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80 años después de la masacre de los cristales rotos, la extrema derecha hace temblar a Alemania

Fotografía de dominio público tomada el 10 de noviembre de 1938 por un fotógrafo desconocido después de la noche de los cristales rotos en Berlín

Carmela Negrete

Berlín —

Sinagogas ardiendo, negocios destrozados por grupos armados. En la noche del 9 al 10 de noviembre de 1938 la violencia organizada en contra de la población judía alcanzaba un punto de no retorno. Este viernes se cumplen 80 años del famoso pogromo contra los judíos conocido como “la noche de los cristales rotos”. Miles de judíos fueron agredidos o asesinados y ese día dio paso a la época más oscura de la historia alemana, con el aniquilamiento organizado por el estado de judíos, miembros de la oposición, homosexuales o romaníes. Millones de personas fueron víctimas del horror nazi. El país rinde homenaje a las víctimas con numerosos actos, pero el ambiente está enrarecido.

Este aniversario coincide con un país cuyo discurso político se ha desviado hacia la derecha y más allá. La historia previa al pogromo judío “estuvo precedida de décadas de discurso antisemita”, declaran los líderes del partido de la izquierda Die Linke, Bernd Riexinger y Katja Kipping. “Y hoy, con la entrada en los parlamentos de la Alternativa por Alemania y el fortalecimiento del populismo de derechas en toda Europa nos encontramos ante la decisión de si queremos permitir que la xenofobia y la intolerancia envenenen nuestras sociedades libres”, se preguntan en un comunicado.

La Unión de los Perseguidos del Régimen Nazi (por sus siglas en alemán VVN-BDA) ha convocado una concentración con ocasión del aniversario y en contra de una protesta de la extrema derecha ese mismo día. La VVN-BDA ve un paralelismo entre los comienzos de la persecución antijudía y la propaganda antiislam, y en su llamamiento asegura que “hoy, Alternativa por Alemania acusa de todo lo posible a refugiados y musulmanes”. Esta idea se extiende por buena parte de la sociedad, como demuestran los datos.

El último estudio sobre las tendencias políticas alemanas se publicaba el miércoles en la Universidad de Leipzig. Según éste, las tendencias xenófobas habrían aumentado en la sociedad y uno de cada cuatro alemanes tendría una visión negativa de los extranjeros. El pasado uno de septiembre quedaba patente en la ciudad de Chemnitz, como contamos en este diario, cuando una gran manifestación salió a la calle coreando lemas que en el pasado solo se habrían oído en manifestaciones de la extrema derecha. De forma paradójica, el estudio concluye que en aquellas regiones donde hay menos inmigrantes, el rechazo a los mismos es mayor. Además contiene un dato muy inquietante: el 40% de los alemanes podrían imaginarse vivir en un sistema autoritario si éste les garantizase seguridad.

Una manifestación de la derecha “por los muertos del muro” el mismo día

El viernes por la tarde había planeada una “marcha fúnebre por las víctimas de la política” organizada por la asociación “Nosotros por Alemania” (Wir für Deutschland e.V.) Un portavoz explica a eldiario.es que la manifestación se había convocado con seis meses de antelación y que el motivo de la misma era manifestarse por los muertos del muro, cuya caída tuvo lugar también un 9 de noviembre. La idea era marchar con velas por el centro de la ciudad. La manifestación ha sido prohibida por el ayuntamiento después de que se plantease una amplia crítica a la misma desde diferentes sectores de la sociedad civil.

El senador de interior, Andreas Geisel, del partido socialdemócrata (SPD) justificaba la decisión asegurando que la marcha “negaría de forma flagrante el sentido y la forma ético-moral de la conmemoración que tiene lugar en ese día”, en referencia al aniversario de la noche de los cristales rotos. La idea de que la extrema derecha marche por el centro de Berlín el día que se cumplen ocho décadas del pogromo y con una estética que recuerda a los nazis con sus antorchas por la noche, le parece a Geisel “insoportable”. La provocación a las víctimas y a sus descendientes habría sido buscada por los organizadores de forma consciente.

Los organizadores aseguran por su parte que su asociación se distancia del antisemitismo “y de cualquier forma de radicalización”. A las acusaciones de que entre sus filas suelen marchar conocidos neonazis responden que es difícil “en una manifestación expulsar a personas”. Asimismo, critica al Gobierno de Berlín, asegurando que la prohibición está relacionada con la historia de Die Linke, que rige en coalición con el SPD y los verdes. “Para todos los que salieron a la calle en 1989 es un golpe en la cara el que ahora tengan un Gobierno con un partido que es el sucesor del SED”, asegura en alusión a los inicios de Die Linke. El partido no querría honrar la memoria de las víctimas del muro.

Ante estas declaraciones hay que decir que Die Linke se ha pronunciado en varias ocasiones en ese sentido asegurando que no estaban justificadas dichas muertes y condenándolas. Por otro lado, la última convocatoria de esta asociación que asegura no ser extremista y que tuvo lugar el pasado 3 de octubre, a la que asistieron unas 2.000 personas, participaron conocidos miembros del partido neonazi NPD. De hecho, Sebastian Schmidtke, de dicho partido, dio un discurso en la misma en el que aseguraba que “no se cambiarán las cosas a través de las elecciones” sino a través de “una revolución pacífica”. Asimismo se oyeron frases como “a la cámara de gas”, “nunca más Israel” o “prensa mentirosa”.

En todo caso, el ayuntamiento de Berlín no ha reaccionado hasta el último minuto y la verdadera presión ha venido desde la agrupación “Berlín contra la derecha”, que ha convocado varias manifestaciones en contra de la marcha. El Presidente del Consejo Central Judío alemán, Josef Schuster, explicaba a eldiario.es antes de conocerse la prohibición de la marcha que “el que neonazis quieran manifestarse por Berlín en este día es insoportable”. Estarían “mancillando el recuerdo a las víctimas de la Shoa de la forma más avergonzante posible”. Asimismo aseguraba que esperaba que “las autoridades comprueben todas las opciones para controlar la marcha o que la prohíban”.

No está claro qué sucederá el viernes por la tarde, ya que la asociación derechista ha asegurado querer manifestarse a pesar de la prohibición y en todo caso ha presentado un recurso a la prohibición. Las manifestaciones en contra permanecen en alerta por si al final se celebrase o el juzgado terminase por darles la razón y permitir el cortejo fúnebre.

El último juicio a un miembro de las SS por cientos de asesinatos

Mientras tanto, el holocausto después de décadas y décadas sigue en los tribunales y un antiguo miembro de las tropas SS, Johann R., está siendo juzgado en una sala de Münster. El anciano era uno de los encargados de la vigilancia del campo de concentración de Stutthof, que se encontraba cerca de la Ciudad libre de Danzig, en la actual Polonia, y ha sido acusado de haber colaborado en cientos de asesinatos de judíos cometidos en dicho campo. El acusado asegura no saber nada de lo que pasaba en el campo de concentración.

En Stutthof fueron asesinados cientos de judíos en la cámara de gas, además de más de cien presos políticos y 77 presos soviéticos. Muchos otros murieron de hambre y de frío, fueron electrocutados en la verja del campo o les inyectaron gasolina. La acusación habla del “infierno” y la llevan a cabo 17 familiares de víctimas y supervivientes de Israel, Canadá y los Estados Unidos, entre ellos una superviviente llamada Judy Meisel, que vive en Minnesota.

Su madre habría sido asesinada en la cámara de gas y ella misma habría escapado de milagro cuando tenía tan solo 15 años. La mujer, de 89 años, quiere que el anciano sea condenado para “que se le haga justicia a mi madre asesinada”, ha declarado ante la prensa. En dos semanas el acusado cumplirá los 95. La fiscalía da por hecho que el hombre sabía lo que ocurría en el campo de concentración, aunque éste lo niega. Es por ello que le acusan de colaboración en homicidio en cientos de muertes.

En 2015, se juzgó y condenó al contable de Auschwitz, Oskar Grönitz a cuatro años de prisión por la colaboración en el asesinato de cientos de personas. El hombre, que ya tenía 94 años, falleció antes de entrar en la cárcel. El juicio que se está celebrando en estos días podría ser el último juicio a un nazi de los que llevaron a cabo el holocausto por la avanzada edad de acusados y de las víctimas.

Superviviente del holocausto: “El presente me recuerda a aquellos inicios”

Walter Kaufmann, que tiene ya 94 años, aún recuerda cómo su padre, un notario judío, fue detenido el día del pogromo del 9 de noviembre de 1938: “Fui testigo de cómo la gestapo lo metió en un Mercedes. Nos miramos en silencio y el coche partió”. A las tres semanas, lo soltaron y volvió a casa rapado e introvertido. “No hablaba de lo que le había ocurrido, pero se le veía”. Sus padres decidieron que él se marcharía solo a Inglaterra en uno de los transportes que se organizaron para rescatar a niños judíos.

Cuando Kaufmann se marchó solo con 15 años cumplidos, su padre ya estaba internado en Dachau. Vivió en Australia, hasta que decidió volver a la RDA, donde trabajó como escritor y director de la asociación de escritores PEN hasta la reunificación. Después continuó con su tarea de literato. A pesar de su avanzada edad, inquieto por naturaleza, se ha adaptado a las nuevas tecnologías. De ahí que siga con detalle la actualidad política. Kaufmann explica su propia historia, no exenta de complicaciones y de discriminación a su vuelta a Alemania, porque quiere que no se repita la historia. “Y estamos cerca de repetir mucho de aquello”, asegura. “No digo que el nazismo florezca en este momento, pero ciertos aspectos de los años antes de la llegada de los nazis se están dejando ver”.

Y sigue: “Todo lo que le explico lo hago por el motivo de que quiero recordar a las personas que hay que rebelarse en los comienzos”, explica. “Y aquellos inicios se vuelven a dibujar ahora, no tengo duda alguna”. Para Kaufmann resulta “aterrador” ser testigo de “cómo la derecha marcha por el país y gritan lemas que ya gritaron los nazis”. El movimiento de los Patriotas Europeos contra la Islamización de Occidente (Pegida) le recuerda al principio de las SA en los años 30. “Sin embargo, también veo que en este país hay una corriente que tiene la fuerza suficiente para que se impida que todo vuelva a repetirse como fue entonces”. El recuerdo de Auschwitz sería “una nube negra que sobrevuela el país, que no se va a olvidar y que siempre está ahí”, concluye.

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