Cartas contra la soledad: la Zona Sur de Logroño se vuelca en un proyecto pionero

Un viernes cualquiera en el Centro de Participación Activa de la Zona Sur de Logroño, los mayores juegan a petanca, leen el periódico, participan en talleres o conversan unos con otros. Nada parece sospechar que haya alguien sintiéndose solo.

Sin embargo, ocurre. La soledad es uno de los problemas que ataca a las personas mayores. “Hemos comprobado que la soledad alargada en el tiempo, aparte de provocar enfermedades de distinta índole asociadas a la edad, puede generar enfermedades mucho peores”, explica Sheila García, una de las técnicos del programa 'Siempre acompañados'.

La soledad tiene, además, un problema más: es un tema tabú. “La soledad afecta a todas las edades, pero se acrecienta en las personas mayores y cuesta mucho hablar en toda la sociedad”, consideran.

En la Zona Sur han querido buscar una solución simple pero, esperan, muy eficaz. “Un buzón llamativo en este Centro de Participación Activa busca que cualquiera que se sienta solo o pueda tener este sentimiento de soledad no deseada pueda desahogarse a través de las cartas”, explica Raquel Albero, la trabajadora social del centro y una de las impulsoras de este proyecto.

Programa 'Siempre Acompañados'

El buzón es una de las patas del Programa 'Siempre Acompañados' de Obra Social La Caixa, en convenio con Ayuntamiento de Logroño y Gobierno de La Rioja, que funciona en varios barrios de Logroño desde 2017. “El objetivo del programa es paliar las causas y consecuencias de la soledad no deseada en las personas mayores y hacerlo de una manera comunitaria, o por lo menos tejiendo una red social entre los vecinos, voluntarios, entidades, asociaciones, sector privado… para que así las personas que padecen esta situación se sientan sostenidos por todos los demás”, explica la segunda técnico del programa, Iris Lete Fernández.

Y es que el buzón es una experiencia piloto que se acaba de implantar por primera vez en la Zona Sur como propuesta de los propios vecinos del barrio, en concreto, en el grupo de acción social en el que participan todos los colectivos y entidades. Después, se pondrá en marcha también en la zona de Madre de Dios y San José y en Manzanera.

“Se puede participar a través de cartas anónimas o bien dando sus datos, lo que cada uno esté preparado, para luego poder intervenir con ellos”, explica la trabajadora social. Con este sencillo gesto “se visibiliza el programa y se empieza a hablar de la soledad”, señala Raquel Albero.

Recogerán las cartas cada 15 días. Una vecina del barrio ya se ha ofrecido voluntaria para responder e iniciar una comunicación a través de cartas. En las que dejan el nombre y solicitan ayuda, será la trabajadora social la que se ocupará de llevar el caso y trabajarlo con el resto de profesionales. Hasta ahora, “la gente lo ve con cierto interés; llama la atención, ya hay un objetivo cumplido”, dice Raquel Albero satisfecha.

Todo el barrio contra la soledad

Este barrio de Logroño está volcado contra la soledad. Es un sistema muy comunitario, donde las farmacias se convierten en detectoras de barrio. “Parece una tontería pero tienen mucha relación con las personas mayores, es un contacto muy directo, detectan la soledad y les acompañan”, explican.

También hay voluntarias que actúaan como detectoras del barrio -“en femenino, porque la mayoría son mujeres”, apunta Iris Lete-, que se ocupan de ir por las calles, parques, plazas, de manera voluntaria y poner el ojo en las personas mayores que puedan estar sola. “A partir de ahí, con mucha sutileza, les dan conversación, les acompañan y luego les informan del recurso que es este programa”, explican.

Las responsables del programa lo tienen claro: “a la hora de dar una respuesta se utilizan los recursos personales y materiales de toda la comunidad, y eso es muy rico”.