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Elecciones EE.UU. 2020
THE GUARDIAN

El escritor que creó el mito de Trump: “El emperador está desnudo”

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump.

David Smith

Washington (Estados Unidos) —

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La revelación de que Donald Trump no se merece la reputación de empresario exitoso y gran negociador no pilló por sorpresa a un hombre: el mismo que ayudó a crear ese mito.  

Tony Schwartz pasó cientos de horas con Trump para escribir el libro más vendido del empresario, publicado en 1987, 'The Art of the Deal' (El arte de la negociación). El libro cimentó una fantasía en torno a los orígenes de este descarado magnate inmobiliario. Fue Schwartz quien acuñó la frase “hipérbole veraz”, que presagió perfectamente los intentos de Trump y de sus partidarios de justificar muchas de sus afirmaciones falsas y engañosas.

Desde hace mucho tiempo, el escritor de 68 años describe al presidente como un narcisista tóxico y no se cansa de repetir que lamenta haber contribuido a construir una imagen falsa. Así que la investigación publicada por el New York Times, que explica con detalle que a lo largo de los años Trump ha acumulado pérdidas económicas y debe una gran cantidad de dinero a las entidades bancarias, no ha hecho más que confirmar la percepción que tenía el escritor. A Trump siempre se le ha dado mejor pactar con la fantasía que con la realidad.

“Ya está desenmascarado: el emperador está desnudo”, señala Schwartz en una entrevista telefónica desde Riverdale, en el neoyorquino barrio del Bronx. “Para Trump no hay nada más importante que ser visto como alguien inmensamente rico, razón por la cual se ha esforzado tanto en aparentar un patrimonio mayor del que tiene en realidad”.

Miedo a la imagen de debilidad

“El hecho de que ahora las pruebas demuestren que no es la persona que afirmó ser significa que se han desmoronado los cimientos sobre los que construyó su autoestima, ya que Trump confunde su valía personal con el valor de su fortuna. No hay nada que Trump odie más que sentirse débil, vulnerable y como un fracasado, así que no se permitirá reconocer esos sentimientos, pero estarán ahí y le afectarán”. “Lamentablemente, si es reelegido, una de sus respuestas será vengarse de todos aquellos que según su opinión lo hayan menospreciado o ninguneado”, advierte el escritor.

Trump ha construido su identidad sobre la premisa de que es un empresario de éxito. Durante décadas, y con la ayuda de su padre, que a lo largo de los años le llegó a dar más de 400 millones de dólares, fue promotor inmobiliario y se convirtió en un personaje famoso que simbolizaba los excesos de la década de los 80. Aquí es donde entra Schwartz, un periodista progresista que entrevistó a Trump para la revista Playboy, y en el transcurso de la entrevista se enteró de que el empresario quería escribir una autobiografía con tan sólo 38 años. Schwartz le dijo que creía que sería mejor estrategia escribir un libro titulado 'The Art of the Deal'. Trump le pidió que fuera su negro literario, es decir el escritor que haría el trabajo en la sombra aunque no pusiera su nombre. El periodista, que tenía una familia cada vez más numerosa y una hipoteca muy alta, aceptó. Se vendieron más de un millón de copias.

Trump continuó puliendo su imagen con una implacable campaña de autopublicidad en los periódicos sensacionalistas de Nueva York. Luego fue elegido para el reality 'El Aprendiz', juzgando a los aspirantes a empresarios desde la sala de juntas de la ostentosa Torre Trump, cubierta de mármol y detalles dorados.

El falso mito

Trump contó a los espectadores que su negocio era más sólido y exitoso que nunca. El reportaje que el New York Times publicó la pasada semana confirma que se trataba de “una mentira”. “Meses después de ese primer programa en enero de 2004, Trump presentó su declaración de la renta y declaró que en el año anterior sus negocios habían tenido pérdidas por valor de 89,9 millones de dólares”. Ahora Schwartz cree que hubiera sido más apropiado el título de “El sociópata”.

Admite con pesar que “ayudó a crear el falso mito de Donald Trump y, lamentablemente esto desempeñó un papel importante. El reality tuvo un impacto mucho mayor porque se emitió durante años y fue visto por millones y millones de personas, y millones de personas no leen un libro. O esto ocurre en contadas ocasiones. ”Todo eso, además de una campaña de autopromoción constante durante 30 o 40 años, contribuyó a consolidar una imagen falsa. En los últimos años, los medios han cuestionado sistemáticamente este mito ya que se ha hecho evidente que, en realidad, todo lo que toca va mal. Los fracasos de Trump superan con creces a sus éxitos y esa no es la definición de un hombre de negocios exitoso, y mucho menos de uno superior“.

Algunos comentaristas han argumentado que Trump, casado con una exmodelo, que se atiborra de comida basura y pone sus nombres en grandes edificios, ofrece la versión de una persona pobre de lo que es ser rico. “Es una especie de visión amplificada y exagerada, pero ahora es como un globo que se ha agujereado. Su auténtico rostro ha quedado al descubierto porque hemos podido ver lo que se esconde detrás del decorado y sabemos que todo lo que cuenta son sandeces”, señala Schwartz.

El reportaje del New York Times también ha evidenciado la capacidad de Trump para evitar el pago de impuestos: sólo 750 dólares en 2016, 750 dólares en 2017 y cero en varios años anteriores. Sus partidarios de clase trabajadora pagan mucho más. Schwartz admite: “La magnitud de su descaro me dejó prácticamente sin aliento”.

“El hecho de que durante los dos primeros años de su mandato, continuara haciendo exactamente las mismas cosas alegales o ilegales que había hecho en los años anteriores es sorprendente. Significa que se siente intocable y que cree que tiene derecho a vivir con un conjunto de reglas diferentes a las de todo el mundo, incluyendo las de las personas que lo apoyan”.

Dr. Frankenstein

Schwartz asistió horrorizado al ascenso político de Trump. En julio de 2016, habló con la revista New Yorker en un artículo que señalaba que el escritor había sido apodado “Dr. Frankenstein” por haber desatado una criatura destructiva en el mundo. En una entrevista con el Observer en octubre de ese año, advirtió que una presidencia de Trump sería “extremadamente peligrosa”, ya que podría implicar la aplicación de la ley marcial, el fin de la libertad de prensa e incluso una guerra nuclear.

“En ese momento, me decían 'estás exagerando'”, recuerda. “Me sentí un poco como Paul Revere tratando de alertar de la llegada de los británicos. ¡Están viniendo! ¡Ya vienen!'. La mayoría de la gente no podía imaginar que un ser humano, y mucho menos un presidente, pudiera obrar sin conciencia y sin sentir la más mínima empatía por nadie”.

“La consecuencia de estas dos realidades, que se traducen en una personalidad sociópata o psicópata, es que no se siente obligado a querer a otras personas o avergonzarse de un tipo de comportamiento que sonrojaría al 99% o el 98% de la población. Y en un mundo que él quiere controlar, eso le da una enorme ventaja. Por eso, la posibilidad de que sea reelegido es tan aterradora, la democracia de Estados Unidos está en peligro”.

La “fiesta” de Hillary Clinton

Schwartz esperaba que Trump perdiera en las presidenciales de 2016 y llevó a su hija a la fiesta de la noche electoral de la candidata demócrata, Hillary Clinton, en el centro de convenciones Jacob Javits de Nueva York; una celebración que rápidamente se convirtió en un velatorio para un montón de simpatizantes llorosos. Regresó a su casa a las 9 de la mañana y se tomó una pastilla para dormir porque ya no podía soportar seguir las noticias.

“Ahora vuelvo a tener la misma sensación, lo cual es aterrador. Creo que va a perder y la posibilidad de que sea una derrota aplastante es alta. Sin embargo, me preocupa el hecho de que ya pensé esto hace cuatro años y me equivoqué. Trump ha sido capaz de sorprender a todos una y otra vez”, afirma.

Trump ha pasado meses tratando de socavar la legitimidad de estos comicios, haciendo afirmaciones infundadas de que los votos por correo son fraudulentos. La semana pasada se negó a comprometerse con un traspaso ordenado de poderes. Como les ocurre a los dictadores, tal vez tema que pueda ser procesado por su actividad financiera cuando ya no sea presidente, y esto refuerza sus ganas de aferrarse al cargo. 

“Con la presentación de sus declaraciones de impuestos y ante la posibilidad, cada vez menos remota, de ser procesado, solo el cargo de presidente le proporciona una cierta seguridad”, señala Schwartz.

Schwartz se alejó del periodismo para fundar una consultora, The Energy Project, que tiene como objetivo ayudar a que las personas puedan gestionar mejor sus vidas y su bienestar dentro de las organizaciones. También ha reconocido el papel que desempeñó en el ascenso de Trump en un audiolibro, 'Dealing with the Devil, My Mother, Trump and Me' [Negociando con el diablo, mi madre, Trump y yo].

“'The Art of the Deal' ayudó a Trump a fabricar una imagen ficticia de fantasía que ha cultivado desde entonces. Como escritor fantasma de ese libro me he sentido vacío y avergonzado y me he preguntado por qué tomé la decisión de escribirlo y quién es el monstruo que he creado”.

Schwartz señala que, como Trump, se vio obligado a buscar en el exterior la atención y el amor que le faltaba en casa. Pero los hombres han aprendido lecciones opuestas de esa experiencia. Schwartz cree que su experiencia como escritor fantasma de un libro que contribuyó a encumbrar a Trump le hizo reflexionar y mejorar, por ejemplo, para reaccionar mejor ante las críticas.

¿Todavía le llaman “Dr. Frankenstein” y le señalan con el dedo acusador? “Más bien todo lo contrario”, afirma. “Algunas personas intentan convencerme de que no fue culpa mía. Creo que se debe al hecho de que he hablado abiertamente sobre mi sentido de la responsabilidad y la mayoría de la gente lo piensa y dice: ”Vamos, no podrías haberlo sabido“. Tomaste la decisión de escribir un libro sobre un empresario del sector inmobiliario, eso es todo.

“No, eso no es cierto. Uno de los objetivos de mi audiolibro es ayudar a reflexionar a la gente sobre cómo las decisiones, incluso las que se podría pensar que no van a tener consecuencias, pueden ser críticas. ¿Esa elección que estás haciendo es coherente con la persona que quieres ser? Si hubiera tenido la madurez o la valentía necesarias, no habría escrito ese libro”.

Traducido por Emma Reverter

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