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Los conservadores refuerzan su poder en la UE tras la elección de Metsola como presidenta de la Eurocámara

La presidenta del Parlamento Europeo, Roberta Metsola, este martes.

Andrés Gil

Enviado especial a Estrasburgo —

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Los populares europeos acaban de perder en Alemania. Este lunes se reunían Pedro Sánchez y Olaf Scholz para evidenciar una alianza progresista entre dos de los principales países europeos ante el retroceso electoral conservador en el continente. Pero lo cierto es que este martes, como tuiteaba el ex jefe de la diplomacia europea Javier Solana, los socialistas europeos han perdido la presidencia del Parlamento Europeo con la elección de la maltesa Roberta Metsola.

Así, los populares acumulan un nuevo cargo, al que hay que sumar la Comisión Europea –Ursula von der Leyen– y el Banco Central Europeo –Christine Lagarde–. El Consejo Europeo está en manos liberales –Charles Michel– y no parece que vaya a peligrar su reelección en febrero para la segunda mitad de mandato.

“Los números no daban para una mayoría con Verdes y La Izquierda”, explica una fuente socialista: “¿Qué podíamos hacer? ¿Salirnos del pacto para que ocupe otro grupo nuestro lugar y se gire más hacia la derecha?” La clave está en los liberales, que prefieren mirar a su derecha a cambio de votar a los ultraconservadores de ECR para una vicepresidencia del Parlamento Europeo que a su izquierda, para intentar una mayoría alternativa de 350 escaños, 41 por encima de la mayoría de 309 que habría bastado para la elección de Metsola, que cosechó 458 votos gracias al sí de populares, socialistas, liberales y ultraconservadores (ECR, el grupo de Vox, que ha confirmado su apoyo a la maltesa). Hasta tal punto ha tenido consecuencias el apoyo de ECR a Metsola que ha conseguido una vicepresidencia del Parlamento Europeo, cargo que no tenía el grupo.

Así, el reparto de las 14 vicepresidencias concluye con minoría progresista: tres para el PPE –que se queda con la presidencia–; cinco para los socialdemócratas; tres para Renew (liberales, el grupo de Ciudadanos); uno para ECR (el grupo de Vox, que hasta ahora no tenía); uno para los Verdes –que tenían dos– y uno para La Izquierda (el grupo de UP).

El voto de los ultraconservadores

La recién elegida presidenta del Parlamento Europeo, Roberta Metsola, evita pronunciarse por haber sido elegida con los votos del grupo de Vox: “Ha sido un voto secreto. Y yo no sé quién ha votado a favor o en contra de mi candidatura. Agradezco la confianza depositada en mí, voy a representar esta casa con dignidad, en defensa del proyecto europeo e intentando aunar fuerzas”.

¿Cómo se sienten los socialistas por haber votado lo mismo que Vox, según ha informado el partido de Santiago Abascal a elDiario.es, para la presidencia del Parlamento Europeo? La presidenta de los socialistas en la Eurocámara, la española Iratxe García, argumenta: “Yo no le he preguntado a ningún eurodiputado de Vox qué es lo que ha votado, ni lo he preguntado ni se lo voy a preguntar. Y, evidentemente, lo que a mí me importa es cuáles son las consecuencias del voto que yo he emitido. Si el voto que yo he emitido posibilita la estabilidad de esta institución y trabajar por las prioridades que hemos establecido, bienvenido sea mi voto. Yo soy dueña de mis decisiones, nunca puedo ser dueña de las decisiones de otros”.  

García defiende el acuerdo sellado con populares y liberales “para dar una estabilidad necesaria a la institución y también para sacar adelante un programa político en el que definimos claramente nuestras prioridades como fuerzas políticas proeuropeas desde las distintas posiciones ideológicas que tenemos: la defensa del Estado de Derecho; de una Europa social; de una Europa verde; y también en la defensa de esa dimensión social y de los derechos de las mujeres”. 

El aborto y Metsola

La presidenta del Parlamento Europeo se ha distinguido por votar contra los derechos reproductivos y la legalización del aborto. Malta, país en el que aún está penalizada la interrupción voluntaria del embarazo, ha tenido en Metsola a una eurodiputada que no ha puesto en cuestión públicamente esa legislación. Mientras la primera presidenta del Parlamento Europeo, la francesa Simone Veil, impulsó la despenalización del aborto en su país en 1975, Metsola no lo está haciendo con el suyo, Malta, en 2022.

“Yo no voy a interpretar las posiciones de esta casa, sino que las voy a defender”, dice la presidenta del Parlamento Europeo, eludiendo expresar su posición personal ante preguntas directas: “Ahora soy presidenta del Parlamento Europeo y los informes y las resoluciones que aprueba este Parlamento son las que yo voy a defender, no solamente en esta casa, sino también frente a otras instituciones”.

En noviembre pasado, la candidata popular se opuso a una resolución del Parlamento Europeo sobre el primer aniversario de la prohibición de facto del aborto en Polonia. Meses antes, en junio, votó en contra de garantizar a las mujeres una atención sanitaria adecuada y asequible y el respeto universal de sus derechos sexuales y reproductivos (resolución del Parlamento Europeo de 24 de junio de 2021 sobre el 25º aniversario de la Conferencia Internacional sobre la Población y el Desarrollo).

Metsola también votó en contra, en diciembre de 2020, de condenar el uso de la pandemia como pretexto para que algunos gobiernos retrocedan en derechos fundamentales de los trabajadores y de las mujeres, recordando el derecho inalienable al acceso a la asistencia sanitaria, así como el derecho a la libre determinación sobre el propio cuerpo (Resolución del Parlamento Europeo, de 17 de diciembre de 2020, sobre una Europa social fuerte para las transiciones justas).

Previamente, en julio de 2020, Metsola también había votado en contra de pedir a los Estados miembros que promuevan y garanticen el acceso a los servicios de derechos sexuales y reproductivos, incluido el acceso a la anticoncepción y el derecho al aborto seguro, así como de garantizar una educación sexual integral, el fácil acceso de las mujeres a la planificación familiar y la gama completa de servicios de salud reproductiva y sexual, incluidos los métodos anticonceptivos modernos y el aborto seguro y legal, también en tiempos de crisis (Resolución del Parlamento Europeo, de 10 de julio de 2020, sobre la estrategia de salud pública de la UE posterior a la COVID-19).

¿Volverá a votar en contra del aborto? “No voy a votar a partir de ahora”, dice Metsola: “Es una decisión que ya tomé la semana pasada. Y he decidido no votar. Mi posición es la del Parlamento Europeo y en el ámbito de la salud reproductiva y sexual, no hay duda de cuál es esa posición: son derechos que se tienen que proteger mejor. El mes pasado subrayamos la necesidad de tener acceso a una asistencia en este ámbito, a combatir la violencia sexual, y esta es la posición que voy a defender como he hecho ya como vicepresidenta”.

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