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The Guardian en español

Francia crea centros para 'rehabilitar' a jóvenes radicales

Manuel Valls en una imagen de archivo

Kim Willsher

Francia instala una docena de centros desradicalizadores en todo el país para identificar a posibles extremistas y evitar que se unan a grupos yihadistas. La introducción de “centros de reinserción y ciudadanía” en cada región es parte de un plan de 80 puntos para combatir el terrorismo que florece dentro del país. El proyecto ha sido presentado esta semana por el gobierno socialista.

Este plan de dos años incluye un conjunto de medidas anti terroristas encaminadas a combatir el incremento de gente joven en Francia atraído por los grupos terroristas. También establece un sistema de alerta previo para intentar recuperar a aquellos que tienen tentación de unirse.

El primer ministro de Francia, Manuel Valls, ha asegurado que la lucha contra el atractivo de las doctrinas “mortales” es el mayor reto al que se enfrenta Francia desde hace más de 70 años. Ha dicho también que ha habido una “movilización general” por parte de todos los sectores de la sociedad para luchar contra el problema después de los ataques de París del año pasado.

“La radicalización y el terrorismo están unidos. Nos enfrentamos a un fenómeno complicado que se ha propagado extensamente en nuestra sociedad y la amenaza porque podría expandirse masivamente”, advirtió Valls. “La radicalización de parte de nuestros jóvenes, seducidos por un modelo mortal antisocial, es en mi opinión el reto más serio al que le hemos plantado cara desde la Segunda Guerra Mundial porque daña profundamente el Pacto Republicano”.

El documento estratégico que se centra en la detección y prevención de la radicalización fue presentado por Valls en presencia de varios ministros socialistas franceses incluidos el de Justicia, Defensa, Educación, Salud, Cultura, Juventud y Deporte.

El Comité Interministerial para la Prevención de la Delincuencia y la Radicalización (CIPDR) supervisará el programa, que pide a los colectivos públicos, privados, religiosos y seculares que unan sus fuerzas para coordinar una acción nacional común.

El plan de desradicalización implantado en 2014 se va a ampliar. En aquel momento se puso en marcha un teléfono gratuito para denunciar ante la policía de manera anónima a posibles extremistas y para ayudar a las familias de quienes se podían haber radicalizado. Las medidas destinadas a proteger lugares o instalaciones sensibles y vulnerables como centrales nucleares o transportes públicos de los ataques terroristas serán más rigurosas.

También se va a crear un comité científico para investigar las causas de la radicalización y el terrorismo, con becas universitarias para estudios relacionados. Los servicios de inteligencia y seguridad franceses contarán con más personal y financiación.

Los centros de desradicalización acogerán a gente joven que “puede haberse arrepentido y analizaremos su sinceridad y su voluntad de ser reintegrados en la sociedad a largo plazo”, explicó Valls. También dijo que el objetivo de los centros será la contención del flujo de jóvenes hacia Siria e Irak y el comienzo del proceso de su desradicalización.

Al menos la mitad de los nuevos centros retendrá a aquellos que, según un juez, estén en riesgo de radicalización pero no puedan ser detenidos, apuntó Valls.

Francia estima que hay más de 9.000 personas radicalizadas o que podrían ser yihadistas en su territorio. Se cree que alrededor de 2.000 franceses o residentes del país han viajado a Siria o a Irak para luchar con el Estado Islámico.

Traducción de Cristina Armunia Berges

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