Sancionan al diputado ultraderechista que hizo un comentario racista en el Parlamento francés
La Asamblea Nacional francesa ha aprobado este viernes sancionar al diputado ultraderechista Grégoire de Fournas por un comentario racista hecho la víspera en plena sesión parlamentaria —supuestamente contra un diputado de la izquierda—, suspendiendo su asistencia a la Cámara baja durante 15 jornadas.
“El libre debate democrático no puede permitirlo todo. Ciertamente no los insultos, ciertamente no el racismo, cualquiera que sea el objetivo. Es la negación de los valores republicanos que nos reúnen en este hemiciclo”, ha manifestado Yaël Braun-Pivet, la presidenta de la Asamblea Nacional, después de que los diputados aprobaran el castigo, el máximo previsto en el reglamento de la Cámara.
La sanción se aprobó en una votación en la que De Fournas, que niega el insulto racista, ha recibido el apoyo de sus compañeros de Agrupación Nacional (RN), el partido liderado por Marine Le Pen, que considera las acusaciones una manipulación del resto de grupos.
“Soy totalmente inocente de los hechos que se me reprochan. Sufro esta sanción de dureza inaudita como una gran injusticia. Pero, respetuoso de la institución, me someto a ella”, ha señalado el diputado a través de Twitter tras la votación.
Tras la aprobación del castigo contra De Fournas, el diputado que hablaba cuando sonó su exclamación, Carlos Martens Bilongo, ha expresado su “alivio” porque se hubiera aprobado “la sanción máxima” sobre el diputado ultraderechista.
En cambio, Le Pen ha asegurado en unas declaraciones a la prensa fuera del hemiciclo que se trata de una “condena” a una “idea política” —la de que los barcos de las ONGs deben devolver a los migrantes a sus puertos de origen— y que, por tanto, es un proceso contrario a la “libertad de expresión”.
El incidente ocurrió el jueves durante un debate sobre la inmigración, en una intervención de Martens Bilongo, diputado negro del partido izquierdista La Francia Insumisa (LFI), quien llamaba la atención sobre la situación de alrededor de un millar de inmigrantes rescatados por tres barcos de otras tantas ONGs, para los que se estaba buscando puertos de desembarco.
Entonces sonó el grito “¡Que se vuelvan a África!” o “¡Que se vuelva a África!” (la pronunciación en francés es casi idéntica), y los diputados de LFI consideraron que se había usado el singular para ofender a su colega. Eso generó una violenta diatriba verbal que obligó a la presidenta de la Asamblea a suspender la sesión.
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