografía, la arquitectura, el diseño, el emprendimiento y perfeccionar hasta el más mínimo detalle en cada proyecto que realiza. Actualmente trabaja como diseñadora demostrando sus habillidades artísticas con Photoshop o Illustrator. Otra de sus habilidades se esconde tras sus ilustraciones, pero sin ella no podría realizar su trabajo: los movimientos de su nariz sobre un 'touchpad' han sustituido a su mano.

Michelle comenzó a trabajar como becaria un verano. Estudiaba arquitectura y su primera experiencia suponía para ella toda una oportunidad. Le surgió un segundo trabajo como ilustradora de un libro infantil y también lo aceptó. Se sentía orgullosa por poder realizar sus sueños y empleaba entre 10 y 15 horas al día a conseguirlos. Al poco tiempo, comenzó a sentir un ligero hormigueo en sus dedos. Sus brazos se debilitaron. Casi no era capaz de sostener un bolígrafo.

Michelle padece una enfermedad conocida como RSI ('Repetitive Strain Injury') o lesión por esfuerzo repetitivo. Utilizar en exceso su ratón acabó provocando que no pudiera cogerlo. La Agencia Europea para la Seguridad y la Salud en el Trabajo ya ha alertado de la necesidad de prevenir estos trastornos musculoesqueléticos de origen laboral, que en España ya se sitúan entre las primeras tres causas de baja. Estos trastornos pueden afectar a las extremidades superiores, como en el caso de Michelle.

Durante tres semanas, la joven estuvo tumbada en la cama, lamentándose por su problema. Su carrera parecía haber acabado casi antes de empezar. “No me arrepiento de esos días. Necesitaba tiempo para aceptar mi lesión, ordenar mis pensamientos y determinar un nuevo plan. La fase de duelo era importante para mí. Pero decidí poner una fecha de fin”, explica Michelle a HojaDeRouter.com. Tomó la decisión de retomar sus clases de arquitectura en Finlandia y buscar sus propios medios para alcanzar su objetivo.

Tecnología que paraliza y habilita

El mundo de Michelle se plagó de dispositivos tecnológicos: herramientas de 'eye tracking', grabadoras para el dictado de voz, sensores de movimiento, aplicaciones móviles de dibujo... “La tecnología me ha paralizado por una parte, pero por otra me ha habilitado”, nos cuenta Michelle. No todos los profesores le ayudaron: algunos se negaban a realizarle exámenes orales o le aconsejaban volver cuando se hubiera recuperado. Solo una profesora le animó a continuar y le permitió usar un 'software' de reconocimiento de voz.

Michelle también quería volver a diseñar. Su padre inventó un dispositivo para que utilizara el ordenador con los movimientos de sus pies. No le sirvió. Tampoco le gustaban los resultados de los trabajos que trazó con lápices en la boca. Tenía que lograr una nueva alternativa. Un buen día, colocó su nariz sobre un 'touchpad' externo y se dio cuenta de que, ayudándose con algunos gestos de su boca, podía utilizar Photoshop con resultados aceptables.

“Empecé a usarlo todos los días. Era la única forma de poder abrir correos electrónicos, leer páginas web y realizar tareas básicas”, nos cuenta Michelle. Así que su padre le creó un 'nose-pad 1.0.' con un trípode, un soporte y el Apple Magic Trackpad.Apple Magic Trackpad “Al principio era muy lenta. Me llevaba más del doble de tiempo conseguir el resultado deseado, pero mejoré muy rápidamente. Sabía que podía convertirme en experta en esta técnica algún día”.

“Mi día a día ni ha mejorado ni ha empeorado. Solo ha cambiado la forma en que hago las cosas. Estoy segura de que habría encontrado una forma de padecer RSI incluso sin un ratón, porque me exijo mucho a mí misma cuando estoy haciendo algo creativo”, nos cuenta Michelle. Para ella, el potencial de las tecnologías emergentes se encuentra precisamente en proporcionar caminos alternativos.

El 'nose-pad', un pequeño secreto

Esta diseñadora gráfica comenzó a realizar sus proyectos de clase con su nariz. Se sentía ridícula y avergonzada por hacerlo y decidió mantenerlo en secreto. Comenzó a trabajar al mismo tiempo en una 'startup', y convenció a sus compañeros para realizar su labor desde casa. Su nariz ya hacía todo el trabajo, aunque nadie lo supiera.

Tiempo después, mantuvo una entrevista de trabajo a través de Skype con el CEO de Omada Health, la empresa para la que actualmente trabaja. Decidió contárselo todo. “Estás bromeando, ¡es impresionante!” le contestó Sean Duffy, el cofundador de la empresa de San Francisco. Michelle consiguió el trabajo y por fin se sintió aliviada.

Michelle asegura que, paradójicamente, su problema le ha permitido desarrollar su carrera profesional como diseñadora. “Uno de mis lemas personales es que hay que dar un paso siempre fuera de tu zona de confort, incluso si sientes que estás haciendo el ridículo. Puedes sentirte avergonzado al principio, pero vas a ampliar tu visión sobre lo que eres capaz de hacer. La clave es ser compasivo con uno mismo y no rendirse si algo no sale como se esperaba”.

Michelle ha decidido abrir una página web, 'Look, no hands' 'Look, no hands'('Mira, sin manos'), para compartir su historia. “Quiero animar a otros profesionales creativos con RSI a que continúen explorando nuevas áreas y nuevas técnicas. Tu creatividad y tu habilidad artística están instaladas en tu cerebro, no en tus extremidades”, asegura. “También me gustaría decirles: no tengáis miedo de adentraros en nuevas aguas”. Cree que todo se puede lograr con tiempo y esfuerzo. Ella, de hecho, lo ha conseguido.

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Las imágenes de este artículo son propiedad de Michelle Vandy

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