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La seguridad europea está “íntimamente” ligada al Sahel, dice el representante de la UE

Seguridad europea está "íntimamente" ligada al Sahel, dice representante UE
Bruselas —

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Bruselas, 28 jun - La seguridad del Sahel y la de Europa están “íntimamente ligadas”, mantiene en una entrevista con Efe Ángel Losada, con motivo del fin de su mandato como representante de la Unión Europea (UE) en esa región de 5.400 kilómetros de longitud que enlaza once países africanos, muchos de ellos azotados por hambruna, terrorismo e inestabilidad política.

“No habrá paz en el Sahel si no hay paz en Mali”, acota aún más el embajador Losada, con un bagaje de más de cinco años en un cargo que el 1 de julio pasa a manos de la italiana Claudia Del Re, exviceministra de Exteriores y Cooperación de su país, que lo ejercerá hasta agosto de 2022.

Aunque fue la guerra en Libia el detonante desestabilizador en el Sahel, ahora es el golpe militar en Mali el que ha tenido un efecto “casi devastador” en el país y “muy, muy, muy negativo en la región”, lamentó el diplomático español, para quien “no hay plan B” al proceso de paz en ese país que integra el llamado G5 Sahel.

El Sahel es una franja de 5.400 kilómetros de largo que va desde el Océano Atlántico hasta el Mar Rojo y que enlaza once países: el norte de Senegal, el sur de Mauritania, Mali, el norte de Burkina Faso, el extremo sur de Argelia, Níger, norte de Nigeria, franja central de Chad y de Sudán, Eritrea y parte norte de Etiopía.

De esos once, los países del G5 del Sahel (Chad, Mali, Níger, Burkina Faso y Mauritania) abarcan una zona más amplia que la Unión Europea, con una población de 84 millones de habitantes, cinco veces menor que la de la UE.

PREOCUPACIÓN POR LOS PAÍSES DEL G5 SAHEL

Esos cinco países, cuyo marco de cooperación se creó en 2014, son “los que más nos preocupan por la falta de confianza de las poblaciones en sus dirigentes”, ya que tienen “un problema grave de gobernanza”.

Chad está dirigido por una junta militar tras el fallecimiento en mayo del presidente Idriss Déby en una ofensiva de un grupo rebelde, mientras que Níger, que ha sufrido un golpe de Estado “más profundo de lo que se creía”, “nunca ha tenido una transición, vamos a decir democrática y ejemplar”, según Losada.

La crisis de los países del G5 está “estrechamente” ligada a las crisis en Mali y Libia, y “afecta tanto hacia el norte como hacia el sur, porque la inseguridad se desplaza de norte a sur, hacia el Golfo de Guinea.

Resolver esas crisis es clave para que la inestabilidad del Sahel no se extienda también hacia el norte, algo en lo que Argelia y Marruecos están actuando como “contención”: Argel con su papel “esencial” en el proceso de paz de Mali y Marruecos pilotando la introducción del sistema bancario y en la formación de imanes.

“EL VACÍO DEL ESTADO ES EL OXÍGENO DEL TERRORISMO”

“La ausencia o el vacío del Estado es el oxígeno del terrorismo”, subraya Losada, quien insiste en que “si el Estado no está presente, ese terreno lo pierde, lo pierde poco a poco y es lo que está pasando, desgraciadamente”, lamenta.

La crisis en Libia y Mali, el terrorismo, sin olvidar los conflictos ancestrales por el uso de la tierra entre agricultores y ganaderos, aumentados por el cambio climático, la pobreza y las desigualdades provocadas por el crecimiento de la población (se ha duplicado en los últimos 20 años), conforman el “preocupante” panorama del Sahel, que con la COVID-19 añade un desafío adicional para una población que se encuentra entre las mas necesitadas del planeta, resume.

Según datos de la UE, unos 32,4 millones de personas en Burkina Faso, Camerún, Chad, Mali, Mauritania, Níger y Nigeria -los países a los que actualmente la UE proporciona ayuda humanitaria- necesitarán asistencia y protección en 2021, casi 6 millones más que en 2020.

Para hacer frente a esta delicada situación se ha construido una “arquitectura muy, muy compleja” en busca de estabilizar la región, y en la que destacan la Alianza por el Sahel, puesta en marcha en julio de 2017 por Francia, Alemania y la UE, y la Coalición por el Sahel, anunciada en enero de 2020, con el apoyo del G5 Sahel, la UE, la ONU, la Unión Africana y la Francofonía.

El objetivo de esta última, cuya secretaría se abrirá próximamente en Bruselas, es facilitar la coordinación de la acción internacional en apoyo del G5 Sahel, y se sustenta en cuatro pilares: lucha contra el terrorismo, refuerzo de las capacidades de defensa de los cinco países, reinstauración del Estado y ayuda al desarrollo de empleo, salud y educación, concluye Losada.

Catalina Guerrero

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