Análisis fútbol riojano: Doctor Jekill y Mister Hyde

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Algo extraño pero a la vez grato debió suceder en los vestuarios del Municipal de Las Gaunas para que la Unión Deportiva Logroñés realizara en la segunda mitad el que posiblemente ha sido el mejor juego de la temporada. No es que los muchachos de Visnijc hicieran alardes de juego de salón, la realidad es que cumplieron con su papel y supieron mantener tanto el balón como la intensidad. Y esta es la clave de la que esperamos hayan aprendido.

La primera mitad fue sencillamente infumable. El Valencia Mestalla vino a Logroño con la intención de salvar la categoría y de arriesgar a por los tres puntos. Durante el primer periodo movieron con facilidad el balón y hasta se plantaban con cierto descaro en el área de Rubio. Ahí se detenían los escarceos. El Mestalla, bisoño arriba y muy flojo atrás, desplegó sobre el Municipal más argumentos que la UDL con un Cases manejando el ritmo del partido a su antojo y unos Miñano y Michel haciendo daño en la línea de tres cuartos.

En el descanso la grada agradeció que no cayera el primero en contra. Veíamos una vez más un juego insulso y sin ideas por parte de los de Visnijc, veíamos que la historia se repetía nuevamente y que las causas del abandono social de la UDL se hacían palpables. Pero no fue así. La segunda parte trajo nuevos bríos y el equipo se puso a lo que todos llevamos tiempo esperando ya hasta la ansiedad: fútbol. El entrenador movió fichas, cambió de sitio a varios de sus hombres y dio con la tecla adecuada. La baja de Gibanel por paternidad (muchas felicidades) dio sin quererlo con una solución que salió bien. Milla, Molina y Salazar se pusieron el mono de trabajo, implantaron carácter al equipo y éste se puso a jugar. Condesso se vio libre del todo de correr inútilmente tras el balón y fue entonces cuando apareció la calidad, y en consecuencia, los goles.

Con el primero el equipo ya no se volvió apático y reservón sino que mostró su mejor cara. Aprendió a mantener la pelota y a conservar los nervios de la exigencia de los más de dos mil abonados, y así llegaron los otros dos goles en sendos chispazos. Por cierto, dos de los tres goles llevaron firma riojana, lo que denota que no todo se está haciendo mal por trabajar la cantera en nuestra región. Y creo que todos nos debemos felicitar cada vez que un riojano (incluso Llorente en el Athletic) perfora la portería de un rival. También hay que mencionar a Jose Izquierdo, que ayer cuajó un gran partido y pretende dejar atrás los sinsabores y las críticas al venir de una categoría más alta. Y por último quiero mencionar a Feliciano Condesso. Lo menciono porque el desmayo posterior (afortunadamente sin consecuencias peligrosas) demuestra el grado de implicación del chaval por querer hacer las cosas bien y ganarse las simpatías de la grada. Y ayer lo consiguió. Era extraño el caso de Condesso. Vino del Villarreal B después de dejarlo en Segunda A siendo él uno de los principales protagonistas de tan magna gesta, sin embargo lo que se esperaba de él quedó en agua de borrajas durante la primera vuelta siendo en este último encuentro cuando comenzara a mostrar su verdadero potencial.

Es de prever que si en otras ocasiones hemos criticado que la imagen en casa era peor que la que dejaba fuera, la UDL siga con la tónica de la segunda parte de este domingo también en Orihuela. No es concebible que de nuevo los jugadores bajen los brazos y se olviden de aquello que tanto añora Las Gaunas: garra e intensidad. Por eso no debemos quedarnos satisfechos con el resultado obtenido el domingo, porque el 3-0 es engañoso si contamos lo sucedido en la primera parte cuando el equipo no supo jugar ni qué hacer con el balón mientras el Valencia B nos pasaba por encima en la media creando alguna que otra ocasión de peligro.

La Tercera División cumplió con todas las expectativas creadas y todos los favoritos saldaron sus encuentros con relativa facilidad. Pero otra jornada más tuvimos partido en la cumbre en el derbi por excelencia de La Rioja Baja. Calahorra y Alfaro midieron sus desiguales fuerzas en busca de objetivos dispares. El Calahorra por colarse definitivamente en los puestos de play off y el Alfaro por consolidar su recién estrenado liderato. Vencieron los blanquillos con claridad. Quizá porque tienen mejor plantilla, quizá porque la motivación era ligeramente mayor que su contrincante, la realidad es que el líder supo leer muy bien el partido al principio y taponó las escasas vías de ataque de los rojillos, que sin ideas se convierte en un equipo ramplón. Por otra parte, al Calahorra le pudo la presión y se dejó avasallar por el Alfaro. Si tiene un problema el equipo blanquillo es la dejadez y desidia en las que cae cuando se ve por delante en el marcador. Este tipo de cosas no sirven ni para conseguir buenos resultados pues es sabido que se puede hasta perder, pero no le conviene acostumbrarse a los resultados ya que los partidos importantes de la temporada, los de play off, están a la vuelta de la esquina. Por otra parte, al Calahorra le pudo la presión y se dejó avasallar por el Alfaro en el primer cuarto de hora pagándolo en lo que quedaba de partido. Y es extraño lo que le sucede a este Calahorra, porque jugadores de calidad los tiene a raudales. Unas veces porque fallan las fuerzas, otras porque salen desmotivados y otras porque mantiene un sistema de juego previsible y dado a la poca imaginación. Parece que el Calahorra necesita de mucho más que sus cuatro precedentes para cuajar una buena temporada y colarse entre los primeros. No lo tiene fácil, no, y sin embargo ahí sigue al acecho a una línea del tan ansiado cuarto puesto.

Partido con más tensión en la grada que en el juego el que pudimos ver en la tarde del sábado en el Mundial 82. La Sociedad Deportiva Logroñés cedió sus primeros puntos en liga ante una una buena UD Logroñés B. Y buena porque se notó la mejoría que ha ido experimentando a lo largo de la primera vuelta. Por primera vez el líder sufrió lo que es no mandar en el juego y en el resultado. Se puso por delante a poco de terminar la primera mitad, pero ni supo aguantar la ventaja ni encontró la posibilidad de dominar para intentar siquiera acercarse al área del filial. Y no porque la calidad no apareciera, que no apareció, sino porque los de Alejandro Fernández no se adaptaron en ningún momento al pésimo estado del terreno de juego.

La SD Logroñés rasea con frecuencia el balón y hace jugar las bandas, y eso el equipo blanquirrojo no lo practicó. Seguramente no pierdan el primer puesto, pero tanto a este equipo como a los dos que le siguen se les exige valentía y capacidad de jugar sean cuales sean las circunstancias, y la SD Logroñés careció de ideas justo en el momento en que tenían que aparecer. Aun así, un empate en casa del equipo que ocupa el tercer lugar de la clasificación es un buen resultado. El Varea volvió a ganar otra vez por la mínima en Murillo en un partido que suena ya a repetitivo. El equipo de la barriada pudo golear en los primeros compases para sestear a continuación, y ya comentamos anteriormente y así ha sucedido que quien se arriesga a ganar por la mínima puede acabar perdiendo.

Otra vez de decepcionante podemos considerar la jornada liguera en División de Honor. Comillas y Balsamaiso volvieron a perder, incluso contra rivales de cierta facilidad, y ya se puede decir sin tapujos que ambos son equipos de Nacional. Ambos siguen con una racha nefasta de jornadas sin puntuar y eso ya les condena al descenso. La Unión Deportiva Logroñés, sin embargo, regresó a la senda de la victoria al vencer a todo un voluntarioso Barakaldo en un partido en el que el número de ocasiones fue tan escaso que cualquiera a nada que marcara podía ganar. Y ganó el que metió la suya, aunque también es cierto que la UDL hizo más méritos para llevarse la victoria pues mandó más y se tuvo más presencia entre las líneas de cal.

Un saludo a todos.

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