Cada español gasta 5 euros al año en plantas medicinales
Las plantas medicinales han multiplicado su consumo y aceptación en la sociedad española en los últimos años, según un informe de INFITO (Centro de Investigación sobre Fitoterapia) basado en datos de la consultora Nielsen y en encuestas a la población. En él se revela que cada español gasta una media de 5 euros al año en plantas medicinales de dispensación farmacéutica y que son los trastornos digestivos el motivo más frecuente para recurrir a la fitoterapia.
El pasado año se consumieron en España 27 millones de unidades (envases) de preparados de plantas medicinales por un valor de 217 millones de euros. En el año 2000 eran 24 millones de unidades por un valor de 115 millones de euros. Uno de cada tres españoles toma plantas medicinales para tratar o prevenir diversos trastornos de manera habitual y para los que más se recurre a ellas son los relacionados con la digestión y el tránsito intestinal, como la alcachofa y el plantago. Suponen 1 de cada 5 plantas que se dispensan en farmacia (22 %) y son utilizadas por 4 de cada 10 consumidores habituales, lo que representa cerca de 6 millones de españoles. Los mayores consumidores de estos preparados son los residentes en Galicia, los mayores de 51 años y las mujeres por encima de los hombres.
El insomnio y los trastornos nerviosos en general son el segundo motivo de uso de la fitoterapia. Así lo reconoce uno de cada tres consumidores de plantas. A este grupo pertenece la planta más conocida y utilizada por los españoles, la valeriana. Sin embargo, en ventas totales está por debajo de los productos para el sobrepeso y la menopausia, con un 13 % del total.
Las plantas para prevenir y tratar el sobrepeso, como el té verde, acaparan el 19 % de las ventas. Son más favorables a su uso los residentes en Cataluña, los habitantes de ciudades y quienes se encuentran entre 36 y 50 años. Sin embargo, su interés se ha estancado, tanto en ventas como en número de consumidores que reconocen utilizarlas con respecto al año anterior. “El sobrepeso todavía se sigue viendo en gran medida como un problema estético y no de salud y en épocas de crisis se reducen las medidas para tratarlo. También influyen las campañas contra la fitoterapia que se realizan desde intereses muy variados y que afectan al único canal con todas las garantías de eficacia y seguridad, que es la farmacia”, destaca Concha Navarro, catedrática de Farmacología de la Universidad de Granada y presidenta de INFITO.
A diferencia de lo que ocurre en los países de nuestro entorno, la farmacia aún dispensa menos plantas medicinales que el resto de canales de distribución, cuando es el único en el que los preparados de plantas cuentan con un registro sanitario. “Una planta dispensada en una farmacia con un registro sanitario ha tenido que demostrar su eficacia, qué principios contiene, qué controles ha superado, etc.”, explica la profesora Navarro, y el farmacéutico, añade, “es el único profesional de la salud que en su licenciatura tiene estudios de fitoterapia”.
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