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El asesinato de un político defensor de la acogida de refugiados a manos de un neonazi enciende las alarmas en Alemania

El ministro alemán del Interior, el presidente de la Policía Federal de lo Criminal (BKA) y el jefe de la Oficina Federal para la Protección de la Constitución (BfV), en una rueda de prensa en Berlín.

EFE

El ministro de Interior alemán, Horst Seehofer, ha defendido este martes que el Estado de derecho debe luchar “con todos los medios” contra la violencia de la extrema derecha, un “peligro creciente” en Alemania, tras el asesinato de un político alemán del partido de Merkel el pasado 2 de junio.

Seehofer ha realizado estas declaraciones en una rueda de prensa en relación con el asesinato del político Walter Lübcke, miembro de la CDU y firme defensor de la acogida de refugiados al que presuntamente mató de un disparo en la cabeza un neonazi de 45 años motivado por sus convicciones políticas.

“La ultraderecha es un creciente peligro para nuestra sociedad”, ha afirmado Seehofer. Asimismo, ha calificado de “señal de alarma” lo sucedido, porque un ataque a un “representante político” es un ataque “contra todos”, contra “nuestro Estado, nuestro sistema democrático y de libertades”.

El jefe de la cartera de Interior alemana se ha mostrado “profundamente conmocionado” y ha reiterado que la lucha contra el terrorismo y el extremismo son “tareas nucleares” del Gobierno alemán y de su departamento.

En esta misma línea, el encargado de la cartera de Interior alemana, ha recalcado que ahora es “la hora de los investigadores”, que según ha declarado, por el momento, no está claro si el presunto autor del crimen actuó en solitario o si es parte de un grupo o de una “red” de extrema derecha.

El presunto autor atentó contra un albergue en los 90

El asesinato tuvo lugar el pasado 2 de junio, y aunque al sospechoso no se le detuvo hasta este pasado fin de semana tras una prueba de ADN, aún no ha sido totalmente aclarado. Pero según ha afirmado Seehofer, hay indicios “suficientes” contra el sospechoso.

El presunto asesino agregó que había sido muy activo en la escena de extrema derecha en las décadas de los años 80 y 90 —en 1993 lanzó un explosivo contra un albergue de asilados, sin causar víctimas— pero llevaba años pasando desapercibido para las fuerzas de seguridad.

En este sentido, el presidente de la Oficina Federal para la Protección de la Constitución alemana (BfV), Thomas Haldenwang, ha asegurado que el detenido tenía toda una “carrera ultraderechista”, pero ha reconocido que el último registro que se poseía del sospechoso en las actas de la inteligencia del interior eran de 2009.

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