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The Guardian en español

Los científicos exigen a Facebook que frene el peligroso auge de los grupos antivacunas en la red social

Piden cambiar el calendario para vacunas como la varicela, el sarampión o la tosferina

Ed Pilkington / Jessica Glenza

Algunos expertos están presionando a Facebook para que ponga fin al auge de grupos antivacunas que difunden información falsa en la red social sobre los supuestos peligros de vacunas que en realidad salvan vidas. Estos grupos también recomiendan tratamientos alternativos sin base científica como el consumo de elevadas dosis de vitamina C. Los movimientos antivacunas difunden información a través de grupos cerrados en Facebook que requieren la aprobación previa para poder ser miembro. De este modo pueden controlar quien accede al contenido y difundir información falsa sin que nadie los cuestione.

Se trata de grupos con muchos miembros y con un funcionamiento muy sofisticado. El grupo Stop Mandatory Vaccination (Paremos la vacunación obligatoria) tiene más de 150.000 miembros. Por su parte, el grupo Vitamin C Against Vaccine Damage (Vitamina C contra el daño causado por las vacunas) afirma que las dosis elevadas de esta vitamina contrarrestan el daño causado por las vacunas cuando, en realidad, está demostrado que estas últimas son eficaces y seguras. Los expertos en salud han decidido instar a Facebook a que actúe para poner fin a estos grupos.

En este sentido, la doctora Wendy Sue Swanson, portavoz de la Academia Americana de Pediatría, ha indicado que para Facebook debería ser una prioridad abordar esta amenaza para la salud de la población ya que estos grupos sirven para difundir mentiras y confundir a los usuarios: “No es un caso de autodestrucción sino de daño a toda la comunidad”.

Recientemente Swanson se reunió con un grupo de estrategas de Facebook y les expuso sus inquietudes. “Los padres se merecen saber la verdad. Si reciben información falsa lo más probable es que esto les cause miedo y ansiedad y podrían llegar a cambiar de opinión sobre la necesidad de vacunar a sus hijos, lo cual es peligroso”, ha indicado

Fiona O’Leary, activista en cuestiones relativas al autismo y contra la pseudociencia, ha instado a Facebook a bloquear a estos grupos antivacunas. “Si no optan por cerrar estos grupos, me gustaría que, al menos, un experto de Facebook elimine la información errónea y nociva para la salud de los niños”, ha explicado.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha denunciado la amenaza que suponen estos grupos de Facebook para la salud pública y ha indicado que la “renuencia a vacunar” constituirá en 2019 uno de los diez peligros más graves para la salud de la población mundial.

De hecho, la OMS señala que los casos de sarampión han aumentado un 30% a nivel mundial. Se trata de una enfermedad altamente contagiosa que puede causar sordera, inflamación cerebral, neumonía y muerte, especialmente en los niños. El estado de Washington decretó el estado de emergencia el mes pasado después de que 48 personas contrajeran el sarampión. La mayoría de los enfermos no estaban vacunados y tenían menos de 10 años.

La doctora Noni MacDonald, profesora de pediatría de la Universidad Dalhousie de Halifax, Nueva Escocia (Canadá) que ha trabajado como asesora experta de la OMS en cuestiones relativas a campañas de inmunización, se pregunta por qué Facebook no impone a estos grupos los mismos controles estrictos que utiliza para las compañías farmacéuticas. “Si no permiten que las grandes compañías farmacéuticas, o de alimentación hagan esto [difundir información no contrastada], ¿por qué lo permiten en este caso?”, cuestiona.

También señala que cuando una compañía farmacéutica anuncia un medicamento en un medio de comunicación convencional no puede difundir información falsa porque se le puede demandar. ¿Por qué es diferente en este caso?, ¿por qué lo permiten?, se pregunta.

Un grupo antivacunas convertido en negocio

En un contexto de preocupación por los casos de sarampión en Estados Unidos, los expertos están centrando su atención en estos grupos antivacunas que operan en Facebook. The Guardian ha conseguido entrar en algunos de estos grupos y ha podido confirmar que difunden falsedades e información pseudocientífica.

Uno de estos grupos, 'Vitamina C y Medicina Ortomolecular para una Salud Óptima', señala a los usuarios que no es “un grupo antivacunación”. La responsable del grupo, Katie Gironda, afirma que, en lo relativo a las cuestiones en torno a la vacunación, “este grupo debe ser neutral”. Sin embargo, lo cierto es que todo aquel que tenga acceso a este grupo, que tiene 49.000 miembros, tendrá a su disposición una gran cantidad de contenido en la red que cuestiona la inocuidad de las vacunas. También se les recomienda tratamientos alternativos que aseguran que son eficaces contra determinadas enfermedades, lo cual es falso.

Gironda aparece en LinkedIn como la responsable de una empresa en Colorado que vende elevadas dosis de vitamina C por Internet. El grupo cerrado de Facebook insta a sus miembros a “comprar ahora” y a acceder directamente a su negocio, Revitalize Wellness.

El sitio vende vitamina C en polvo a granel y recomienda a los clientes suministrar a los niños de dos a tres gramos al día, cuando en realidad el consumo diario recomendado por los médicos es de 15 miligramos. Las bolsas de 11 kilos cuestan 432 dólares.

Revitalize Wellness tiene una cláusula de exención de responsabilidad que señala que sus productos “no están destinados a tratar, diagnosticar, curar o prevenir enfermedades”. Sin embargo, en una conversación con miembros de su grupo cerrado de Facebook, Gironda dice exactamente lo contrario: “Está documentado que la vitamina C consigue luchar de forma increíble contra las mismas enfermedades para las que se fabricaron las vacunas”.

En otro comentario en la red social, la administradora del grupo afirma: “Creo que las vacunas causan más perjuicios que beneficios. La avaricia las convirtió en un arma. Soy partidaria de evitarlas hasta que no vuelvan a ser seguras y la industria no deje de moverse por dinero”.

Gironda también es la administradora de otro grupo de Facebook llamado Vitamin C Against Vaccine Damage (Vitamina C contra el daño causado por las vacunas). A aquellos que les permite entrar en el grupo les da la bienvenida con la siguiente afirmación: “La ciencia y la experiencia de un gran número de personas han demostrado que las vacunas pueden causar mucho daño... La vitamina C es la forma más segura y efectiva de curar este daño a aquellos que están obligados a ser vacunados”.

Después de que The Guardian contactara con Gironda, el estatus del grupo 'Vitamina C contra el daño causado por las vacunas' cambió de “cerrado” a “secreto”. Eso sitúa al grupo en una categoría todavía más opaca. El grupo queda completamente fuera del alcance de todos aquellos que no sean miembros y hagan una búsqueda en Facebook.

Cuando los miembros de los grupos cerrados comparten información, suelen difundir creencias erróneas, que son confirmadas por otros usuarios. En enero, una mujer indicó que “vivía cerca del gran brote de sarampión”. Preguntó a otros miembros del grupo qué debía hacer para proteger a sus hijos. Otro miembro del grupo le aconsejó lo siguiente: “Dales vitamina A. Los que tienen poca vitamina A son más propensos a contraer esta enfermedad”.

Un mes antes, una madre de Canadá también escribió un mensaje en uno de los grupos, en los que se describía como “una madre primeriza de una bebé de seis meses que nunca ha sido vacunada. Mi hija está enferma y estoy muy disgustada y preocupada. Siempre pensé que estaba haciendo lo correcto pero ahora me preocupa que haya contactado [sic] algo”. Un miembro del grupo respondió: “El bebé necesita Vitamina C intravenosa”.

“Los pioneros de la vitamina C”

David Grimes, un médico que se ha especializado en luchar contra información falsa en torno a cuestiones científicas puntualiza que la vitamina C “no protege lo más mínimo contra el sarampión. Grimes señala que ha contactado con Facebook en numerosas ocasiones, sin éxito, para denunciar ese tipo de grupos antivacunación: ”Facebook tiene la responsabilidad moral de tomar medidas ya que esta información falsa puede matar niños“.

The Guardian ha indicado a Gironda que la información errónea sobre las vacunas puede poner en riesgo la vida de los niños y que la vitamina C no es una alternativa eficaz. Contestó por correo electrónico: “En relación a las vacunas, Revitalize Wellness se mantiene neutral. En nuestro grupo de Facebook hacemos todo lo que está en nuestras manos para mantenernos neutrales”.

Gironda añadió que es una seguidora de los “pioneros de la vitamina C”, citando al Dr. Linus Pauling, al Dr. Frederick Klenner, al Dr. Robert F. Cathcart, al Dr. Irwin Stone y al Dr. Thomas Levy. Añadió: “La vitamina C siempre será una cuestión polémica”, concluyó.

En el año 2000, las autoridades sanitarias de Estados Unidos declararon que se había conseguido eliminar el sarampión gracias a una vacuna contra el sarampión, las paperas y la rubéola (MMR). Sin embargo, desde entonces las prácticas fraudulentas del desprestigiado doctor británico Andrew Wakefield han conseguido sembrar la duda en las mentes de muchos padres, que se cuestionan si hay un vínculo entre esta vacuna y el autismo, a pesar de que son muchos los estudios que han descartado esta posibilidad.

Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés) han advertido que cerca de 100.000 niños estadounidenses menores de dos años no han sido vacunados por completo, lo que cuadruplica las cifras de 2001.

Irónicamente, las presiones sobre Facebook para que impulse medidas para terminar con estos grupos antivacunas coincide con los esfuerzos del fundador de la red social, Mark Zuckerberg, y su esposa, Priscilla Chan, para impulsar una iniciativa valorada en 3.000 millones de dólares para “curar todas las enfermedades”. Una de sus prioridades es precisamente desarrollar nuevas vacunas.

Facebook está cada vez más comprometido con la lucha contra la información falsa que puede causar graves perjuicios en el mundo real. Pese a ello y pese al riesgo que las campañas antivacunación suponen para la salud pública, la propaganda de estos grupos no se considera en la actualidad una vulneración de las normas de contenido de la red social.

The Guardian ha contactado con Facebook para que diera una explicación sobre la proliferación de información falsa sobre las vacunas en esta red social, pero la compañía no ha dado ninguna respuesta.

Además de alojar en la red social a muchos grupos cerrados antivacunas, Facebook ha permitido que las campañas antivacunas contraten publicidad en la red social dirigida a padres y a menudo con mensajes aterradores para socavar la confianza en las vacunas. Stop Mandatory Vaccination promovió un anuncio tan extremo que fue censurado por la Advertising Standards Association (ASA) de Reino Unido.

Según el informe sobre el procedimiento iniciado por ASA, el grupo alegó que se dirigía “a usuarios interesados en métodos de crianza, con el objetivo de que sopesaran todas las opciones antes de tomar la decisión de vacunar a sus hijos”.

Facebook también ha obtenido ingresos publicitarios de otros grupos antivacunación como Vax Truther, Anti-Vaxxer, Vaccines Revealed y Michigan for Vaccine Choice, entre otros.

Traducido por Emma Reverter

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