Cuando el tiempo lo es todo
El Congreso de la Asociación Americana de Cardiología (AHA), que se celebra estos días en Nueva Orleans (Estados Unidos) ha sido el foro en el cual se ha dado a conocer uno de los últimos análisis sobre la importancia de los tiempos de atención sanitaria en personas con infarto agudo de miocardio (IAM) y síndrome coronario agudo, o SCA, un tipo de episodio similar pero con bloqueo parcial de la arteria coronaria.
De acuerdo con un nuevo estudio, una persona con SCA ha de acudir al hospital con la misma prisa, pero una vez allí, el tratamiento difiere del del infarto, y el factor tiempo también varía. Son las conclusiones del estudio TIMACS (Tiempos de Intervención en el Síndrome Coronario Agudo).
En el trabajo se analizan los casos de más de 3.000 pacientes tratados en un centenar de centros de 17 países distintos, comparando la utilidad, seguridad y coste de realizar pruebas de diagnóstico como la angiografía y la revascularización (si hiciera falta) antes de 24 horas o bien cuando ya han pasado 36 horas desde que se produce el episodio.
El diagnóstico precoz mejora el riesgo relativo de estos pacientes. Sin embargo, en muchos casos el factor tiempo no es tan determinante. “En casos de riesgo bajo o medio, no importa que la angiografía se realice antes, pero cuando el riesgo es alto, la rapidez mejora notablemente el pronóstico”, ha dicho Sharmir R. Mehta, director del estudio y profesor de la Universidad McMaster, de Canadá.
Cerca de dos tercios de los pacientes estudiados estaban en los grupos de riesgo bajo o medio. Se trata del estudio con mayor número de pacientes hasta la fecha para evaluar la mejor estrategia a la hora de tratar el SCA.
IAM
El infarto de miocardio se produce cuando el flujo de sangre hacia el corazón se reduce o se detiene por completo en su paso por la arteria coronaria, que puede estar bloqueada parcial o completamente. Normalmente el fenómeno sucede por la acumulación de grasa en el conducto (aterosclerosis). La placa de ateroma puede romperse y dar lugar a un coágulo que dificulta el paso de la sangre por la arteria, lo que puede desembocar en infarto de miocardio.
Normalmente, al hablar de infarto nos referimos a infarto con elevación del segmento ST (STEMI), una emergencia en la que el bloqueo de la arteria es total. En el infarto sin elevación del segmento ST la obstrucción es parcial, y no es imperativo actuar con tanta rapidez. “Incluso se baraja la hipótesis de que intervenir de forma precipitada sobre un trombo recién formado puede aumentar el riesgo”, aclara el investigador.
“Para los pacientes de alto riesgo podría ser apropiado saltarse el paso por los pequeños hospitales y acudir directamente a los centros que disponen de equipos para realizar inmediatamente las pruebas y terapias más invasivas, que también son más eficaces para ellos”, concluyen.
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