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Bruselas ultima un embargo progresivo al petróleo ruso con la oposición de la Hungría de Orbán

El presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, y la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, en Bruselas el 25 de marzo de 2022.

Andrés Gil

Corresponsal en Bruselas —

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La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, está ultimando una propuesta a los 27 que prevé la prohibición del petróleo ruso de aquí a final de año. Un embargo al que este lunes se ha vuelto a oponer la Hungría de Viktor Orbán, principal aliado del Kremlin en la EU, pero que parece sí cuenta con el visto bueno de Alemania, otro país que hasta ahora había frenado más sanciones energéticas por su dependencia del petróleo y el gas ruso.

La propuesta del Ejecutivo comunitario está circulando con vistas a la reunión de los embajadores ante la UE prevista para este miércoles. Mientras, los ministros de Energía se han reunido este lunes de urgencia en Bruselas para, además, analizar el suministro y almacenamiento de gas a raíz de la decisión de Rusia de cortar el grifo a Polonia y Bulgaria por no pagar en rublos.

“Pediremos sanciones inmediatas contra el petróleo y el gas rusos. Es el próximo paso, urgente y absolutamente necesario que debe ser tenido en cuenta en las siguientes sanciones”, ha afirmado la ministra de Clima y Medio Ambiente polaca, Anna Moskwa, antes de la reunión extraordinaria de los responsables de Energía de los 27: “Ya tenemos el carbón, ahora es el momento del petróleo y el siguiente paso es el gas”.

Kadri Simson, comisaria europea de Energía, ha insistido tras la reunión: “Nuestra posición es que no se puede pagar en rublos. Nos piden que aclaremos las directrices, y prepararemos unas nuevas líneas maestras. Pero la posición es no pagar en rublos. Por otro lado, seguimos avanzando en la desconexión de la dependencia rusa, con medidas encima de la mesa como el almacenamiento y las compras conjuntas que hay que ir terminando de acordar”.

Dentro de la sala no se ha abordado de lleno el nuevo paquete de sanciones. Pero sí se ha hablado, y mucho, antes y después. Un paquete que prevé la eliminación gradual de las compras de petróleo ruso; es decir, la prohibición no entraría en vigor de inmediato, según New York Times, Politico y Bloomberg: el objetivo sería acabar gradualmente las importaciones antes del 31 de diciembre. Vladimir Putin depende de Europa para casi la mitad de sus exportaciones de petróleo.

“Hemos aprobado cinco paquetes de sanciones y estamos trabajando para preparar el sexto paquete de sanciones que espero que pueda ser aprobado en la próxima reunión del Consejo de ministros de Asuntos Exteriores que tengo el honor de presidir [está prevista para el 16-17 de mayo]”, ha dicho el jefe de la diplomacia europea este martes por la noche en Panamá: “Este nuevo paquete de sanciones –permitirán que no entre en los detalles– pero sí puedo anticiparles que afectará a dos de las dimensiones inacabadas del proceso de sanciones que llevamos aplicando. Al sector bancario, habrá más bancos rusos que saldrán del sistema SWIFT, y al sector energético, estamos trabajando para preparar propuestas que permitan limitar las importaciones energéticas de Rusia, especialmente en lo que se refiere al petróleo. Pero para eso hace falta el acuerdo de todos los Estados miembros –hasta ahora no lo hemos tenido–, pero estoy confiado de que al menos en los que se refiere a las importaciones de petróleo, este acuerdo se hará posible”. 

Es probable que el paquete de sanciones, el sexto de la UE, también incluya a más personas y afecte a otros bancos rusos, como Sberbank, y también Bielorrusos, para desconectarlos del sistema de pagos internacionales Swift.

Para lograr el visto bueno de los 27, se prevé que la Comisión Europea incluya algún tipo de excepciones o medidas transitorias para Hungría y Eslovaquia, dado lo mucho que estos dos países dependen del petróleo ruso y las dificultades que afrontan para encontrar suministros alternativos. Aunque se mantiene, de momento, la dureza húngara en contra de ampliar las sanciones.

Y ahí es donde entra en juego algo que dijo Borrell hace unos días en varios medios europeos, entre ellos El País: “Si hay alguien que no quiere participar, otros sí pueden hacerlo. No se necesita unanimidad para actuar de forma voluntaria, siguiendo un plan. Pueden decidir actuar de acuerdo con una decisión colectiva, que no es oficialmente una decisión de la UE. No será por unanimidad, pero pueden actuar por su lado. Es lo que está ocurriendo ahora [con los países Bálticos] y está funcionando. No tendrá efectos mañana, es una senda de reducción. Alemania ha asegurado que se librará del petróleo ruso a finales de año. Y Rusia recibe mucho más dinero del petróleo que del gas. Ya está ocurriendo. La disminución del petróleo que se compra a Rusia es muy importante. Y estamos sustituyendo el gas por otro procedente de distintas fuentes. Cuando Alemania dice que para finales de año no habrá más petróleo ruso está haciendo un gran esfuerzo”.

Cambio alemán

En el aumento de las sanciones influye que Alemania ha ido cambiando poco a poco de posición: ya la semana pasada dejó caer que podría asumir el fin de las importaciones de petróleo ruso antes de fin de año. Mientras, en paralelo, también cunde el temor con la perspectiva de un aumento en los precios del gas.

Robert Habeck, ministro alemán de Economía y Acción del Clima, decía a su llegada a la reunión de ministros de Energía en Bruselas: “Teníamos una dependencia bastante fuerte del petróleo ruso. Antes de que comenzara la guerra era del 35%. Ahora, lo redujimos al 12%. Y tenemos solo una refinería que solo produce o trabaja con petróleo ruso. Así que tenemos un problema local. Este problema local es bastante grande. Este 12% está en la región de Berlín. Si viniera un embargo de petróleo, una prohibición de petróleo y no tuviéramos suficiente tiempo para resolver este problema también, tendríamos un problema local. Y, por supuesto, el aumento de los precios y tal vez las cadenas de suministro no sean seguras, pero no afectarían a la economía nacional en su conjunto. Entonces después de dos meses de trabajo, puedo decir que Alemania no está en contra de una prohibición petrolera en Rusia. Por supuesto que es una carga pesada de llevar, pero estamos listos para hacerlo”.

Barbara Pompili, ministra para la Transición Ecológica de Francia y presidenta de turno del Consejo de la UE, explicaba: “Se está preparando un nuevo paquete de sanciones. Llegará en los próximos días”. Mientras, Tinne Van der Straeten, ministra de Energía de Bélgica, era muy clara sobre las resistencias de Eslovenia y Hungría: “Quieren excepciones u otras medidas. El ritmo del gobierno belga es, por su puesto, el ritmo europeo, en el que la Comisión Europea dice que para fin de año queremos deshacernos de esto. No se trata solo de un embargo, de la prohibición en sí, sino de la alternativa, de acelerar la transición energética”.

Leonore Gewessler, ministra austriaca de Energía, que hasta ahora se mostrado reticente a ampliar el embargo energético, afirmaba: “Austria está dispuesta a apoyar un embargo de petróleo si la Comisión y los Estados miembros lo deciden. Estamos preparados. Hay países miembros a los que les resulta más fácil, y por eso es un requisito decidir sobre las sanciones juntos y sobrellevarlo juntos. Pero Austria está lista”.

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