La Justicia inadmite la querella de Vox y Abogados Cristianos contra el cartel de un santo con una sobrasada como pene

Esther Ballesteros

Mallorca —
22 de mayo de 2025 11:48 h

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La jueza ha inadmitido la querella interpuesta por Vox y por la organización ultracatólica Abogados Cristianos contra la líder de Podemos en Balears, Lucía Muñoz, y contra la ilustradora Lluïsa Febrer por el cartel de la 'Santa Punxada', una fiesta reivindicativa que se celebra en enero con el apoyo de la formación morada como alternativa al programa oficial de las fiestas patronales de Palma. En concreto, la ilustración mostraba a Sant Sebastià -patrón de la capital balear- con una sobrassada como pene, acompañado por una versión femenina del mártir y ambos rodeados de 'dimonis', uno de los símbolos esenciales de las fiestas populares de Mallorca.

La jueza, sin embargo, ha optado por no dar trámite a las denuncias al no apreciar base penal suficiente para abrir una investigación sobre los hechos, tal como han informado fuentes jurídicas a elDiario.es.

Con el lema Sant SebastiàQ+, la celebración a la que aludía el cartel reivindica los derechos de la comunidad LGTBIQ+ con música, arte, inclusión y visibilidad. Sin embargo, la ilustración levantó la polvareda entre los sectores más conservadores de la isla. Tanto la formación de extrema derecha como Abogados Cristianos sostenían que tanto Podemos como la ilustradora del cartel podían haber incurrido en presuntos delitos de escarnio y de odio al considerarlo una nueva ofensa contra los católicos.

Los de Santiago Abascal, por su parte, apelaban a aplicar el artículo 186 del Código Penal, relativo a los delitos de exhibicionismo y provocación sexual, al aseverar que la promoción del cartel era una muestra de “difusión de material pornográfico entre menores de edad”. En esta línea, recriminaron que “el patético intento de buscar notoriedad por parte de una formación que solo cuenta con una concejal en el Ajuntament de Palma no puede ser excusa para ofender los sentimientos religiosos de la mayor parte de los palmesanos”.

Ante la polémica generada, el director artístico y programador del evento, Víctor Conejo, defendió con contundencia la iniciativa “por su lenguaje gráfico”: “Es un cartel muy narrativo en el que hay muchos elementos. A mí me interesaba muchísimo contar con Lluïsa Febrer”, conocida por su trayectoria multidisciplinaria como pintora, muralista e lustradora. En 2016, la Asociación de Artistas Visuales de Balears (Aavib) denunció el lanzamiento de huevos contra 'El mirador', una secuencia de 16 dibujos en los que Febrer mostraba el proceso de la gestación de un embrión en el vientre de una mujer hasta el momento de dar a luz.

En declaraciones a elDiario.es, el también periodista cultural se ha mostrado irónicamente sorprendido por las reacciones desatadas contra el cartel de la 'Santa Punxada': “Ah, ¿que hay desnudos? ¿cómo?”. Y añade: “A mí me recuerda cuando a Rubens le encargaban los cartones para la Real Fábrica de Tapices y le decían: 'Oye, que hay desnudos en los dibujos'. A ver, como que es Rubens”.

Sant Sebastià, vinculado al erotismo desde el Renacimiento

Muñoz, por su parte, aludió a la reflexión política existente tras el concepto de las fiestas de Sant Sebastià y explicó a este medio cuál es el objetivo de su celebración alternativa: “Nosotros lo que queremos es hacer visible la parte más reivindicativa de la figura de Sant Sebastià, que es una parte de su historia que muchas veces se omite o se esconde. Es el patrón de Palma y nunca hemos hablado de que la comunidad LGTBI lleva haciendo suya desde hace tiempo la imagen de Sant Sebastià, una persona que fue martirizada por defender su manera de vivir y de ver el mundo [fue un tribuno romano ejecutado por su fe en el cristianismo]. Es un icono y su figura está relacionada con el erotismo desde el Renacimiento”.

La también coordinadora de Podem Balears recordaba, además, el incidente que le sucedió a Fray Bartolomeo cuando pintó en la iglesia de San Marco de Florencia un retablo con la figura desnuda -salvo por el paño de pureza- de San Sebastián con expresión de éxtasis, atado a un árbol y su cuerpo atravesado por varias flechas: “Los confesionarios del templo comenzaron a llenarse de mujeres que le contaban al cura que habían pecado al verlo así y, al final, tuvieron que tapar el cuadro”.

Ya en el siglo XIX, Oscar Wilde, “una de las figuras más importantes de la comunidad LGTBI” -señaló entonces Muñoz- y clave en la “erotización” de San Sebastián, le dedicó un soneto tras ver el martirio al que fue sometido, representado por Guido Reni en el Palazzo Rosso de Génova. Asimismo, después de que el dramaturgo fuese juzgado y encarcelado por sodomía, al salir de la cárcel adoptó como pseudónimo el de Sebastian Melmoth en honor al santo así como en homenaje a uno de los libros que más le cautivaron, Melmoth, el errabundo (1820), obra cumbre de Charles Maturin.