Cambiar la vida en la ciudad por el pueblo: Lalo se muda para mantener abierto el albergue de Soto
El cierre de un negocio en el mundo rural conlleva siempre un riesgo y es que, si no se reabre, no sólo se pierden servicios en el mundo rural sino que se va parte de la vida y el color de los pueblos. Por eso, el mantenimiento del albergue de Soto en Cameros, con su bar y su restaurante, es una excelente noticia.
Tras el anuncio de sus gestores de dejar el albergue, el Ayuntamiento de Soto, propietario del establecimiento, se puso a buscar sucesor. Así es como Lalo descubrió el anuncio en Facebook y comenzó a pensar en darle un giro a su vida.
Vivía en Logroño pero este nuevo proyecto le ilusionaba. “Me apetecía mucho el cambio de la ciudad al mundo rural y también la posibilidad de ser mi propio jefe”, cuenta, “cuando me enteré de que se traspasaba, vine al pueblo y me gustó mucho lo que vi así que ahora empieza una nueva vida, viviré en el albergue, donde caben 50 caben 51, aquí tendré mi trabajo, mi espacio y mi vida”.
Las Huellas de Cameros reabre hoy con su nuevo gestor y lo hará con una fiesta en la que Lalo quiere abrir las puertas del local y darse así a conocer entre los habitantes de Soto. “El albergue da mucha vida al pueblo y a toda la zona, este es un paraje único, con un montón de rutas senderistas y, para un pueblo de cien habitantes, tener otras 30 personas cada fin de semana da mucha vida y mucho color”, reflexiona Lalo ilusionado con su nueva aventura.
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