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Hollande coloca a un exbanquero de negocios al frente de la economía francesa

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El presidente francés, François Hollande, nombró hoy el cuarto Gobierno de su mandato, purgado de las figuras críticas procedentes del ala más izquierdista de su partido y en línea con la orientación liberal de su mandato, que prevé bajar los impuestos a las empresas para mejorar su competitividad.

Bajo la batuta del mismo primer ministro, Manuel Valls, el cambio más significativo del nuevo Ejecutivo es la llegada a la cartera de Economía de Emmanuel Macron, un joven representante del ala más derechista del partido que sustituye a Arnaud Montebourg, cuyas críticas a la austeridad provocaron la crisis de Gobierno.

Frente a las unánimes críticas procedentes de la izquierda a este nombramiento por su pasado de banquero de negocios en la Banca Rothschild, Valls defendió su compromiso con la izquierda y pidió que se vaya “más allá de las etiquetas”.

El primer ministro justificó así el nombramiento al frente de Economía del hombre que, como consejero económico de Hollande, diseñó la política de reducción de impuestos patronales financiados con recortes en los servicios públicos, en sustitución de un Montebourg que, por contra, pedía frenar la austeridad.

“No hacemos una política de austeridad” pese al programa de recortes de 50.000 millones, aseguró el primer ministro en la televisión pública “France 2”, donde recordó que se mantienen las contrataciones de funcionarios en la educación, la policía y que se ha incrementado la inversión en investigación.

El jefe del Gobierno, que reiteró que “Francia vivió por encima de sus posibilidades”, consideró “inevitable” la salida de Montebourg por sus críticas en la prensa a la línea económica del país, “decidida por todo el Ejecutivo y votada por la mayoría de los diputados”.

“Sabía cual era la línea del Gobierno”, reprochó Valls a su exrival en las primarias socialistas, al que hace menos de cinco meses encargó la cartera de Economía.

El primer ministro justificó mantener la línea de su Gobierno “para que la economía francesa recobre la competitividad”, recordó las reformas emprendidas en la década pasada en Alemania por el socialdemócrata Gerard Schroeder y culpó a la derecha francesa del retraso en competitividad con respecto a sus vecinos germanos. Y se quejó de que en Francia las principales críticas al Gobierno “no vengan de la oposición, sino de la izquierda”.

El debate sobre la desaceleración de la austeridad, dijo Valls, “se hace en Europa”, donde detectó “un cambio en las orientaciones” ante el estancamiento de la economía, la inflación y el retorno de las inversiones públicas.

“Muchos de esos cambios han sido impulsados por el presidente francés”, dijo el jefe del Gobierno, quien, sin embargo, apostó por reducir el déficit “que lastra la economía”.

El primer ministro se mostró convencido de que su nuevo Ejecutivo recibirá el respaldo parlamentario, pese a que muchos diputados socialistas ya le han dado la espalda. “De lo contrario, sería el final”, afirmó en una clara amenaza con la disolución de la cámara que daría lugar a nuevas elecciones legislativas.

Además de Macron al frente de la Economía, Hollande sustituyó al responsable de Educación, Benoit Hamon, también miembro del ala más progresista del partido y que había criticado la orientación del Ejecutivo.

Su lugar será ocupado por Najat Vallaud-Belkacem, de 36 años, fiel hollandista, nacida en Marruecos, que ha formado parte de todos los Gobiernos de Hollande, donde dirigía hasta ahora la política de igualdad entre sexos y que se convierte en la primera mujer que accede a ese puesto en un Ejecutivo paritario.

De origen surcoreano, también fija en los Ejecutivos del actual presidente, Fleur Pellerin, de 41 años, se hará cargo de Cultura en sustitución de Aurélie Filippetti, otro de los miembros díscolos del Gobierno.

El presidente fue clemente con la ministra de Justicia, Christiane Taubira, que había apoyado a los críticos y que muchos consideran como el último resquicio de la sensibilidad más izquierdista del Gobierno.

También repite el titular de Exteriores, el experimentado exprimer ministro Laurent Fabius, la de Ecología, la anterior candidata presidencial socialista Ségolène Royal, y el de Finanzas, Michel Sapin, amigo personal de Hollande.

Valls no logró convencer a los ecologistas de entrar en el Gobierno, aunque mantiene a tres miembros del Partido Radical de Izquierdas, una pequeña formación que tiene 17 diputados, claves para sacar adelante las reformas del Ejecutivo.

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