Temen por las personas que escondieron a Edward Snowden en Hong Kong tras su filtración
Varios seguidores de Edward Snowden están recaudando fondos para intentar ayudar a refugiados que contribuyeron a esconderlo cuando se dio a la fuga en Hong Kong en 2013.
Hasta ahora, la localización de Snowden durante las semanas posteriores a cuando filtró documentos secretos de inteligencia era un misterio. Pero ahora se ha conocido que se quedó con refugiados en pisos pequeños y humildes de algunas de las zonas más pobres de la ciudad.
Uno de los abogados del filtrador en Hong Kong, Robert Tibbo, ha desvelado estos detalles en una entrevista con el periódico canadiense National Post. Tibbo informa de que Snowden envió 1.000 dólares a cada una de las personas que le ayudaron. Otros seguidores de Snowden también están enviando donaciones.
El miedo es que ahora los que le ayudaron hayan sido identificados y puedan sufrir represalias. El dinero es para intentar ayudarles.
Después de que Snowden filtrase decenas de miles de documentos secretos de la Agencia de Seguridad Nacional estadounidense y del Cuartel General de Comunicaciones del Gobierno británico a periodistas en el hotel Mira de Hong Kong, huyó bajo la protección de dos abogados: Tibbo y Jonathan Man.
Snowden fue a una oficina de Naciones Unidas para solicitar el estatus de refugiado en un intento de evitar la extradición, y luego se quedó en casas de varias familias de refugiados. Tanto Tibbo como Man habían ayudado a esos solicitantes de asilo en el pasado y pensaban que no traicionarían a Snowden. En una entrevista con el National Post, Tibbo explica: “Nadie pensaría que un hombre de tan alto perfil estaría entre las personas más denigradas de Hong Kong”.
La revelación la ha provocado la película Snowden, de Oliver Stone. El director investigó a fondo para la película, y estuvo presionando en busca de detalles de lo que ocurrió al filtrador después de que saliera del hotel Mira.
En un mensaje enviado al periódico canadiense, Snowden expresa su agradecimiento a los refugiados. “Imagina que aparece en tu puerta el disidente más buscado del mundo. ¿La abrirías? Ellos no lo dudaron ni un segundo y yo siempre les estaré agradecido por eso”, expresa.
Un refugiado de Sri Lanka llamado Supun Thilina Kellapatha y su pareja, Nadeeka, le hicieron hueco en su pequeña casa. Después se trasladó a otro piso, donde vivía Vanessa Mae Bondalian Rodel, solicitante de asilo filipina, con su madre y su hija. Luego se quedó en casa de Ajith Pushpakumara, otro ciudadano de Sri Lanka que le ayudó a moverse por la ciudad.
El National Post omitió sus apellidos para intentar proteger sus identidades, pero pronto han sido identificados.
Traducción de Jaime Sevilla Lorenzo
