Ana Griott y sus narraciones este domingo en “Bajo el cielo de Logroño”
‘Bajo el cielo de Logroño’ continúa añadiendo acciones originales en el panorama cultural de la capital riojana. Desde el pasado 30 de julio y hasta el 6 de septiembre, las calles y plazas de Logroño están repletas de actividades teatrales, musicales, arte y literatura para todos los públicos y gustos.
Este programa agrupa una amplia oferta de actividades y actuaciones organizadas por la Biblioteca Rafael Azcona, la Casa de las Ciencias, Cultural Rioja, el Teatro Bretón y otras de la Unidad de Cultura del Ayuntamiento con el objetivo común de sacar la cultura a la calle compartiendo el espacio público y hacerla accesible a toda la ciudadanía con las medidas de seguridad que los protocolos sanitarios exigen en este periodo de la pandemia.
Este fin de semana, la agenda está centrada en la actividad organizada por la Biblioteca Rafael Azcona para el domingo 9 de agosto, a las 12 horas, de la mano de la narradora Ana Griott, miembro fundadora de la Asociación de Profesionales de la Narración Oral en España (AEDA) y una de las más destacadas contadoras de cuentos y narraciones del país.
Ana Griott es el personaje, la voz de los sin voz, la rescatadora de las tradiciones orales de colectivos olvidados a 5.000 kilómetros en África, en el Báltico o en tierras gallegas. La tejedora del árbol genealógico de monstruos, meigas, moralejas y de personajes de cuentos populares de aquí y de allá.
Pero Ana Griott es también el alter ego de Ana Cristina Herreros (León, 1965), editora, emprendedora, filóloga, buscadora de oportunidades, de historias y creadora de los ‘Libros de las malas Compañías’, una pequeña editorial fundada en 2014 que publica “sin atender a mercados, sin imprimir en China”.
Griott no es solo el apellido de la cuentista, es el nombre –en plural- que tienen los narradores en el centro de África, los que recopilan historias silenciadas de su pueblo, los notarios orales que dan fe de fábulas y leyendas, los que sazonan la tradición con su labia y experiencia. Son los chamanes de las palabras. “Para ser ‘griot’ no vale cualquiera, tienes que dominar la voz y el verbo, tienes que haber identificado los silencios de tu comunidad, las voces de los hijos de nadie”, explica la narradora.
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