Cambios frecuentes y temperaturas cálidas, las claves de este verano en La Rioja
El verano en La Rioja transcurrirá con cambios frecuentes y temperaturas cálidas que “podrían ser como el año pasado” en el que la comunidad “pasó desapercibida porque no sufrió grandes avisos”, tal y como ha explicado el delegado de la Agencia Estatal de Meteorología, Evelio Álvarez.
El valle del Ebro se encuentra, hoy, en alerta amarilla por calor; una situación que continuará mañana pero que “solo es un preaviso” sin riesgo extremado y causado por flujos del sur casi africanos. A partir de aquí, “nos espera una situación anticiclónica”.
Así, el viernes llegará un frente del oeste, caerán “cuatro gotas” y, después, se despejarán los cielos y volverán a subir las temperaturas. En realidad, será un aviso de lo que va a ocurrir a partir del miércoles por la tarde, “y sobre todo del jueves”.
De esta forma, llegará un frente “claramente del oeste” y, durante tres o cuatro días, traerá nubes bajas, lluvias y tormentas en la Sierra. “A corto plazo, en un mes, nos esperan cambios frecuentes por borrascas del oeste, vientos del norte con bajada de temperaturas y, dos o tres días después, vientos del sur y subida de temperaturas”.
Será, por tanto, un verano con “repeticiones de ciclo, alternando viento frío del norte con viento del sur”, ha explicado al tiempo que ha pedido tener cuidado con las tormentas.
“Podría ser como el año pasado, en el que La Rioja pasó desapercibida porque no tuvo grandes avisos”, ha dicho en definitiva. Las precipitaciones, en global, más bajo de lo normal.
A este respecto, ha avisado, aunque sin levantar la alerta: “Estamos viviendo de las rentas”. Se refería a que tenemos agua gracias a lo que llovió en marzo, un mes que fue “muy húmedo”.
En general, la primavera fue “curiosa” porque “los modelos no fueron capaces de prever el descenso de temperaturas”. Así, AEMET espera una primavera cálida, después de un invierno de temperaturas más altas de lo normal (con un noviembre extremadamente cálido), pero no fue así.
Para Álvarez lo que ha ocurrido se basa en un “mecanismo de compensación planetaria”. Así, tras un invierno cálido y seco llegó una primavera con lluvias por encima de lo normal y más frío, no solo del que preveían los modelos, sino de la media normal.
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